SEIS FUNCIONES DE 'EL KUELGUE' EN NICETO: ¿Y AHORA QUÉ?

El Kuelgue dio un ciclo de shows todos los jueves de noviembre, y se vio obligado a añadir uno que confirmó que el fenómeno es una realidad que no piensa parar de expandirse.

Como si se tratara de un dèjá vu, El Kuelgue regresó a Niceto Club todos los jueves de noviembre y el primero de diciembre, por la alta demanda. Tras la hazaña de cinco jueves agotados en 2017, el grupo decidió apostar de vuelta, y vaya que le rindió. Este salto como catapulta terminó de consagrar localmente a la banda que instaló así el fenómeno en el que llevan trabajando por más de una década. En agosto pasado llenaron el mítico Obras Sanitarias, en su primera fecha masiva ante más de 4.000 personas. Han salido a países como Uruguay, Ecuador y Chile, tocaron en Lollapalooza, le abrieron a Paul McCartney (elegidos a dedo por el inglés y su mánager) y, por segunda vez, convocaron a más de mil personas por semana a su ritual. Todo esto más la salida de la primera parte de su disco (en forma de EP) Fierrín (Lado A, 2018) a mitad de año fue razón suficiente para que todos los jueves durante el mes pasado las historias de Instagram de varios jóvenes hayan tenido como protagonistas a Julián Kartún, Santiago Martínez, Jota Mojoli, Nicolás Morone, Pablo Vidal y Tomás Baillie, acompañados en varios temas por las chicas de Bestia en coros, Palo Iturri y Vero Gerez, y el ensamble de vientos que comandaba Vidal.

Los seis shows mantuvieron la misma estructura ósea. Los momentos más memorables se repitieron y constituyeron la esencia del show: la seguidilla de los tres primeros temas, el solo de percusión, el stand trap como intro de ‘Amor, Comprensión y Ternura’ y la performance del medio. Cada noche empezó con el público de espaldas al escenario, mirando a la cabina de sonido donde Soti (sonidista) y León Greco (luces) bailaban con máscaras de alienígenas y ponían música mística de fondo momentos antes de que salga el conjunto. Este año las luces formaron parte importantísima de la performance de El Kuelgue (en su presentación en Obras también): la puesta de León era una parrilla de tubos LED que colgaba sobre el escenario de Niceto, se movía verticalmente y cambiaba de colores acorde al momento del espectáculo, resaltando algunos puntos altos como el solo de saxo en ‘Si No Te Vas’, donde las luces blancas impresionantes alumbraban todo el lugar.

En el cuarto sold out consecutivo, anunciaron que se incorporaba una fecha más para el 6 de diciembre, generando una ovación y que más de uno le diga a su acompañante de la noche que “sí o sí” iban a asistir. El quinto show estaba agotado hace tiempo, y la demanda dispuso que una nueva fecha sea posible, aunque esta fue la única que no alcanzó la venta absoluta (quizás por el sorpresivo aumento de precios). ¿Es necesaria alguna otra prueba de lo que está haciendo esta banda y cuál es su alcance? El día llegó y los kolgados estaban notoriamente más emocionados. Comprensible, dado que terminaba otro hito en la historia de El Kuelgue, uno que nos da todas las razones para creer que irán por el triplete en 2019.

La lista de cada velada fue un repaso de los hits de la banda junto a todos los temas de Fierrín, dando un total de 23 canciones: abrieron con ‘Correntoso’ y cerraron ‘Cristo es Marquitos Di Palma’ pegada a ‘Cariño Reptil’. El más reciente tema del grupo, ‘Parque Acuático’ (que había salido hace poco exclusivamente en YouTube), encontró el primer jueves de la noche a Julián y Nicolás a guitarra y voz interpretándolo con el público un poco menos confiado, pero para la cuarta noche las palmas no dejaron de agitar, y en el sexto el público seguía partes por sí solo. Así es como se instala un tema. Muy conscientes del contexto de cada semana, todos los jueves tuvieron su toque de magia: “Bienvenidos al G20, mejor son 20g ¿no?” dijo Kartún al quinto, en referencia al evento del fin de semana, y en el sexto y último el cantante exclamó “Llamen a mi vieja”, burlándose del acusado de violación y abuso Rodrigo Eguillor, que se había vuelto trágicamente viral esa semana.

La diferencia más notoria con los Niceto del año pasado fue la similitud en nombres y orden de todas las listas a lo largo del ciclo este año: hay que analizarlo con cuidado. En el sexto día, el público acusó de conformista al grupo: “Cambia la lista”, se escuchó gritar en más de una ocasión a varios die hard fans que venían hace semanas. El Kuelgue se ha caracterizado por hacer todos sus shows especiales y distintos, por lo que es entendible que se espere esa innovación y autenticidad todo el tiempo, pero creer que para que algo sea único debe ser muy distinto a otra cosa puede ser un error. La banda ha llegado a consolidar su éxito y entiende que está llegando a mucha gente nueva que no necesariamente entiende sus antecedentes ni toda la auto-referencia que hay en su música.

La lista, por supuesto, no fue siempre una copia exacta de la anterior. A lo largo del ciclo hubo sorpresas que hicieron única cada fecha: ‘Los Viejos Vinagres’, de Sumo, en el tercero, ‘El paraíso de los perros’ en el cuarto, para los más nostálgicos; el cover a Los Abuelos de La Nada con ‘Ir A Más’ en el quinto y sexto, la baladesca ‘Desde Que Te Vi’ en el cuarto, y muchos otros momentos únicos hicieron que el concierto siempre tuviera algo de fresco para quienes repetían la dosis. Sí es cierto, sin embargo, que a diferencia del año pasado muchas veces se podía prever el tema siguiente, pero se entiende como parte de la evolución de una banda que busca comunicar algo general y consolidar su mejor versión de un espectáculo.

Los invitados fueron otro ítem que le dio color a cada show. Emmanuel Horvilleur apareció el segundo jueves para hacer el pogueadísimo ‘Góndola’, tema que el año pasado no terminaba de hacer saltar a todo el lugar, pero que durante estas seis fechas se volvió uno de los puntos más esperados: una canción como medida del éxito y crecimiento de una banda en un año. Juan Ingaramo apareció para hacer ‘En Avenidas’ en la víspera de su propio show en Niceto y, al igual que el año pasado, Miss Bolivia apareció el quinto jueves para encender ‘Negra Candombera’ y mezclarlo con su rapeo de ‘Warrior’. Por su parte, Sergio Dawi, legendario saxofonista de Los Redondos, apareció en la última de todas las fechas para hacer el solo de Pablo en ‘Si No Te Vas’, generando locura en la audiencia. El tan querido Juli Scarini estuvo cada jueves para tocar el teclado en este tema y dejar a Santi bailar y cantar.

El momento más performático de cada noche encontró al dúo Kartún-Martínez en uno de los balcones del lugar realizando una autopsia a un alien con traje hermético mientras bromeaban y cantaban pequeños duetos. La mesa y el balcón reemplazaron el carrito de compras que cruzaba la sala de Niceto el año pasado y, esta vez, en lugar de hacer un tema, los dos bromeaban mientras sacaban objetos del cuerpo del alien. Uno de ellos (y algunos jueves más entendido que otros) fue siempre un disquete, guiño al nombre del álbum que sacó Santi Martínez como solista en noviembre (Diskette).

Otro sketch ya clásico fue durante ‘Milanesa’, en el que Kartún cantó encima de una cinta caminadora, a ratos personificando a Caro Pardíaco en el humorístico diálogo del tema mientras el resto de sus compañeros lo acompañaban con la música y reían ante cada cosa que hacía. Para el sexto show, el frontman entregó todo, caminando de rodillas en la cinta y saltando, haciendo que el outro del tema fuera más eufórico que nunca, casi reconociendo que todo terminaba. Fue el comentario de Santi lo que evidenció que esta exacerbación había sido improvisada en el momento por el cantante: “Lo conocemos hace mil años y nos seguimos sorprendiendo cuando hace estas cosas”, confesó. Ese mismo día, y haciendo un paréntesis serio en todo lo que venía siendo el mes, el tecladista se tomó unos minutos para agradecer a cada persona que formó parte del show y que lo había hecho posible, porque la familia Kuelgue va más allá de los seis amigos que se divierten arriba del escenario. También en esa fecha, la última vez que sonó ‘Cariño Reptil’ fue la más agitada de todas e incluso logró que Kartún se lance sobre el público mientras el resto extendía el coro del final en un momento épico que confirmó que se encuentran en su mejor momento.

Como a principios de este año, habrá verano con El Kuelgue en el Konex, donde seguramente podamos ver algo del nuevo material. Con estos dos antecedentes de repetición (Noviembre en Niceto y Enero en el Konex), empezamos a ver un patrón que por lógica nos hace imaginar las chances de otra presentación en estadio a mitad de año, tras la salida de la segunda parte de Fierrín. Esto nos hace preguntarnos qué más tiene que hacer la banda para trascender y llegar al espectro del mainstream, por fuera de su nicho. Apostar por el mismo formato de recitales (ciclo en Niceto y Konex), pero variando el tipo de presentación es una idea interesante. Lo que hagan este verano en el Konex y lo que podrían llegar a hacer en Niceto el próximo año nos dirá más de cómo se proyecta el grupo a largo plazo. Buscar consolidar el show y el contenido del mismo, creando un universo para el en vivo con una propuesta única y particular no es una mala apuesta. Sin embargo, deberán mantener el equilibrio entre sus fans más adeptos, quienes quieren constante frescura y espontaneidad, y los nuevos públicos que persiguen, a quienes en principio hay que enamorar con el lado más accesible de la banda. Sin duda, lo que le depara a estos muchachos es más que merecido, inminente e interesante, porque puede poner a la escena local de cabeza. Nos han mostrado durante años que talento no falta, ganas tampoco, y risas sobran.

Cubrieron el Kuelgue: Flor Iba / Ivan Gritar / Vicky Tarno / Flor Berdi

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