MARILINA BERTOLDI Y EL ROCK QUE NUNCA MURIÓ

¿Cuántos pogos puede haber en un recital?

Cada show de Marilina Bertoldi es una fiesta. No importa el venue, ni la puesta en escena, ni quien te acompañe: sus presentaciones en vivo siempre logran que recordemos por qué nos gusta tanto. Luego de una fecha en la que recurrió a una estética medieval y otra en la que presenciamos su fallecimiento y posterior renacer, en esta ocasión imperó una vibra retro futurista: cortinas de plástico y detalles de aluminio en todo el recinto combinados con blazers y pantalones de vestir. Vestuario que, como nos tiene acostumbrados, mutaria en varias ocasiones. 

El show en el C Complejo Art Media comenzó de forma contundente: ‘Es Poderoso’ inauguró un setlist que tendría momentos enérgicos y otros sumamente íntimos. Canciones como ‘Cosa Mía’, ‘La Cena’ o ‘Pucho’ formaron pogos enormes. Uno de los momentos más álgidos de la noche fue el mano a mano entre Marilina en la guitarra y Edu Giardina en la batería al ritmo de un cover de “When I Hear My Name”, de The White Stripes. Otro fue el cierre: ‘Mdma’ siempre nos pone a saltar. 

Mojigata es un disco hecho para escucharse en vivo

Es inevitable pensar en su discografía y no tener en cuenta las canciones más sensibles, en las que la letra y la guitarra acústica toman total protagonismo. Para ese tipo de temas Marilina se ubicó en la otra punta del recinto, en lo alto de una escalera y rodeada de gente. Ahí, vestida de blanco y sola con su instrumento, logró acercarnos al significado de lo que quería transmitir, empaparnos de esa emoción. Sumado al hecho de que ese formato siempre permite ver el germen de muchas canciones, la forma en la que fueron concebidas en su estadio original. Otro claro ejemplo de esto fue la presentación de ‘Fumar de Día’, un tema que nació en formato banda y que fue tocado de esa manera.

A riesgo de sonar poco objetiva, no puedo evitar decir que fue un recital perfecto, en cada una de sus aristas. Mojigata (2022) es un disco hecho para escucharse en vivo y la energía de los músicos al interpretar cada una de sus canciones las potencian, volviéndose mucho más grandes y poderosas de lo que ya son. Esta noche Marilina nos volvió a demostrar que nunca se fue, que siempre estuvo y que vino para quedarse.

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