“Bienvenidos a la república popular de La Boca”, anuncian los altoparlantes del Luna Park a minutos de que salga Trueno a escena. Pero el show empezó antes: la impaciencia y el espíritu mundialista que se refleja en varias remeras de la selección arrasa con la audiencia, que mientras esperaba impaciente al rapero, entona cánticos y saltan con una energía desmesurada al ritmo de “el que no salta es un inglés”.
“Messi te amo”, grita un fan desde el campo, agitando las manos en el aire, el mismo fan que un par de temas después vocifera: “te amo, truenibu”. ¿Ídolos populares? Sin duda.
Entre la gente camina Vero Lozano, reflejo de lo diverso de la audiencia que sigue al artista que un año atrás se presentaba en el Gran Rex, y ahora estrena Luna Park. Trueno tiene una audiencia familiar, joven, alegre, entusiasta y, claro está, de Boca. Sale a escena con su crew y no pasa un segundo que ya el piso del Luna está vibrando por los saltos de la gente.
El despliegue fue único: a pocos temas del inicio, las pantallas del escenario se elevaron para revelar una full band que desconcertó a varios con el talento y el sonido impecable que ejecutaron en todo momento. Invitados hubo de sobra: Dante Spinetta hizo su aparición para ‘Sudaka’, Peces Raros pisó el escenario para un remix de ‘Ciruta’, la siempre presente Nicki Nicole cantó a duo ‘Mamichula’ y hubo full freestyle con Stuart.
El espíritu nacionalista, posiblemente exacerbado por el mundial, estuvo presente durante todo el show. Banderas, remeras y un discurso político y la mención del Nunca Más por parte del artista, con una conclusión irrefutable que le habla a la generación de la cual el mismo Trueno, con veinte años, es parte: “Nosotros somos el futuro”.
El final del show fue de la mano del ‘Dance Crip’. Para la foto del recuerdo, Trueno levantó una camiseta de Leo Messi, deja en claro una cosa: mundial, Trueno y verano ¿el plan perfecto?