MARATÓN YOLANDA

Maratón Yolanda incluyó nombres como Gativideo, Ignacio del Pórtico y El último Vecino: sí, fue una fiesta.

Ignacio Del Portico

La Maratón Yolanda, originada desde la autogestión por el sello independiente Yolanda Discos, reunió lo más variado de la escena musical emergente con bandas en su gran mayoría pertenecientes al sello, y logró un desfile incesante de personajes tan o más caracterizados que los propios artistas.

Desde un escenario con escasa iluminación y con una pantalla de fondo que proyectaba animaciones, la llegada de Solo Para Entendidos a la maratón fue de la mano de las hipnotizadoras melodías de Glass, mientras los espectadores se dejaban llevar por la música y movían lentamente su cuerpo en La Confitería, el pasado viernes 27 de octubre.

En los intervalos, algunos optaban por el reconfortante aire nocturno de la terraza para cortar con el sofocante calor de la pista, fumar un pucho, recorrer las obras de los diversos artistas y sellos independientes, o simplemente para perderse observando la luna. En el interior, los más inquietos desafiaban las altas temperaturas del recinto bailando de forma poseída mientras que los más tímidos bebían tragos en extraños en incómodos frascos.   

La energía empezó a vibrar de forma contundente cuando el público se unió para recibir a Ignacio del Pórtico, proyecto solista del líder de La Otra Cara de la Nada, que sorprendió con su actitud de niño rebelde frente a cientos de adolescentes. Con letras concisas y directas que bordean su lado más introspectivo, el joven de mirada perdida entre la multitud y repetidos movimientos al mejor estilo headbanging, se adueñó del escenario durante todo el setlist. Lo mejor de la presentación llegó en el final, con mosh sorpresivo del frontman en construcción, al ritmo violento de “Lo Mejor”.      

Lo que caracterizó la Maratón Yolanda es la unión entre músicos y público, quienes bajaban del escenario y abrazaban efusivamente y sin diferencias a los espectadores, que entre diálogos y risas remarcaban un clima de amistad que perduró toda la noche. Si bien las bandas no mantenían una línea similar, los presentes que desfilaron toda la noche tenían un estilo bien marcado; looks ochentosos, cortes de pelo que se repetían por doquier, camisas holgadas multicolor en jóvenes que pretendían disimular su edad con gafas e insípidos bigotes. Y si alguno de ellos dudaba del color preferido de Tani, la cantante de voz dulce y aniñada, ella dejó en claro con “Pecas”, que su favorito es el naranja.

Además de bandas pertenecientes a Yolanda Discos, el evento contó con la participación internacional de El Último Vecino, banda surgida en Barcelona que llegó al país por primera vez. La pista dejó de ser ocupada, en su mayoría, por hormonas adolescentes para convertirse en un mix de jóvenes veinteañeros que quedaron boquiabiertos ante el despliegue verborrágico de Gerard Alegre Doria, líder del grupo, que recorrió cada centímetro del escenario entre saltos, corridas meteóricas y autogolpes con el micrófono.

De rústica remera amarilla y ajustados pantalones deportivos color negro, el frontman aprovechó breves lapsos dentro de su estado de éxtasis, para inmortalizar su imagen ante los fotógrafos, y también para pedir constantemente que mejoraran el sonido. Con el setlist más extenso de la noche, los europeos dejaron su marca tecno-pop con canciones como “Antes de Conocerme” y “Tu Casa Nueva”. Antes de regresar a Barcelona, El Último Vecino llevará sus melodías pegadizas y continuará rompiendo micrófonos el viernes 3 de noviembre en el Teatro de La Sociedad Italiana de Morón y el sábado 4 de noviembre en Pugliese, Rosario.

Luego del segmento internacional y de un importante desfasaje de horarios, la grilla continuó al ritmo disco de Gativideo, una banda que apuesta por letras ingeniosas y cómicas que rozan lo bizarro. Con un look retro y enérgico, el cuarteto inició con una versión funk de “La Bestia Pop” y prosiguió con la premisa de divertir y hacer bailar no sólo a su público habitual, sino también a los que se acercaron por primera vez.  

El punto alto de la performance llegó con su más reciente y original single, una parodia de “Bruce Willis” que tiene destino de éxito no sólo por lo genuino y desfachatado de esos casi cuatro minutos de música sino también por la euforia y desenfreno incontenible que genera. Nadie quedó afuera de las letras creativas del cuarteto, hasta Luis Majul tomó forma de canción con “Flash” y lo más probable es que los famosos sigan apareciendo o solicitando ser parte, porque Gativideo es original, novedoso y con un futuro prometedor.

La Maratón Yolanda demostró el gran presente que tiene el indie nacional y el sinfín de bandas alternativas que emergen constantemente con una altísima y variada convocatoria de público: desde el piberío hormonal que aspira a la legalidad hasta el treintañero que resiste, con todas sus fuerzas, al paso del tiempo.

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