MASCULINIDADES CONTEMPORÁNEAS EN LA MÚSICA ARGENTINA: ILLYA KURYAKI

Esos raros peinados nuevos: ¿de qué hablamos cuando decimos nuevas masculinidades? ¿Es posible que se desarrollen nuevas formas de ser varón?

Es una máxima conocida y ampliamente aceptada que para entender el presente hay que conocer el pasado. Para ello, vamos a buscar en los trabajos de Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur algunas claves para pensar en cómo se habla del sexo en particular y en relación a los géneros, y qué relaciones de poder se pueden observar en este entramado.

Illya Kuryaki & The Valderramas inauguró en nuestro país no solamente el funk como una forma de traer el groove, sino también una forma de hablar de sexo que logra, en ocasiones, sacarlo del yugo de las metáforas. “Sus ojos eran lindos, sus piernas también, pero que no abra la boca que echa todo a perder”, expresan en una letra compuesta desde la óptica masculina, explícita también en su machismo. Podemos acumular citas de clara objetivación de la mujer e incluso encontrar frases que hoy nos resultarían insoportables, como “latina virgen en la orilla, lava la ropa y se humedece con risas, yo solo pretendo probarla, meter mi sexo en su frutilla me alcanza”.

Teniendo en cuenta que la sexualidad es un terreno complejo donde se entrecruzan poderes y tecnologías, ¿cómo ser hombre en los ‘90 y cantar de sexo sin ser avasallante? Dante y Emmanuel trajeron la posibilidad de hablar de sexo a través de la música de una forma que no estuvo exenta de las limitaciones de su época, pero que marcó un punto de partida. Desde un discurso evidentemente heteronormado, aparece el funk como registro musical y como código de la interacción corporal. Más importante que las palabras exactas en tal o cual frase, es la estética de la sexualidad desde la cual cantaban.

Hay algo en algunos géneros, como el funk, la electrónica, el cuarteto y el reggaetón, que tiene que ver con el cuerpo sexuado y una relación más erotizada con el otro. Dante lo explicó del siguiente modo: “Estás funkeando y a veces es como coger en vivo”. Pero esa erotización no está necesariamente por fuera de las dominaciones masculinas. En esa misma entrevista, podemos ver que siguen pensando en “unas minas divinas” y en lados femeninos y masculinos, a secas, de las personas. Todo esto en abril del 2016, donde leemos que Horvilleur habla también de la mediocridad del panorama musical.

En agosto del año pasado, acerca de la escoba que nos pasó el feminismo, El Dante expresó que “hay temas que no toco en vivo porque ya no me representan. Mi oído de hoy los siente demasiado agresivos, demasiado chocantes. Hoy puedo ser sexual de otra manera”. Reconoce sin claroscuros la dimensión violenta de la forma en la que componían sus letras y propone un cambio, una diferencia. ¿Es una exageración relacionar esa «otra» sexualidad  con otra forma de ser hombre? Nuevamente, no sabemos ni nos interesa saber si Spinetta se piensa, deconstruye o lo que sea. Queremos pensar cómo los cuestionamientos del feminismo nos han puesto a reflexionar en torno a cómo hablamos del sexo y, a partir de ahí, cómo llevamos su experiencia.

 

“LA SEXUALIDAD/SENSUALIDAD EN IKV NO ES DISGRESORA, PERO ABRE UNA RELACIÓN CON OTRO TIPO DE EROTISMO”

 

Emmanuel Horvilleur, con respecto a su último disco, dijo: “Me sigue gustando escribir sobre el erotismo, la sensualidad, sobre la mujer [...]; buscaré la forma de hacer eso sin perder de vista lo que pasa en ésta época. ‘La Universidad De Tus Besos’ deja en claro que me sigue inspirando la mujer”. De este modo, se muestran con claridad la responsabilidad discursiva, una tensión histórica que condiciona los modos de lo que se dice, y el discurso del hombre que sigue poniendo a la mujer en la posición de musa.

El sexo puede ser tanto intercambio como avasallamiento, entrando en juego las performances posibles y el lugar desde el cual el hombre se comparte. Siendo un espacio donde se ha vulnerado a otres con violencia machista, debemos aprender a verlo como un punto de encuentro, tal como Dante le contó a SPE que “me dicen que conocieron a su pareja bailando un tema mío”. La sexualidad/sensualidad en IKV no es disgresora ni cuestiona la masculinidad, pero abre un tipo de relación con otro erotismo, pensando a lo erótico como un compartir más que un conquistar, como un encuentro más que como un enfrentamiento. Nos atrevemos a decir que sin las letras de IKV y sus nuevas formas de hablar de sexo, no habría hoy un Paco Amoroso que cante “todo tu sabor ya lo tengo adentro de mi boca mientras tu culo me rebota”. Si bien no es Kevin Abstract cantando sobre practicarle sexo a oral su novio, nos habilita a pensar en una masculinidad en busca de una experiencia de la sexualidad menos normada y más amplia, menos avasallante y más erótica.

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