Ocho años pasaron desde la última visita de Peter Sagar a nuestro país. En aquella ocasión, el canadiense debutó con dos presentaciones: primero en el Personal Fest en el Club Ciudad y luego en un sideshow del mismo festival en La Trastienda. Seis discos de estudio y un álbum de remixes después, la expectativa por ver a HOMESHAKE en Niceto era altísima.
La noche comenzó con una sorpresa: Juan Wauters, anunciado apenas unas horas antes, abrió el show. Amigo de Peter desde sus días en Nueva York, el uruguayo contó que había viajado desde Montevideo para visitarlo, pero terminó sumándose a la fecha como telonero. De manera muy descontracturada, remó con carisma lo improvisado de su show y cantó temas acompañado de su guitarra, otros a capella, y hasta uno reproducido ¡desde el celu! (‘Monsoon’, una collab con HOMESHAKE lanzado en 2017).
Poco después de las 10 de la noche, los canadienses volvieron a pisar un escenario argentino. Abrieron con una versión despojada de ‘Every Single Thing’, el gran hit de Fresh Air (2017), su álbum más popular. Quizás esta interpretación, a medio camino entre la fidelidad y la reinvención, funcionaba como una advertencia sutil para quienes esperaban escuchar en vivo los clásicos de la primera época: esta no sería una noche para la nostalgia.
Con dos discos lanzados en 2024, la banda estructuró su show en torno a los contrastes de sus nuevos sonidos. Por un lado, el aura noventosa y casi grunge de CD Wallet; por el otro, el indie-pop minimalista de Horsie, más en sintonía con la esencia habitual de HOMESHAKE. Si bien ese contraste puede resultar notorio cuando uno escucha los discos de estudio, la realidad es que en el vivo se fusionaron con naturalidad. Apenas unas pocas canciones del catálogo más antiguo como ‘Heat’ de Midnight Snack (2015) lograron colarse en el setlist.
Si uno recorre la discografía de HOMESHAKE y repasa los temas más reproducidos de cada álbum, encontrará en su mayoría canciones de ritmo alegre, casi bailable. Sin embargo, el show en Niceto tomó un rumbo distinto. La banda apostó por una atmósfera más introspectiva, con tempos pausados y un aire casi meditativo. Temas como ‘Kitty’ y ‘Frayed’ de CD Wallet, o ‘Simple’ y ‘On a Roll’ de Horsie, fueron ejemplos claros del tono general del show.
La cadencia envolvente del set sumergió al público en un trance suave. Mitad del tiempo con los ojos cerrados, dejándose llevar solo por el sonido; la otra mitad flotando al compás de visuales etéreas de nubes, montañas y atardeceres. Por momentos, aparecieron texturas «noiseras», pero sin alejarse demasiado de la identidad sonora que tanto amamos de HOMESHAKE.
Ni siquiera el bis trajo los hits esperados, pero ya no importaba. La calma había triunfado.
Fotos por @acorazonada
