Cuando ‘A-Punk’ salía en el 2008 a mostrar su cara al mundo (con un video simple, pero amigable y una lírica pegadiza), Vampire Weekend conocía el inicio del éxito y dejaría algo en claro: siempre jóvenes, siempre estéticos. ¿Qué los hace un gran nombre en el lineup del Lollapalooza Argentina?
Nacida en el año 2006, compuesta por Ezra Koenig, Rostam Batmanglij, Chris Tomson y Chris Baio, su perfil sonoro se ajusta a lo que podría denominarse indie rock, como categoría musical difusa que incluye todas aquellas bandas con aires juveniles que hacen rock. Entre sus éxitos se encuentran ‘Diane Young’ y ‘Oxford Comma’, siendo sus videos un elemento que permiten darle a la banda cierta aura vintage, pero sin perder sus aires juveniles. Con un cuidado estético y una gama de colores apagados, Vampire Weekend es también una forma de ver al mundo traducida en videos e imaginarios pictóricos que representan la juventud.
Desde el primero de sus productos audiovisuales, la banda de vampiros modernos ha representado lo que, en términos de Instagram, podría denominarse como Aesthetic Goals. La rebeldía de ‘Diane Young’ está puesta en una mesa elegante con copas de cristal y una escenografía casi de lujo, mientras que el champagne se salpica en ‘Step’, detrás de unas líricas escritas en la clásica Edwardian Script e imágenes monocromáticas de Nueva York.
La banda de vampiros modernos ha representado lo que podría denominarse como Aesthetic Goals.
Pero el imaginario de lo joven, fresco y estiloso no se construye únicamente con una linda fuente: también son las personas. Para ‘Giving Up The Gun’, en una competencia de tenis que no se está seguro si sucede en el año 2000 o quizá en el ‘70, juegan incluso contra Jake Gyllenhaal —el actor de apellido impronunciable que se ha ganado el corazón de varios jóvenes—. Su último single ‘This Life’, perteneciente a Father Of The Bride (2019), continúa con la línea de imágenes monocromáticas, pero utilizando personas como elementos de representación.
En general, estos jóvenes americanos encarnan a los cool preppy guys, estética incluso espejada en su sonido, y son la ideal puerta de entrada al difuso género que hoy se denomina indie. El mismo Koenig, quien lanzó un anime para Netflix y recientemente se convirtió en padre, se luce como un chico de universidad (elegante, pero cómodo), una imagen que la misma banda personifica.
Su último álbum Father Of The Bride representó su retorno y consagración, respetando su esencia general: encantadores, con cabeza fresca, un sonido que rescata algo de lo mejor de rock alternativo de los ‘90, toques de música lounge y algunas leves reminiscencias al folk.
Quizá toda la vibra y sonido de Vampire Weekend sean una buena representación y respuesta a la pregunta sobre el indie y sus formas. Un poco de esto, un poco del otro y mucho cuidado en su manera de presentarse al mundo. Indie, al fin y al cabo.