THE KOOKS EN BUENOS AIRES: DONDE SIEMPRE TUVE QUE ESTAR

El repentino cambio de venue del regreso de The Kooks no opacó el show

Fotos: Emi Castro

Para hablar del show de The Kooks en Buenos Aires, después de su última visita en 2022, primero hay que sacar el elefante de la habitación: el repentino cambio de locación, de Obras a Groove. Los fans de la banda inglesa se acercaron al nuevo predio con una notable incertidumbre sobre lo que sucedería. ¿Un show más personal? ¿El mal humor de la banda al verse en una situación adversa? Lo cierto es que una vez en escenario, y entonados los primeros acordes de ‘Always Where I Need To Be’, la situación del venue pasó a un segundo plano, a quedar en lo anecdótico.

La camada de bandas a la que pertenecen es una que tiene un pacto implícito con su público; uno que implica estar ahí siempre que sea necesario. El número de entradas vendidas no necesariamente refleja un fallout entre los británicos y sus seguidores en Argentina. Al contrario, dice algo de quienes acudieron, y reafirma una dinámica, quizás resultado de los tiempos que corren, que implica que a las bandas dosmileras les llega un momento de nostalgia.

‘Ooh La’, ‘She Moves in Her Own Way’, o ‘Seaside’ generan la emoción y devoción que las transforman en himnos generacionales; y temas más recientes como ‘Bad Habit’ o ‘Around Town’ muestran que la banda todavía tiene kilometraje. Uno de los puntos altos (y emotivos) de la noche, fue una corta e íntima versión de ‘Night Changes’ de One Direction, en memoria de Liam Payne, quien falleció en la ciudad hace unas semanas, no muy lejos de donde el recital sucedía.

El contexto del show no fue un impedimento para que el público disfrute y la banda se sienta cómoda. ‘This is home’ dijo Luke Pritchard en una de sus muchas intervenciones, abriéndose y siendo recibido por un cálido aplauso. En el cierre, con ‘Naive’, un tema tan icónico para la banda como para los años de su época dorada, las paces estaban hechas y las deudas saldadas.

No quedan dudas de que seguirán viniendo. La incógnita puede estar en qué contexto lo hagan la próxima vez. Sin embargo, sea como sea, este miércoles la banda renovó su pacto con su público, que si bien reducido en nominalidad, estuvo a la altura en entrega. La respuesta al por qué esta misma semana (solo dos días antes), otra banda de la misma época (Franz Ferdinand), traída por la misma productora (Indie Folks), y de fanaticada parecida, sí pudo llenar Obras sin problemas, puede no tener nada que ver con música, y sí mucho con el momento particular que atraviesa el país y el mundo. Quedará esperar a la inevitable vuelta de The Kooks para juzgar.

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