El clima que se respiraba fuera de La Tangente ese viernes por la noche era de pura alegría. El show de Chechi de Marcos acaba de terminar, y los asistentes que salían del recinto se preguntaban en voz alta quién tocaba después. Estaban claramente sorprendidos por la magnitud de la fila, que llegaba casi hasta la esquina de la cuadra. La presentación de Paz Carrara estaba a punto de comenzar.
Poco a poco los espectadores fueron entrando, ubicándose en mesas de a cuatro. Quienes venían solos o en pareja deberían compartir, pero eso no supuso un problema para nadie. Amablemente y de forma muy tranquila los grupos se fueron uniendo, y la espera se llenó de conversaciones entre desconocidos.
La entrada de Paz vino acompañada de fuertes aplausos. Rodeada de una luz azul y acompañada únicamente de su guitarra, saludó a los asistentes y preguntó a quienes habían ido a su show anterior en Camping qué canción había faltado. La noche empezó de esta manera con una increíble performance de ‘Verte’, track incluido en su primer EP.
“Estoy muy feliz de estar acá con ustedes. Es tal como me lo imaginaba, súper íntimo. Les prometí un show con emociones, así que vamos a tener emociones” afirmó Paz al tiempo que tocaba los primeros acordes de ‘La Lluvia’, y una persona en primera fila declaró que estaba a punto de llorar.
Dos fueron los pilares del show. El primero consistió en volver a aquellas presentaciones tan comunes pre pandemia, llenas de invitados. Lucila Ruiu fue la primera de la noche, quien cantó junto a Paz ‘No Me Quiero Olvidar’ (track de su autoría no estrenado aún) y Tomás Félix Urtizberea, parte del dúo Koino Yokan, interpretó un hermoso cover de ‘Suerte y Amor’ del cantautor uruguayo Gustavo Pena. Por último, Angie Cadenas y Connie Isla coparon el escenario, luciéndose en un mashup que combinaba los mayores éxitos de Queen.
La sensibilidad de las letras y el virtuosismo de Paz con la guitarra hicieron llorar a más de un espectador
El segundo pilar se basó en compartir canciones no estrenadas, y que probablemente (según la cantante), jamás lo hagan. ‘Cuando Sea Grande’, ‘Tus Colores’ y ‘Suficiente’ fueron las elegidas. La sensibilidad de las letras y el virtuosismo de Paz con la guitarra hicieron llorar a más de un espectador, mientras el recinto vibraba por los aplausos cada vez que los temas llegaban a sus últimos acordes.
La artista compartió en varias ocasiones lo feliz y agradecida que estaba con su público: “Yo tocaba la guitarra en mi cuarto, y con mi mamá pensábamos cómo podíamos hacer para que esto se convierta en un trabajo. Pero de repente empezó a suceder, porque gente como ustedes me escuchó. Para mí es un flash que estén acá”.
Si bien todo el show fue excepcional fueron dos los momentos que se robaron la noche. La performance de ‘Liberarme’, canción que se había estrenado ese mismo día y que sus fans más fieles ya conocían de punta a punta, contó con la participación de Leandro Rivadulla (quién también la produjo). La sala se silenció por completo, y solo se escuchaba la voz de Paz y la guitarra eléctrica de Leandro. La letra y las armonías que hicieron juntos provocaron que se creara una atmósfera de conexión absoluta entre los presentes. Simplemente mágico.
El segundo momento fue el final. Con los primeros acordes de ‘Radar’ los espectadores se levantaron de sus asientos, al tiempo que cantaban y bailaban desde sus mesas. Los invitados salieron de bambalinas y se unieron al público, alentando y aplaudiendo.
“Muchas gracias realmente. Para mi es un sueño hermoso volver acá, y que estén todos ustedes. Fue un placer”. Con estas palabras la artista se despidió de los presentes, en medio de ovaciones y declaraciones de amor. Colocó la guitarra a un costado del escenario y se alejó a través de las cortinas, dejando tras de sí un público feliz y agradecido de haber podido formar parte de una noche tan especial.