¿POR QUÉ VOLVER A VER A GREEN DAY?

La marea verde arrasa con todo, una vez más

Fotos por @gallo_rockpix

Uno podría suponer que Green Day hace lo mismo cada vez que da un show. Esa intro de ‘Bohemian Rhapsody’ y ‘Blitzkrieg Bop’ con el conejo ‘borracho’ arengando, subir a un fan al escenario en ‘Know Your Enemy’, y cerrar siempre con ‘Good Riddance (Time of Your Life)’, son momentos infaltables. A pesar de estos trucos repetidos, cada vez que anuncian una fecha revolucionan todo. ¿Qué genera que desde su tercera visita, en 2017 (cuando su supuesta época dorada ya había pasado), solo hagan estadios y no espacios más reducidos, como otros artistas de su generación? En esta crónica intentaremos dar una respuesta a este fenómeno verde que se repitió en el Estadio Huracán.

La respuesta obvia podría estar en las canciones. ‘Holiday’, ‘Boulevard of Broken Dreams’ y ‘Wake Me Up When September Ends’ son clásicos instantáneos. Incluso la canción que da nombre al álbum que contiene todos estos éxitos, ‘American Idiot’, tiene una letra que podría resultar lejana (anti Bush, hoy resignificada a anti Trump) y sin embargo es la que más agite genera, y con la que abren cada show. 

Pero no viven de éxitos de hace más de dos décadas. Su ¡decimocuarto! disco, Saviors (2024), brilla gracias a la energía de ‘Dilemma’ (que tiene alguna reminiscencia navideña) y el muy bien recibido ‘Bobby Sox’, donde Billie Joe, cantante y líder del grupo, nos termina de confesar: Este fue uno de los mejores shows de nuestras vidas”. Menciones especiales para cuando, antes de ‘Hitchin’ a Ride’ el cantante tocó el riff de ‘Iron Man’ para homenajear a Ozzy Osbourne; y también para la inclusión de ‘Oh Love’ de Uno! (2012) y ‘Going to Pasalacqua' de su álbum debut 39/Smooth (1990), que sonaron por primera vez en el tour. 

Green Day es una banda que siempre parece estar en su mejor momento. El baterista Tré Cool sigue tocando como una bestia, revoleando palillos por encima de su cabeza después de cada canción. Mike Dirnt, bajista, no solo brilla en ‘Longview’, sino en cada salto que pega. Billie, que a esta altura sospechamos que es un vampiro o tiene algún pacto con el diablo, aún tiene ese magnetismo de frontman intacto. Podemos afirmar, entonces, que ni las canciones ni ellos envejecen. Pero hay algo más. 

Es ese condimento especial, porque un artista puede tener millones de reproducciones, pero si no logra conquistarnos, no es nada. “¡Messi tiene que dejar Florida ya!”, dice Billie Joe con una sonrisa, cuando recibe una bandera del capitán de la selección besando la icónica granada de American Idiot (2004) en lugar de la Copa del Mundo. Pero dejando los chistes de lado, el recital se define por un Billie Joe boquiabierto, escuchando los “Olé, Olé” de la gente, o las rondas de pogo abismales. Y eso nos lleva al momento cliché del fan, pero que acá es diferente.

En ‘Know Your Enemy’, como mencionamos, se sube a un fan, en este caso, la afortunada se llama Sabrina. Visualicemos el momento. Ella lo sabe, todos los que son fan de la banda lo saben, hay algunos que incluso pasan horas haciendo un cartel llamativo y decorado para ser elegidos. Billie Joe, el comandante de este barco, la ve y la señala: para él, es solo la chica de la bandera en la valla. “With the flag, si sí, come on, come on”, le dice con una sonrisa, mezclando español e inglés. Sabrina sube con la ayuda de una escalera de mano, lo abraza y él no solo le cede el micrófono: como buen caballero que es le regala su característica corbata roja. Probablemente ese haya sido el mejor minuto que Sabrina tuvo en su vida: lo confirma mirando y señalando al cielo, agradeciendo a alguna fuerza divina que hizo que Billie Joe, esa persona a quien seguramente tuvo años como fondo de pantalla en su celular, esta noche le dio la oportunidad de cumplir su sueño frente a más de 50 mil personas. Todos festejan, y algunos se emocionan hasta las lágrimas por empatía: no importa si se lució al cantar o no, importa la pasión. Y eso es lo que nos hace volver a ver a Green Day.

¿Puede que abusen de los ‘Ay-Oh’ de Freddie Mercury? Sí. ¿De los fuegos artificiales? También. Pero algo es seguro: Green Day nos va a volver a convocar siempre, hasta que no puedan tocar más. Porque estos personajes verdes que aterrizaron por primera vez en 1998 en Parque Sarmiento llegaron para quedarse. Y van a estar para nosotros un buen rato más.

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