NO TE VA GUSTAR: MUEVE, UNE, SANA Y CALMA

La banda charrúa lo dio todo en una seguidilla de shows agotados en Obras. Aquí la crónica del domingo.

Vimos cosas espectaculares este noviembre en el Estadio Obras, conjuntos del calibre de Foster The People y New Order, pero ninguno logró colmar la capacidad del predio de la forma en que lo hizo No Te Va Gustar en esta seguidilla de cuatro fechas cerrando su gira Suenan Las Alarmas. Aquí lo ocurrido el domingo.

Todo comenzó cuando las luces del escenario se apagaron y los cánticos de hinchada —tan propios del pasional público de rock rioplatense— invadieron cada recoveco del estadio. Luego la pantalla se encendió para mostrarnos la imagen de una Tierra que latía al compás de un corazón. Un conjunto de sirenas incrustadas en la tarima comenzaron a brillar y a emitir su alerta: la banda hizo su aparición. El público abrió inmensos círculos en el campo y todo el mundo comenzó a saltar con el comienzo rockero de ‘Pegame Más Fuerte’. Le siguió ‘Cero A La Izquierda’ y la emoción ahondó incluso más profundo en el pecho de la audiencia que sacó a relucir sus banderas con orgullo.

Cuando fue el turno de ‘Al Vacío’, no solo las y los fans cantaban: hasta el muchacho que vendía botellas de agua coreaba la letra contento. Es que NTVG ha traspasado las barreras de los géneros y tiene un público diverso: por su puesto vemos a la clásica hinchada del rock nacional, con remeras de bandas como La Vela Puerca y Callejeros, gastadas por los años, luciendo tal vez un tatuaje de Viejas Locas o Los Piojos; mas también encontramos remeras de conjuntos como The Strokes, o integrantes de un público que quizás no frecuenta cada fin de semana un recital, pero sale de su casa para ver a los destacados uruguayos. El rango etáreo también es amplio, mas no olvidemos que el año que viene el conjunto cumplirá 25 años de música.

Qué lindo estar otra vez acá” disparó primero Emiliano Brancciari, líder, voz y guitarra de No Te Va Gustar. “Por suerte el fútbol no empañó la fiesta. Hoy es el día mundial contra la violencia de género. Festejemos eso. Cuiden sus cosas porque siempre hay algún raterito dando vueltas, y ojalá pasemos una hermosa fiesta como siempre”. Habría que entender si realmente hay rateros pagando una entrada para ir a robar o más bien si alguien los deja pasar (cosa que ha disminuido mucho con los años y que no ocurrió en los Obras de El Kuelgue, Babasónicos ni los internacionales mencionados al principio). Mientras tanto, y a tono con el festejo, mujeres bellas y fuertes de todas las tallas y siluetas no dudaron en bailar en corpiño para combatir el calor creciente de ‘Verte Reír’, que incluyó una parte de ‘Ala Delta’ de Divididos. ‘El Oficial’ puso a temblar el piso y Denis Ramos se lució no por tocar el trombón con destreza, como es habitual, sino por rapear enérgico. Terminada la canción, la concurrencia se acordó del presidente argentino y lo hizo notar.

‘Clara’ fue recibido entre abrazos y besos por parte de las parejas; terminado el tema, las luces se apagaron y la banda desapareció. En seguida se iluminó la batería y Diego Bartaburu dirigió desde su instrumento tremendo solo que incluyó a tres de sus compañeros en elementos percutivos. El emotivo cuarteto de tambores, timbales, panderetas y platillos devino naturalmente en ‘Los Villanos’. Como en todas las versiones que se registran en vivo de No Te Va Gustar, de alguna forma aunque el público esté prácticamente balanceado, las voces femeninas predominan en lo que se oye desde la masa.

Como ya es usual, en el medio del exitoso ‘Te Voy A Llevar’ Emiliano entona una estrofa ricotera: “¿Cómo no sentirme así? Si ese perro sigue allí”. Algo parecido ocurre cuando cierra otra de sus canciones con una frase de ‘Zafar’ de La Vela. Al argentino criado en Uruguay le gustan los guiños a sus colegas. Durante la recta final, el pogo se adueñó del predio en ‘Fuera De Control’, y unos temas después el cierre fue, como siempre, a puro trapo con ‘No Era Cierto’.

Existen muchos tipos de público sea por país, región, género, banda y más. Pero todas estas variables solo buscan explicar qué tipo de gente es la que está presente, y lo que quedó claro en NTVG es que su público es uno que se entrega a la hermandad que genera la música en vivo: personas desfilando en hilera a modo de trencito y cadenas de dúos formando un túnel con los brazos para luego meterse dentro de él fueron algunos de los sucesos festivos que destacaron además del baile y el canto. Quedó demostrado así que la música (mueve) une (sana y calma) incluso lo que otras cosas separan.

Aquí podés ver el setlist de la cabina de sonido.

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