El 21 de noviembre la cámara de diputados aprobó la ley de cupo para mujeres y disidencias en festivales de música. Dicha ley determina un piso de 30 por ciento de participación de mujeres y disidencias en eventos tanto públicos como privados: es innegable la importancia de este avance en el camino a la igualdad de oportunidades laborales en la música. Si bien es menester ocupar espacios que siempre fueron negados, surge también la inquietud: ¿cuáles son las mejores estrategias para alcanzar la ruptura que se busca? ¿Es la lucha de cada espacio? ¿Es la generación de espacios nuevos, distintos desde el cimiento?

El festival cordobés GRL PWR tendrá este 14 de diciembre su tercera edición, por primera vez en Buenos Aires. Estamos hablando de un espacio disidente que logró crecer exponencialmente y al que la demanda lo trajo a capital. “No hacen falta bandas de chicas, hacen falta festivales GRL PWR”, reza el eslogan. Clara declaración política: la escena no para de crecer, las artistas ya se empezaron a organizar, los espacios de resistencia cultural que se fueron gestando atraen cada vez más público que se identifica con la fuerza motor. SPE pudo hablar con una de las organizadoras y varias de las artistas que encabezarán la siguiente edición en el CC Konex:

SPE: ¿Qué te genera ver una grilla compuesta íntegramente con pibas y pibis?

Melanie Williams: Es sarpado que se generen estos espacios de expresión y que estén artistas que reflejen el momento social que estamos viviendo.

SPE: ¿Cuáles te parecen las mejores estrategias para llegar a la visibilización del arte de mujeres, lesbianas, personas trans y no binaries? ¿Cupo? ¿Espacios nuevos? 

Luanda: Para mí son las dos al mismo tiempo. Yo soy afroargentina. Todos los días me preguntan de dónde soy, o asumen que soy de Brasil. Aunque diga que soy afroargentina me preguntan: “¿dónde naciste?”, hasta la misma policía cuando me pide el DNI me lo dice. Para mí es una pregunta constante: ¿Armamos nuestras propias movidas nosotres soles? ¿O nos metemos donde nos negaron espacios? Me parece que no hay que dejar de juntarnos entre nosotres, es un poco y un poco. Ocupar incomoda, cuesta, pesa... Incomodar está bueno.

SPE: Si armás un espacio paralelo, también hay mucha gente a la que puede pasarle inadvertido… Es innegable que hay ciertos circuitos que ya tienen una llegada establecida que está bueno ocupar.

L: Es eso, incomodar.

Melisa Franco: A nosotros nos parece que hay una responsabilidad en los productores ahora, tienen que ponerse a ver otras cosas. El que no quiere, que no lo haga —bueno, por ley ahora tienen que hacerlo—, y tampoco hace falta ir a esos festivales. Nuestro eslogan es ése: hacen falta más espacios y no tener miedo a convocar artistas mujeres y disidencias.

L: «Disidencias»… Es una palabra un poco invisibilizadora, ¿no? Como… «Todo lo demás».

SPE: Sí, tenés razón. Hay que limar todas las aristas para poder expresarnos exactamente como queremos. ¿El objetivo del festival sería, entonces, poder mostrar toda la oferta que hay? ¿Cuál es el criterio que unifica?

MW: Lo que une es el amor por la movida. Impulsar a las pibas y disidencias. Es alto impulso energético de amor y manija.

MF: Está buena la mezcla, que haya de todo. Es un camino largo. Con la ley de cupo ya hay una visibilización, sí o sí. Ahora vamos por más, esto es solo el comienzo. Nosotros peleamos mucho por eso, y cada uno tiene que pelear desde su lugar para que esto se genere. Todo el tiempo nos llega material de bandas, escuchamos ansiosas las cosas nuevas y vemos que hay tantas, ¡tantas bandas! Hay muchos lugares que tienen que abrirse más porque se quedan siempre con lo mismo.

SPE: [A MACHA KIDDO] Vos que vas y venís, ¿tenés otra visión sobre las cosas que están pasando acá? ¿Cómo sentís la escena allá y la escena de la que sos parte acá? (Macha Kiddo nació en Costa Rica, pero se radicó en Buenos Aires hace casi once años).

Macha Kiddo: La verdad es que es abismal la diferencia. Sé que allá están pasando cosas preciosas; estuve trabajando con unas chicas que están haciendo un podcast muy bueno que se llama Furia en Hilo, ellas me pidieron hacer un rapcito para antes que arranque el programa. Están tocando temas importantes, afilando los machetes, poniéndose las pilas. Argentina es un referente muy importante. Acá se está curtiendo una muy poderosa, muy bonita, rompiendo y diciendo “vamos con toda”. Yo me siento muy acogida en Buenos aires. Es un camino muy largo el que se ha hecho, desde la primera marcha de Ni Una Menos, a tener un pañuelo verde que nos tiñe a todas del mismo color, entendiendo que estamos todas en la misma lucha, con los mismos deseos; si se quiere enojada, si se quiere deconstruyéndose, preguntándose, pero todas por ahí.

Los espacios que se gestan proponen nuevas estructuras desde los cimientos. Desde quienes integran los equipos de trabajo, quienes forman la «contención» y hasta quienes ocupan los escenarios. La organización colectiva muestra sus frutos con estos ejemplos y con el pujar organizado: gracias a cientos de músicas que se unieron en la campaña “X más músicas mujeres en vivo”, hoy nuestro país cuenta con una ley de cupo para festivales.

“De la consciencia no se vuelve”, dice el refrán, y el feminismo no puede hacer oídos sordos a la realidad que hicieron visible la investigadora del Conicet en música y género Mercedes Liska y la gestora cultural Alcira Garido: analizaron la grilla de 46 festivales musicales privados y estatales en todo el país para ver que solo un 10 por ciento eran mujeres. Mañana esa realidad, sí o sí, será diferente. Y fue obra del empuje, la autogestión y el feminismo.

*Podés adquirir tus entradas para el festival GRL PWR que se realizará el 14 de diciembre en el CC KONEX aquí.

Por Valentina GNucci