FETCH THE BOLT CUTTERS: LA LIBERACIÓN DE FIONA APPLE

Rompiendo las estructuras nos dejó ver lo esencial

Fetch the Bolt Cutters (2020) es el quinto álbum de estudio de Fiona Apple, tras ocho años de silencio y más de dos décadas de carrera. La combinación de estos dos períodos resultó en una obra que destila madurez artística y nulas intenciones de ser pretenciosa. No busca agradarnos, ni ser el hit de los charts; por el contrario, es un manifiesto de su liberación como mujer y artista —acorde a los tiempos que corren—, que bien podría resultar en una invitación a seguir sus pasos.

Aquí, Apple desnuda las tantas facetas que la componen: es, por lo tanto, un recuento histórico de su vida, en el que los momentos significativos se convierten en canciones con las máximas aprendidas. Algo que entendió, entre otras cosas, es que el romanticismo no es para ella. “Your face ignites a fuse to my patience, whatever you do is gonna be wrong”, advierte en ‘Cosmonauts’, una oda al amor poco convencional, al igual que ‘I Want You To Love Me’, donde nos deja en claro que ya no cree que el enamoramiento nos asegure que la vida junto a quien amamos será siempre perfecta. Sin embargo, ambas canciones abren la puerta a aventurarnos a esa montaña rusa con sentimientos puros y bien intencionados.

Como en toda enseñanza, Fiona nos recuerda que, por lo general, esta viene aparejada de un choque contra la pared. La rabia y la frustración posteriores pueden invadir nuestra mente, como logra desahogar en ‘Relay’. La percusión es un elemento troncal, aumentando la tensión y marcando la escalada progresiva del caos, casi como si pudiéramos visualizar el momento caricaturesco en que alguien se enrojece de furia. Los cambios drásticos en el tempo de la canción la vuelven hipnótica, porque evocan una transición de estadíos que reconocemos: la oscilación constante entre enojo y tristeza, que solo nos hace extrañar más la calma. “Wipe it all away”, nos aconseja, mediante un coro de voces celestiales en notas altas, compartiéndonos su fórmula para bajar los decibeles: “I used to go to the ferris wheel every morning, just to throw my anger out the door”.

‘Under The Table’ continúa esta misma línea, la de no esconder la furia. Una cena con gente despreciable rompe las cadenas de su modestidad, encendiéndola en llamas que el vino caro de la mesa no podría apagar jamás. Las vibraciones en crudo de los instrumentos, más rústicas que correctas, son la escenografía ideal de la peculiar escena, en la cual la cantante aclara: “I would beg to disagree, but begging disagrees with me”. Igual que su melliza ‘Relay’, este track acentúa las variaciones melódicas para reforzar el dramatismo del relato, con cortes abruptos en sonidos que familiarizábamos segundo a segundo. Por momentos, este recurso nos dispara hacia ‘A Day In The Life’ de The Beatles; sin dudas, su reinterpretación del mismo es más que exitosa.

“En sus letras, dice lo que hay que decir sin vueltas, incomode a quien incomode. El tiempo de guardar silencio ya caducó”

 

El mood ya se asentó, la sinceridad no necesita quedar relegada y estamos en confianza. La artista apuesta a más acercamiento y trae a la mesa los interrogantes del nuevo feminismo. En ‘Newspaper’, se dirige directamente a la nueva pareja de un ex, reconociendo conductas abusivas que el susodicho repite con su compañera actual. Está segura de que le habla mal de ella, para evitar que sean amigas y se entere que, en realidad, el miserable es él. Negándose a perpetuar el cliché de ex novia loca y celosa, Fiona quiere estar allí para ella. “I watch him walk over, talk over you, be mean to you, and it makes me feel close to you”, le cuenta, desterrando preconceptos que nos alejan entre nosotras.

‘Ladies’, su sucesor inmediato, funciona como reflexión final de estas vivencias, potenciando la idea de que no podemos seguir despotricando contra otras mujeres, mucho menos por un hombre. En la misma, explica que todos somos un viejo amor de alguien, por lo que siempre habrá resabios de esa relación en el otro. “Nobody can replace anybody else, so it would be a shame to make it a competition”, declara sabiamente.

En concordancia con la sororidad que aflora en los tracks anteriores, las condiciones están dadas para sentirnos en un ambiente seguro: ‘For Her’ es, lisa y llanamente, la denuncia de una violación. “You raped me in the same bed your daughter was born”, cuenta, luego de detallar otras situaciones violentas perpetradas por el abusador, interpelándonos con su honestidad brutal. Tira tierra a las metáforas y dice lo que hay que decir sin vueltas, incomode a quien incomode. A fin de cuentas, los tiempos de guardar silencio caducaron hace rato.

El concepto del LP es claro: es un camino desmalezado a sus pensamientos más profundos. Su crecimiento personal se vuelca en el artístico, denotando que ambas partes son indivisibles. Fiona Apple es una mujer que se hace cargo de sus enojos, su felicidad, sus frustraciones e inquietudes, mostrándolos sin vergüenza ni reparos. En momentos en que la soledad nos enfrenta inexorablemente a nosotros mismos, es bueno escuchar que todos tenemos demonios y virtudes. Liberarlos (y liberarnos) es parte del camino.

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