Cae la noche sobre el barrio de Colegiales y los fanáticos de THE DRIVER ERA se acumulan en las cuadras que rodean el Teatro Vorterix. Abriendo puertas una vez finalizado el meet & greet, la fila comienza a avanzar. Simultáneo al ingreso de la gente, el escenario recibe con calidez a Delfina Campos. Junto con Joaquín Banegas de Los Otros Días en teclado presentan un estilo más relajado que prepara a la gente para lo que se está por venir.
Finalizado su show dan lugar al trío californiano almost monday; conformado por Dawson Daugherty en voz, Cole Clisby en guitarra y Luke Fabry en bajo y acompañados por Rafael Vidal en batería. El frontman resulta muy enérgico y generó continua interacción con el público que no paraba de saltar. A pesar de no ser conocido por la mayoría el grupo supo cómo ganarse a la audiencia. Esto resultó en una ola de elogios una vez retirados del escenario y un buen pronóstico para el futuro de su carrera.
La espera para la banda principal se hizo larga, y como resultado, el público coreaba las estrofas del Himno Nacional Argentino acapella. Los gritos ocasionales de los fanáticos comenzaron con los músicos tentando a la gente con sus zapatillas (en movimiento debajo del telón), como fue visto en sus historias de Instagram.
Finalmente, después de dos años de incertidumbre llega el momento ansiado por aquellos que esperan desde 2017 el regreso de los hermanos al país. Las luces se apagan, el telón se abre y detrás aparecen Ross y Rocky Lynch. A su lado, sus hermanos Rydel en teclado y Riker en bajo; con la batería a cargo de Dave Briggs. La presencia de Riker y Rydel —quien viajó estando embarazada— genera una sensación agradable entre los seguidores más nostálgicos.
Una marea de flashes color verde temáticos por el más reciente álbum Girlfriend (2021) da comienzo a la primera fecha. Comienzan a sonar ‘Take Me Away’ seguida de ‘flashdrive’, singles lanzados durante el aislamiento preventivo a causa del COVID-19. Los músicos se encuentran frente a un público eufórico, rebosante de energía que los recibe con gritos ensordecedores. Seguida por ‘Heaven Angel’ la emoción va en aumento hasta llegar a su punto cúlmine con ‘Preacher Man’.
La gran mayoría de sus fanáticos los siguen desde hace una década con la misma fidelidad
Una vez pasada la adrenalina del comienzo, el clima revira a los temas más «tranquis» del dúo. Con ‘When You Need A Man’ como transición, Ross invita a toda la audiencia a levantar el dedo del medio contra los fuckboys. A continuación, alterna entre las guitarras acústica y eléctrica para la balada ‘Scared of Heights’. El show incluso contó con una improvisación de ‘On My Own’ de Teen Beach 2 (2015) a pedido de la gente.
El ya de por sí caluroso recinto levantó más temperatura con una intro «sensual» y pseudo-striptease de Ross abriéndose la camisa como anticipación para ‘Natural’. El foco en conceptos más maduros logra marcar una gran diferencia con el pasado Disney Channel de los hermanos. Sin embargo, no deja de ser con una elegancia que les evita ser chocantes y así incentivar a sus fanáticos más antiguos a crecer en conjunto. Se ve como resultado una gran mayoría de ellos que los siguen desde hace una década con la misma fidelidad.
De la mano del tópico de la siguiente canción, los hermanos no dejaron pasar la oportunidad de halagar al país. Como le comentaron a SPE, no podían esperar a regresar. Previo a tocar ‘#1 Fan’ —a la que que apodaron Argentina—, se declararon fanáticos de su público local haciendo hincapié en la camiseta personalizada que llevaba puesta Riker. La fecha terminó con los «hitazos» ‘Low’ y ‘Feel You Now’, seguidos por el encore usual de ‘Afterglow’ y ‘A Kiss’.
El setlist fue curado a consciencia, alternando tracks vocalizados por Ross con aquellas por Rocky logra un buen balance de protagonismo. A su vez, sabe manejar la audiencia y llevarla a través de distintas emociones. Al finalizar la fecha la banda se despidió con entusiasmo del primer sold out en Buenos Aires dejando a todos ansiosos por su próxima visita.
