El artista oriundo de Saavedra busca imponerse en la escena local individualmente, rompiendo con la imagen que supo crear en la banda Aloe. Onírico y místico, así se describe a sí mismo y, quizás, es una concepción que debamos ir borrando para ver el nacimiento de otra faceta de Galean. Un adelanto de esta nueva etapa podrá verse el próximo jueves en el Centro Cultural Morán, donde se presentará junto a Candelaria Zamar.

SPE: ¿Cómo te estás preparando para la fecha en el Morán?

Galean: Me estoy preparando mucho, porque tengo ganas de cambiar lo que venía haciendo. Para mí, la primera fecha marca un poco todo lo que puede llegar a ser el año. Le estoy poniendo muchas fichas, no solo desde lo musical, sino también desde la producción. Estoy saliendo a repartir entradas, agitando mucho e intentando hacer todo de manera autogestiva.

SPE: Anunciaste en diciembre que estás preparando nueva música. Este show, ¿vendría a ser un cierre de El Mago (2019) o el comienzo de tu próximo material?

G: Ya cerramos El Mago, pero vamos a tocar las canciones del álbum. La verdad es que todavía no está a la altura de mis expectativas lo que estoy armando, no está listo para presentarlo en vivo. Van a haber canciones nuevas en el Morán, pero quizás como versiones «beta».

SPE: ¿Qué buscás transmitir en este nuevo trabajo?, ¿qué lo diferencia de los anteriores?

G: Va a ser más conceptual, quiero generar una obra holística, completa en sí misma. Veremos si lo logro. Ya lo hice con El Mago, pero ahora tengo ganas de hilar más fino y completarlo más. Hacer una especie de película.

SPE: ¿Qué  te llevó a trabajar en ese concepto?

G: Es una idea que se me ocurrió hace poco. Tampoco es que vengo componiendo canciones desde ese momento para este fin, sino que tengo ganas de ver si puedo generar eso con lo que tengo. Ver cómo puedo enlazar todo. Entre los recursos para hacerlo, por ejemplo, están los artes de tapa de los tracks, que van a ser todos distintos, pero siguiendo una misma línea. La idea es que los videoclips obedezcan a su respectiva canción y arte de tapa, y que la estética sea de un mismo género: thriller, policial, suspenso. Estamos laburando con un equipo de arte y con una vestuarista, para transmitir también un mensaje con el cuerpo.

SPE: Se van mezclando varias disciplinas en todo lo que querés volcar en el álbum. ¿Qué influencias tuviste en el armado?

G: Estoy escuchando mucha música de Asia, especialmente de Corea y Japón. La tienen muy clara con la realización de conceptos. Por ejemplo, el K-Pop me la quema un toque, pero la estética que manejan es muy fina. Estoy intentando traer ese aspecto a mi obra. De muchos artistas que me gustan (como David Bowie, entre otros), observo cómo se mueven, ya sea en las redes, en sus videos, lo que quieren decir y cómo lo dicen. No los miro porque yo haga música parecida, sino porque el factor humano de un artista me parece importante.

SPE: Si pudieras elegir tres elementos que caractericen al próximo disco, ¿cuáles destacarías?

G: El 21 de febrero sale una canción que es completamente distinta: ‘Esperar Sin Esperar’. Tomándola como referencia: shock, incomodidad y vanguardia. Siento que shock porque, al menos con este tema, quiero decir: “Basta de esperar que yo sea de una manera o que sea complaciente con lo que se espera de mí”. ¿Por qué no puedo hacer algo distinto y que el afuera lo reciba? Incomodidad porque es lo que generó en algunas personas que escucharon el tema nuevo. La vanguardia tiene que ver con eso. Siento que, en un sentido, mi música es novedosa. Digo esto porque, por otro lado, también es muy argentina. De todos modos, tiene un ingrediente nuevo que aún no descubrí del todo. Este año cumplo 27 y creo que, conforme voy creciendo, tengo… [se detiene] Espero no formar parte del Club de los 27, pero si queda esto en la entrevista y yo me muero, SPE se va a las nubes [risas]. Retomando, siento que hace muchos años hago música y cada vez voy encontrando más mi autenticidad. Ese ingrediente nuevo puede estar aunque yo cambie tiñéndome el pelo, vistiéndome de otra manera o eligiendo hacer solo música electrónica. Yo no dejo de ser quien soy, sin dejar de advertir que la vanguardia está en el cambio constante. No puedo quedarme quieto.

SPE: ¿Qué nos podés adelantar de ‘Esperar Sin Esperar’?

G: Es una canción muy distinta a lo que venía haciendo, pero igual me encontrás. La compuse hace bastante aunque recién ahora la esté mostrando, en un momento bastante denso; la letra sigue esa línea, pero es más concreta. El arte de tapa rompe con el Galean místico y onírico. Sin embargo, esa faceta es parte de lo esencial en mí. Voy mutando constantemente y quiero mostrar esto ahora. Luego veré si puedo sostenerlo desde acá hasta la presentación del disco. Quiero entrar en la grieta entre lo aceptado y lo perturbador, lo que me parece que Charly García, Miguel Abuelo o Gustavo Cerati supieron hacer con mucho acierto.

SPE: Con esto que mencionás de no ir detrás de lo que alguien espere de vos, ¿te llevó tiempo comprenderlo como ahora o es algo que siempre tuviste presente?

G: Me estoy dando cuenta ahora. Me ha pasado de generar incomodidad en vivo por mirar demasiado fijo a una persona, que para mí es algo hermoso, pero al mismo tiempo esa persona quizás no vuelva más al show. Hay otras personas que lloran porque encontraron una intimidad que los conmueve. Siempre busco romper e ir más allá del límite, pero de la mano del arte aprendí de a poco a moverme. Bah, estoy aprendiendo y tampoco es que tengo tanta gente esperando algo de mí. No es que soy Madonna, pero aunque no estés esperando algo de mí, estaría bueno que te sorprenda.

SPE: Me quedé con la imagen de un artista mirando fijo a un espectador desde el escenario. ¿Pensás en lo performático como algo intencional o lo que pasa en el escenario es improvisación?

G: Me parece que hay algunas canciones en las que me permito «performear» con cosas que me di cuenta que funcionan, y sobre esa habilitación es que improviso. Hay una canción que se llama ‘Situar’ que, por alguna razón, me lleva a un lugar re oscuro, como de intensidad. A veces termino tirado en el piso y eso no sé de dónde sale. De repente, se vuelve catártica y sanadora. Muchas personas me dijeron que lloraron con esa performance. No es algo que yo haya preparado, simplemente fue fluyendo y lo fui encontrando. Hoy en día, quizás ya mutó a una herramienta.

SPE: ¿Cómo vivís esas reacciones de tu público?

G: Lo vivo con mucha naturalidad. A veces me sorprendo muchísimo y a veces siento que no soy lo suficientemente consciente, porque el sistema te hace creer que con una sola persona no basta, que tienen que ser miles de personas las que conmuevas. No es que yo los hago llorar. En realidad, se habilita el espacio para que alguien se emocione. Ni siquiera es un logro mío, es un logro de la persona y, a veces, uno no valora tanto eso.

SPE: Hacés mucho hincapié en lo que espera el otro de un artista. ¿Qué esperás de vos mismo?

G: Soy muy exigente conmigo. Siempre esperé lo mismo. Yo espero estar a la altura de mi propia obra. Mucha gente no puede y se suicida, muere de sobredosis o se retira. El afuera es muy jodido y destructivo. Si yo no estoy seguro de quién soy y hacia dónde voy, lo externo me puede hacer muy mal. Hoy estoy muy confiado de mi lugar en el mundo y de lo que puedo dar. Tampoco hay que frustrarse si uno no está a la altura de lo que quiere hacer, porque el plano de las ideas hay que bajarlo a un proceso terrenal. El «tiempo-espacio» te condiciona. En mi cabeza, todo se puede. Después me voy encontrando con que para hacer un buen videoclip necesito $120.000 y no tengo ningún mecenas que me de esa guita. Es todo a pulmón, entonces hay que recordarse que no hay apuro y que hay que estar tranquilo. Es un proceso y todo tiene un sentido.

*Galean se presentará el jueves 6 de febrero en el Centro Cultural Morán. Podés adquirir tus entradas acá y participar de nuestro SORTEO acá.