El resurgimiento del rock guitarrero de comienzos de los 2000 tuvo distintos exponentes que alcanzaron el éxito: la consagración total de The Strokes o el carácter de banda de culto de The Libertines son algunos claros ejemplos. Sin embargo, en el año 2003 fue Jet desde Oceanía el grupo que se encargaría de hacer bailar a todo el mundo con ‘Are You Gonna Be My Girl?’, un hit que retomó la esencia más rockera y clásica de las seis cuerdas.

Conformada por Nic Cester (voz y guitarra rítmica), su hermano Chris Cester (batería), Cameron Muncey (guitarra principal) y Mark Wilson (bajo), el álbum que los catapultó a una inmediata pero breve popularidad fue Get Born (2003). No obstante, luego de probar las mieles del éxito y crear uno de los himnos de la década, los australianos fueron disminuyendo su calidad disco a disco hasta caer en una separación y profundo ostracismo. ¿Qué pasó con Jet?, nos preguntamos en SPE. Hoy te traemos la respuesta.

Oriundos de Melbourne, los Cester se criaron escuchando los sonidos más clásicos de los ’60 y ’70, como The Who y The Rolling Stones, influencias que serían notables en todos sus trabajos. Su apreciación por las figuras tradicionales de la música se vislumbró también en el nombre de la banda al tomarlo de la canción de Paul McCartney & Wings. Al unirse a Muncey y Wilson, dos colegas de la fábrica en la que trabajaban, el conjunto comenzó su travesía tocando en bares y pubs de su ciudad natal. En el 2002 lanzaron Dirty Sweet, su primer EP, el cual con su producción casera y estilo clásico, sumado a poderosas presentaciones en vivo, llamó la atención del sello Elektra, con el que grabarían Get Born.

El grupo tenía todos los componentes para el éxito: un frontman carismático, un estilo atractivo de reminiscencias a sus coterráneos AC/DC, y canciones de guitarras incisivas y riffs contagiosos. Todos estos elementos les permitieron tener un álbum con hits garantizados (‘Cold Hard Bitch’) y efectivas baladas radiales (‘Look What You've Done’, ‘Move on’). Sin embargo, un track destacaba entre todos: con una adictiva línea de bajo, un ritmo sincopado y una voz rabiosa, crearon 'Are You Gonna Be My Girl?', un himno del indie de esos tiempos que sigue vigente. Una canción que trasciende las fronteras del género, como pocas pueden hacerlo, para convertirse en un clásico reconocible para cualquier persona. La voz de Nic, con matices rasposos y rabiosos, alcanzó un nivel de desparpajo, clase y estilo que nunca pudo volver a replicar. Al día de hoy, este es el mejor tema que los hermanos Young hubiesen querido componer para AC/DC.

Junto a ‘Rollover DJ’, el single encabezó los charts de ese año, mientras se convertía en el soundtrack de cualquier producto audiovisual que se pueda imaginar. Desde los videojuegos Madden NFL 2004 y Guitar Hero: On Tour, pasando por las películas Eurotrip (2004) y What Happens in Vegas (2008), hasta las campañas publicitarias mundiales de iPod y Vodafone.

La llegada del reconocimiento de la industria musical no se demoraría. La banda recibió nominaciones y galardones para los premios MTV, American Music y Radio Music Awards. No es de sorprender que, con la atención puesta en ellos, los egos comenzaran a aflorar: durante un show en el Madison Square Garden en 2005, el vocalista declaró que consideraba que estaban "a la altura de los mejores, con el maldito rey Lennon y los Stones". Poniendo en perspectiva la calidad de sus siguientes trabajos, quizás se le fue mano.

Producido por Dave Sardy (quien trabajó con Oasis y Marilyn Manson) y lanzado en octubre de 2006, Shine On repetiría las fórmulas de su predecesor, combinando guitarras a lo Pete Townshend con baladas al estilo de Noel Gallagher. Sin embargo, la falta de identidad, ya palpable en Get Born, fue aún más notable. Ninguna canción era memorable, por lo cual el LP puso un asterisco a su condición de nuevos salvadores del rock. Finalmente, encontraron su descenso definitivo luego de la realización de Shaka Rock (2009) —¿el peor título de álbum posible?—, una fotocopia en baja resolución de sus materiales previos.

Quizás abatidos por su propio éxito (al fin y al cabo, debe ser agotador ser reconocidos por las mismas dos o tres canciones), en 2012 anunciaron su separación a través de su página web. A pesar de ello, en los años siguientes concretaron algunas reuniones efímeras y pasajeras, como cuando telonearon a Bruce Springsteen en 2017. Por otro lado, el remix post separación con The Bloody Beetroots de ‘My Name is Thunder’ probablemente sea su mejor canción desde su segundo álbum.

¿Qué están haciendo de sus vidas los integrantes de Jet? Los hermanos Cester continuaron en los escenarios musicales: Nic con The Wrights y Chris con Mystic Knights of Amnesia. Cameron Muncey se encuentra más relajado, dando shows únicamente en los reencuentros del grupo. En cuanto a Mark, es el bajista de The Alter Egos y mantiene un pasatiempo curioso: el diseño de joyería.

Por el momento, nada indica que están trabajando en canciones que igualen o superen la calidad de su debut. Se los puede ver felices tocando con sus otros conjuntos y alejándose del foco de atención. Tener sobre sus espaldas la etiqueta de neo-reyes del rock no debió ser algo muy grato, por más que a ellos mismos se les hayan subido los humos. El toque fresco y clásico que encarnaron en sus inicios fue transformándose en algo más parecido a un homenaje a grupos consagrados de antaño, hasta convertirse en un loop de sí mismos. Sin embargo, cuando prendemos la radio y suena la pandereta con la línea de bajo de ‘Are You Gonna Be My Girl?’, no podemos evitar subir el volumen y agradecer que Jet es una banda que supimos conocer.