FLY FLY CAROLINE: UNA ACUARELA EN LA MÚSICA CORDOBESA

Desde el corazón del país, una propuesta original y con muchas cosas para decir.

Caro Merlo, vocalista y compositora de Fly Fly Caroline, nos cuenta sobre sus giras, proyectos, el cupo femenino y lo que será su debut en el Cosquín Rock 2020. La banda cordobesa se destaca por su particularidad y búsqueda constante, “de alma rockera, corazón indie y algo de filosofía budista”, según sus propias palabras.

SPE: Nos gustaría que nos cuenten lo que fue la experiencia de la gira en México del año pasado.

Fly Fly Caroline: Esa gira fue una cuestión bastante experimental para nosotros, fue una prueba de ver cómo puede funcionar la autogestión en otro país. Acá mismo, en Argentina o en Córdoba, uno sabe que tiene un montón de gajes el hecho de la autogestión, y fue una locura [risas] ir a México a hacer lo mismo. Estuvo muy bueno, nos trajimos información muy valiosa sobre cómo se maneja la industria allá y su panorama. Estamos con el plan de volver este año para capitalizar toda esa inversión que fue ir, conocer. Tocamos un montón, conocimos mucha gente; pero es un lugar enorme, y sin conocer a nadie, sin tener dolares, sin poder pagar un booking se pone difícil. Rescato que el público de los lugares donde tocamos se quedó fascinado con la banda, nos dieron muy buenas críticas. Fue muy copado.

SPE: Pensemos en la escena en Córdoba. ¿Qué reflexiones traés a partir de la experiencia en México?

“QUIZÁS NUESTRA MÚSICA ES COMPLEJA Y NO TAN FÁCIL DE ESCUCHAR”

 

FFC: Para mí no hay una escena, sino que hay cosas que se van poniendo de moda. Después de 10 años de ser música en Córdoba y dedicarme a esto, no sé si en algún momento me sentí parte de una escena. En Córdoba es muy loco: hay muchos músicos y músicas muy talentosos, y se conocen realmente muy pocas cosas. Hay muchos proyectos que son artísticos, jugados, más allá de si la pegan o no. Creo que nuestra banda es un ejemplo de eso. Es difícil tocar acá, hay poquitos lugares, y pasan de sitios muy pequeños, bares que no cumplen con los requisitos mínimos para tocar, a salas para mil personas. De repente es muy complicado para los proyectos que venden 200, 300 entradas hacerse de un lugar copado.

SPE: Sacaron un solo disco y mantienen su flujo de público, su estilo es muy particular, ¿cuál creen que es el lugar de Fly Fly en este mapa de música argentina?, ¿qué pueden aportar?

FFC: Es muy loco porque cuando nosotros sacamos ese primer disco en 2016, no sabíamos nada de cómo se hacía. Se nos daba muy bien hacer la música, de hecho, el disco está increíble. Trabajamos muchísimo, pero realmente, al momento de venderlo, nos dimos cuenta que no sabíamos qué hacer [risas]. El año pasado sacamos un single que se llama ‘Síntomas’, que rompe con lo que estaba ahí para escuchar y muestra más íntimamente como es la canción que yo compongo. Si bien está nuestro universo sonoro detrás, fue una decisión muy política lanzar algo tan poco a la moda. A la vez, eso catapultó que nuestro Spotify empezara a trackear y trackear, un montón de gente escuchó el otro disco. Lo que llama la atención, en primera instancia, es que mi voz está bastante más clara, no tiene mucho efecto ni nada. Yo no uso autotune porque quiero que se escuchen los armónicos reales de mi voz, y eso ya suena muy diferente a la música de hoy en día. Una voz grabada en pocas tomas, siempre tratando de que suene todo muy bien (como al máximo nivel), con un arreglo bastante complejo en la guitarra. La idea fue vestir eso con lo que nos pareciera que podía sumar, y terminamos haciendo un arreglo bastante extraño con una voz que parece medio turca al principio. A eso le sumamos un duduk (que es un instrumento sirio-libanés) y una flauta muy extraña que la toca Diego Cortez, y con eso ya se armó esta particularidad que nos gusta que tenga la música.

En febrero sacamos otro single donde hay elementos más modernos. Nosotros somos re manijísimas del sonido y de lo que queremos transmitir. Pienso que va a ser algo fresco, aunque un poco más complejo; quizá no sea tan fácil de entender, capaz haya que escucharlo dos veces. Nosotros queremos aportar, acercándonos a lo que está sucediendo sin dejar de ser quienes somos. El próximo disco está cocinándose. Ya tenemos estos dos temas terminados: el nuevo single, ‘La noche’, y ‘Síntomas’ vendrían a ser como los nexos con el nuevo material. El LP nuevo es una incógnita, creo que va a ser una mezcla (muy mezcla) entre cosas que nos gustan mucho como el post rock, que nos fascina, tratando de acercarnos a un lenguaje más urbano, más moderno, y ver qué pasa con ese bardo.

“SOMOS UNA BANDA QUE DA COMO MIEDO DE CONVOCAR, PORQUE PARECE QUE ROMPEMOS CON TODO”

 

SPE: Este año van a debutar en el Cosquín Rock, ¿Cómo llegaron ahí? ¿Cómo sienten eso? ¿Tienen algún tipo de expectativas?

FFC: Y, hace muchos años que podríamos haber tocado y nos lo re merecíamos. Pero en buenahora llega este momento. Las expectativas son no tener expectativas, sino trabajar para que nos sirva. Aprovechar el impulso, ese dominó de cosas que suceden: una nota, más gente viendo el nombre, chusmeando el Instagram, escuchándonos por Spotify. Ojalá que nos sirva para que más organizadores se animen a llamarnos para sus festivales. Somos como una banda que da como miedo de convocar, ¿viste? [risas], porque da la impresión de que vamos a ir a romper todo, a hacer algo muy diferente. Estamos contentos de que nos hayan llamado y me parece bastante arriesgado y copado de su parte. Está bueno que otra gente pueda tomar ese riesgo y nosotros contamos con una carta, de ahora en más, de que alguien fuerte en la industria se animó a bookearnos.

SPE: Última: ¿qué opinas de la ley del cupo femenino es los festivales?

FFC: Es interesante. Me dan muchos sentimientos encontrados, barra bronca, que tengan que hacer una ley para que esta gente piense en ponerte a tocar, pero cuando no hay consciencia, está bueno que haya algo que lo regule. Creo que las mujeres la tenemos que tomar como una responsabilidad para hacerla valer. Va a costar igual, es realmente muy muy machista el ambiente de la música, llevamos muchos años escuchando las mismas cosas y es difícil que tu oído cambie tan rápido, o que se adapte a otras formas de decir. Las mujeres tenemos una forma de expresar las cosas muy distinta, y eso es interesante, pero no es fácil de recibir. Porque no es solo eso, para mí siempre el problema es la mirada capitalista: llamar siempre a la misma gente, que todo se mantenga en un círculo muy cerradito. Ahí el cupo es fundamental, si hay tantos números que tienen que estar con mujeres te tenés que poner a buscar. Creo que la responsabilidad es de la gente que elige las bandas, las personas que tienen a cargo la curaduría de festivales deben estar capacitadas, tener un marco de aprendizaje para tener en cuenta ciertas cosas. Hasta que la gente que labura de eso no empiece a programar chicas no va a pasar nada. Yo estoy harta de pensar cómo, yo quiero tocar.

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