HEARTS BEAT LOUD: UN AMOR QUE SE HEREDA

Nada como la música que se comparte en casa

Hearts Beat Loud es una película de 2018 dirigida por Brett Haley. La historia sigue a Frank (Nick Offerman), el propietario de una tienda de vinilos en Nueva York que entra en bancarrota debido a que la gente compra nuevos lanzamientos por internet. Con varios proyectos musicales enterrados en el pasado, un día a la semana improvisan como dúo junto a su hija Sam (Kiersey Clemons). 

Cuando ella le presenta una canción que escribió en secreto, Frank intenta convencerla de que deben formar una banda, antes de que la flamante compositora viaje al otro lado del país para estudiar medicina. Sam se niega rotundamente, pero su padre no se da por vencido: sin su permiso, sube a Spotify el tema que escribió su hija y el éxito abrirá un nuevo capítulo musical en sus vidas. 

El soundtrack está compuesto por artistas indie, pop y folk como Mitski, Molly Burch y Cigarettes After Sex. Además, las canciones de We’re Not a Band (el nombre en chiste que adopta la banda ficticia de Frank y Sam), son material original del film, escritas por Keegan DeWitt —compositor de la banda sonora de Her Smell (2019). 

“Cualquier persona que haya heredado una banda de sus padres va a encontrar una historia con la que se sienta identificada”

Una película acerca de los constantes altibajos que presenta la vida y cómo se pueden plasmar en canciones, sin dudas podría sumarse a una maratón junto a clásicos de John Carney como Once (2007) o Begin Again (2013). Los momentos más puros y sinceros de Offerman y Clemons los apreciamos dentro del estudio casero, donde solo las miradas alcanzan para transmitir lo que un papá siente cuando descubre el talento de su hija.

Hearts Beat Loud va a fondo en la relación padre-hija, no solo por los sueños proyectados en la otra persona, sino también por el amor a la música que ambos comparten. Cualquier persona que haya heredado una banda o esta pasión de sus padres va a encontrar en esta producción una historia con la cual sentirse identificado, y posiblemente deje escapar una lágrima si se mira con esa persona especial al lado.

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