SEÑOR FLAVIO EN TEATRO SONY: SALVEMOS AL MUNDO

El bajista de Los Fabulosos Cadillacs, Flavio Cianciarulo, llevó su ópera rock Sardinista a Palermo.

En Mar del Plata se respira un aire diferente al de Capital Federal. Sobre todo en temporada baja, cuando sus habitantes deben vivir con lo cosechado en los furiosos y primeros meses del año. Dentro de la ciudad más grande de la costa atlántica bonaerense se esconden miles de historias, y una de ellas es la de un rebelde sin causa que escuchaba The Clash y trabajaba en el puerto. Una tarde, su padre le preguntó qué estaba escuchando, a lo que el joven respondió: “Sandinista”, un disco infaltable para entender la rica historia del punk. “¿Sardinista?”, bromeó el señor, rebautizándolo.

Así fue que los compañeros de trabajo, amigos y vecinos comenzaron a llamarlo Sardinista, aunque esto no alivió la tensa relación que tenía con su viejo: padre e hijo incluso llegaron a irse a las manos, por lo que el joven le cedió a su hermano, con quien su padre se llevaba bien, su lugar en un embarcado. Lamentablemente, el barco naufragó y no hubo sobrevivientes: la culpa que tenía Sardinista era inconmensurable y provocó que el adolescente se alejara de la ciudad y sus preciosos acantilados. Se convirtió en el vago de la playa, en un espíritu en búsqueda de un poco de paz…

Sardinista (2015) es una ópera-rock creada y excelentemente llevada al estudio por parte de Flavio Cianciarulo. Junto a sus dos hijos, Jaco  y Astor, conforman una banda que, en vivo, fluctúa entre el punk, el reggae y el ska. Todos tienen algo en común: son surfistas y conocen a esas olas que vienen y van. No es el único disco que ha editado el marplatense ex Cadillac: Supersaund 2012 (2008), Nueva Ola (2011) y Nada Especial (2013) son otros trabajos que Flavio lanzó fuera de Los Fabulosos, a los que se pueden sumar las colaboraciones junto a Ricardo Iorio y al supergrupo De La Tierra.

Su festejado show en Teatro Sony (calle Cabrera, pleno Palermo) se destacó por su gran movida ambientalista: en la entrada al recinto estaban situados varios residuos plásticos, con carteles que confirmaban estadísticas crudas y contundentes: Argentina produce 12.325 millones de toneladas de basura por año. ¿Tenés idea del impacto que eso genera en el planeta? Con el fin de concientizar y brindar más información acerca de la grave situación por la cual atraviesa la Tierra, la ONG Swahilli Eco estuvo presente proporcionando packaging y bolsos hechos con material reciclado.

Con todas las mesas y asientos ocupados y más de 50 personas de pie, Señor Flavio y su banda aprovecharon su momento para desplegar un listado de casi veinte canciones que recuerdan la mejor época de Sublime o Beach Boys, transportando a los presentes a Varese Beach o a la Grande. Entre tema y tema, Cianciarulo se definió como el “Punk de la Playa”, aunque también podría ser uno de los tantos héroes anónimos que aportan su granito de arena para dejarle a las próximas generaciones un lugar mejor para vivir.

‘Cruz del Sur’, ‘Abogado del Apocalipsis’ y el ritmo pegadizo de ‘El Secreto’ marcaron el ritmo de un set que mostró lo mejor de Flavio, tanto musical como personalmente. Las dedicatorias en ‘Dulce Babalú’ y ‘Mexican Princess’ fueron otras dos joyitas del zurdo barbudo: “Gracias a todos por venir, los dejo unos minutos con los chicos. Yo salgo para tocar unos temitas en la entrada, así que estemos todos tranquilos”. Dicho y hecho, Flavio salió con su criolla e interpretó ‘Mal Bicho’, ‘Manuel Santillán (el León)’ y ‘Matador’ ante la mirada de todos los seguidores que salían de la sala y se agolpaban en el hall.

Ese fue el broche de oro para confirmar la humildad y la sencillez de un tipo que no tiene muchas vueltas: desde la música da un mensaje humano bien claro y lo sustenta no solo con palabras, sino también con hechos. Depende de nosotros captar el discurso recibido y accionar para cambiar el panorama; dejar de esperar que lo hago otro y hacerlo nosotros. Salvemos al mundo: el tiempo corre y cada vez más rápido.

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