Si hay algo que queda claro en esta era digital, es que la fugacidad prevalece por sobre todas las cosas: ya no hay garantía de longevidad, y lo que hoy «la rompe» mañana se olvida. De esta forma, artistas y canciones se encuentran ante la dificultad de mantenerse en el tiempo y de pelear con una oferta que crece vertiginosamente y un algoritmo que parece no ayudar a nadie.
Justin Bieber y Ed Sheeran colaborando juntos es ‘I Don’t Care’ no parece una cosa extraña: ambos comparten un perfil pop con una audiencia mayoritariamente femenina y joven. Pero ¿Ed Sheeran y Paulo Londra? Si bien es cierto que a nivel audiencia, desde el rango etáreo sí hay una coincidencia, a nivel de géneros no la hay: no solo musicalmente hablando, sino también desde códigos tanto visuales como de comportamiento e incluso de vestuario, donde el trap y el pop no siempre llegan a un punto en común.
Pero si de extravagancias se trata, quizá el Duki con Vicentico compartan aún menos —ni siquiera comparten un target—, como tampoco lo hacen los Jonas Brother con Natti Natasha y Daddy Yankee. Sin embargo, las colaboraciones suceden y están sonando.
Algunos grandes featurings funcionan y se justifican por la relevancia de dos artistas que comparten un género musical en común. Es el caso de Rosalía, quien despertó un súbito y masivo interés por su híbrido producto musical, junto a J Balvin en ‘Con Altura’, un artista que en el reggaetón ha hecho de las suyas y se encuentra en una gran posición. También ‘I Don’t Care’ entra dentro de esta categoría, sumada a la novedad y sorpresa que produce un Justin Bieber que, días antes, había asegurado querer poner pausa a la necesidad de volver a la música para dedicarse a su salud. Shawn Mendes y Camila Cabello, con su canción ‘Señorita’, acercan dos audiencias que, compartiendo códigos, edad y comportamientos, amplían el campo de juego para ambos artistas, estrategia ya iniciada en el 2015 cuando lanzaron juntos “I Know What You Did Last Summer”.
Otras veces, las colaboraciones funcionan como herramienta para generar awareness y poder volverse relevante ante una audiencia a quién ciertos nombres les parecen anticuados. El mejor ejemplo quizá sea el de Duki y Vicentico. El primero tiene una influencia indiscutida en un público que quizá poco —o nada— conoce de Vicentico, un músico de gran trayectoria. Si bien este último ha intentado acercarse a un grupo más joven a través de su participación en festivales como el Lollapalooza, el generar música con un artista tan trending y tan influyente le permite «probarse» ante un público que quizá no está dispuesto a efectuar una escucha sin un incentivo previo. Esto, con el objetivo máximo de colaborar en un producto como la serie El Marginal.
Lo mismo ocurre con los Jonas Brothers. Su vuelta como grupo impactó a todos, sin duda fue noticia explosiva y se mantuvo candente durante un tiempo. Sin embargo, su última canción como grupo salió en el año 2013. Los tiempos cambiaron y los artistas pasaron, y aunque su vuelta fue furor entre una audiencia que sin duda era fanática y férrea seguidora de la banda, hoy se la encuentra más madura y hay un nuevo grupo juvenil que conquistar. Ante esto, y en un momento donde el reggaetón está tan en auge como el trap, ser (una muy breve) parte de una colaboración en un tema de Sebastián Yatra, donde además participan Natti Natasha y Daddy Yankee, es la mejor forma de acercarse a quienes poco saben de los Jonas.
Pero también, y quizá la canción de Sebastián Yatra da en la tecla en este punto, colaborar con artistas inesperados es una forma de generar ruido y hacer que la gente hable. Fue este el caso de Jack White con el rap-metal de Insane Clown Posse —con Mozart incluido— en ‘Leck Mich Im Arsch’ ya en el año 2011, que no solamente generó expectativa por ser inesperada, sino también por la alta calidad de ambos artistas en colaboración.
En la era donde el disco completo ya no tiene tanto empuje y relevancia como los singles, un trabajo compartido permite awareness, relevancia y un acercamiento a una audiencia que, de otra forma, no está al alcance del artista. Una forma de moverse en un mercado cambiante, fugaz y demandante que tiene, por sobre todas las cosas, la búsqueda de satisfacción y disfrute por poco (pero apreciado) tiempo, y donde las noticias corren tan rápido que generar mucha polémica es la mejor forma de sobresaltar. Ya nada sorprende. Excepto, quizá, si Megadeth colaborase con Taylor Swift... pero si Fergie colaboró con Slash, todo es posible.
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