Pocas obras representan los tiempos que vivimos como esta. Épocas cargadas de hipocresía, avaricia y odio, ANOHNI brinda una perfecta reflexión, a través de My Back Was a Bridge for You to Cross (2023), un álbum tan interesante en sus letras, como en su música; con un abordaje que toca lo personal y lo colectivo.
Anohni Hegarty es una virtuosa vocalista británica que se hizo un nombre en el siglo XXI con colaboraciones junto a Lou Reed, Björk y Yoko Ono. Su banda Antony and the Johnsons pronto consiguió protagonismo en la escena del pop alternativo, principalmente a través del disco I Am a Bird Now (2005), pero el conjunto se alejó de los estudios en el 2010. A pesar de algunos trabajos en vivo, se enfocó más en feats que en obras propias, pero se ve que el contexto la inspiró a volver. En tiempos donde los derechos LGBT parecen estar en peligro ante el ascenso de la extrema derecha en varios focos del mundo, apareció una versión completamente renovada.
Los estilos van variando, desde chamber pop hasta un particular slowcore; pero el enfoque está en su lado de cantautora. Se separa del art pop con el que la conocimos, e incorpora fuertes tintes soul. Ella fluye de forma maravillosa, con melodías que no se encuentran en ninguna otra voz. La banda entiende sus fuertes, y los aprovecha al máximo.
Las letras tienen un fuerte enfoque social. Esta temática se refleja en la portada, con un primer plano de Marsha P. Johnson, una de las activistas más importantes para los derechos LGBTQ (incluso, el nombre de la banda es tributo a ella). Ella fue protagonista de algunas de las protestas más importantes en New York, durante los picos de violencia anti-LGBT. Fallecería en un episodio que la policía cuestionablemente consideró un suicidio; y probablemente ella también sea la inspiración para el título del LP: mi espalda fue un puente para que cruces. A pesar de enormes avances, actualmente estas comunidades, y principalmente las personas trans, se encuentran padeciendo reiteradas represiones institucionales. Casi que es una noticia diaria en Estados Unidos, donde Anohni vive.
A partir del primer instante, con una canción tan preciosa y demoledora como ‘It Must Change’, nos plantea que deben cambiar, tanto “la manera en la que me hablás” como “las cosas que me hacés”. Otro ejemplo es la desgarradora ‘Why Am I Alive Now?’, expresando que no quiere ser testigo de lo que sucede, o sintiendo el dolor de este mundo. Pero también la conclusión, ‘You be Free’, diciéndonos “vos se libre por mi”. Es enorme la carga emocional que van a encontrar en estos 40 minutos de música, pero no se trata de un disco meramente de protesta social, excede aquel marco. El periodista Alexis Petridis informó que entre sus influencias, Anohni ha destacado a What’s Going On (1971) por Marvin Gaye, y uno podría ver una enorme conexión entre las obras. Más allá de que ambas aplican al contexto en el que fueron creadas, no quedan ancladas a solamente ese momento puntual. En su poesía, Anohni creó algo que estimo seguirá siendo relevante en el tiempo, quizás porque ahonda tanto en su experiencia personal como la de grupos de personas.
Algo muy particular es el hecho de que para varias canciones, como ‘It Must Change’ y ‘Can’t’, la vocalista destacó que en el disco quedó capturada la primera vez que las cantó. A pesar de haber estado jugando con las melodías desde hace tiempo, no fue solo la primera toma, sino que fue la primera vez que las cantaba completamente en voz alta. Explicó que hay algo único en aquella primera vez, una asociación mental y una emoción que no se puede repetir.
Para sumar a la variedad, existen momentos de mayor intensidad que el lánguido clima que suele tener el disco. ‘Go Ahead’, que bordea el noise en su distorsión, o el particular clima lírico de ‘Sliver Of Ice’, la cual fue inspirada en una conversación que tuvo con Lou Reed. Este fue tal vez el disco que más me impactó en lo que va del 2023: un trabajo muy bien logrado, al cual podremos volver con el paso de los años.
