DISCLOSURE EN VIVO: ¿ME AYUDARÍAS A PERDER LA CABEZA?

¿Fuimos a un recital o a una rave?

Fotos: Flor Ibañez

Hace algo más de un año, una amiga me contó que a su sobrino, para navidad, le habían regalado el Ableton 11, y me preguntó por algún recurso para aprender a producir. Le dije que lo único que tenían que hacer era encerrarlo a escuchar el primer disco de Disclosure en loop. Settle (2013) es el álbum más de house, si se quiere. Fue con la misma ‘Intro’ que Guy Lawrence abrió la noche en C Complejo Art Media, con un juego en la voz del sample: Buenos Aires y “when a fire” comparten casi la totalidad de los sonidos vocales.

Franzizca había sido la encargada de recibirnos, con un set que fue de menor a mayor intensidad. Hizo aparecer percusiones de parche tipo conga o timbal, sonidos madera y vidrio, y los hi hats acuosos de los que habla Kit Mackintosh en Gritos de Neón (2022). El recinto se llenó mientras ella se presentaba y los visuales nos mostraban ondas de glitch sobre una superficie de mercurio.

Sin tiempo de espera ni modificaciones de stage, se subió el mayor de los hermanos Lawrence, y disparó un mix de ‘Intro’ y ‘F For You’ que fue un aviso del camino que seguiría la noche. Un famoso video de Freddy Mercury coreando con un estadio lleno de gente se coló en las visuales y en el sonido, para que seamos nosotros los que le respondíamos al show de Queen, y para samplear sus gritos en uno de los muchos dropeos de la noche. Las pistas de ‘Douha (Mali Mali)’ y ‘Waterfall’ fueron muy bien recibidas, apenas remixadas al principio, y retocadas al final de la canción para hacerlas estallar. 

En su Caja Negra (2022), Hernán Cattaneo le dice a Julio Leiva que “no hay ningún DJ serio que se quiera hacer pasar por músico, que se sienta guitarrista cuando está pasando música”. Pero los hermanos Lawrence son muy buenos en ambas cosas. ¿El show de Disclosure es un recital o un set? ¿Hubiese sido mejor un show del tipo live instruments, como algunos que se pueden ver en YouTube? La destreza del DJ hacía olvidar pronto cualquier tipo de duda que alguno puede haber tenido. Si se quiere, Disclosure es una banda de electrónica, entonces convoca tanto a ravers como a melómanos, a fans de la electrónica y a asiduos de los recitales.

Es una combinación, algo de set y algo de recital. Por un lado, menos lentes oscuros y mandíbulas desencajadas que en una rave, pocos de esos que hace diez años iban al boliche a tomar vodka y pelear, y ahora te preguntan si sentís la energía. Por otro, Guy se lució como un DJ, dio un fiestón con un set impresionante al que lo único que se le podría criticar es la duración. Una vez presentadas algunas canciones, nos metimos directamente en la continuidad de un set sin cortes, con los vocales de ‘Fallin'’ de Alicia Keys, ‘Simply Won't Do’ como primera aparición de Alchemy (2023), y una versión de ‘White Noise’ con los bpm muy acelerados.

Como en un recital, la de Disclosure es una rave en la que cantas, los parches y la línea de bajo simple e irresistible de ‘Help Me Lose My Mind’ nos bajó un poco las revoluciones y suavizó la intensidad del rebote de los cuerpos. Es una rave en la que ves un abanico de looks más amplio, entre remeras lisas, camisetas retro del Manchester City, y los famosos lookasos de quienes deben haber tardado más tiempo en vestirse que lo que Guy duró en el escenario. Como un recital, el público no dejaba de ver al músico, algo que en las fiestas a lo largo de la noche se diluye y las rondas de baile empiezan a ordenar el espacio. Como en una rave, nos fuimos con un combo muy arriba, muy fiestero, con ‘Looking For Love’ y ‘Omen’, y la mezcla de otras vocales para el drop final.

Otra vez: una banda de electrónica, por irresponsable que suene. Entregan a la vez trackasos, pero con una enorme fuerza de canción. Baste por ejemplo el remix de Flume de ‘You and Me’ —un clásico de las clases de danza contemporánea—, que tanta gente conoce y escucha sin siquiera saber qué es Disclosure, que marca 105 millones de reproducciones, contra las cinco del track original. Baste por ejemplo pensar en todas esas personas que van a ver Cattaneo, a Peggy Gou o Joris Voorn, pero no conocen al dúo británico.

Entonces, una noche impresionante, porque Guy Lawrence se la bancó como un campeón y entregó un show sin fisuras en el que no se notaba la ausencia de nadie. A la vez también, ojalá vuelvan, ojalá vuelvan pronto, y ojalá vuelvan pronto con el set completo. Hermanos Lawrence, gracias por ayudarnos a perder la cabeza.

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