Formados como un equipo de emprendedores dedicados la gestión y la difusión de la cultura y sus nuevas formas estéticas, hace nueve años El Emergente Bar se consagra como uno de los pilares de la cultura under y los artistas emergentes, brindándoles un lugar tanto en su etapa de formación como de maduración para que puedan difundir sus obras, darse a conocer y comenzar a desarrollarse. Concebido como un espacio inclusivo, una puerta de entrada para quienes decidan insertarse en la escena artística, y un buen plan de fin de semana para los espectadores; es parte del circuito de espacios under que permiten nacer una cultura distinta a la hegemónica.
Una enrome fachada de fábrica recibe a los recién llegados en Almagro, sobre la calle Acuña de Figueroa, prometiéndoles música, arte y mucha cultura emergente. Lo que parece un frente gris y triste, esconde tras sus paredes la explosión de creatividad y energía propia de los artistas. Es una bienvenida a una fiesta, es una bienvenida a El Emergente.
“Soy el iniciador y el vocero de El Emergnete”. Así se presenta Hugo Szmoizs, quien, en una nota exclusiva, habló sobre este emprendimiento auto gestionado que hoy cumple nueve años promocionando la cultura local en la Ciudad de Buenos Aires. “En primer instancia fueron fiestas itinerantes —explica Hugo— buscando un espacio para promociona la cultura, haciendo lo que nos gusta”.
Si bien la historia es de éxito, tuvo que pasar un tiempo entre fiestas y lugares alternativos para que El Emergente pudiese encontrar un lugar fijo en lo que hoy es su sede Gallo, en el barrio Abasto. En el lugar donde funciona la Asociación Civil Alabasto, es donde lograron conseguir el primer permiso especial para hacer música en vivo y peña folclórica, encontrando así la primera sede fija. Al respecto, Hugo aclara que “al principio nos encontramos con que la normativa era imposible. Y antes era peor que ahora, muy cerca post cromañón, estaba la normativa mucho más compleja”. Más tarde, en el año 2009, nace El Emergente Bar, aspirando a cumplir con los requisitos necesarios para funcionar ya con una programación cultural anual y no esporádica.
Hoy en día, El Emergente cuenta con dos sedes: una ubicada en Almagro y otra en el Abasto, equipadas con escenario para presentaciones musicales, espacio para muestras de arte, poesía y radio propia. Como explica Hugo, la idea es poder darle a todos los artistas un espacio, por eso los diferencian entre sí: “en Gallo abordamos los artistas en su primera etapa de gestación, desde la primera vez que sube al escenario a todo el proceso de maduración; y en Almagro, que tiene una contención más profesional, buscamos propuestas artísticas que estén entrando al profesionalismo”.
El lugar, pensado como una incubadora para los artistas y una forma de contención y desarrollo no sólo para aquellos que se inician, sino para quienes ya vienen trabajando sobre un proyecto que necesita madurar, ofrece numerosos ciclos semanales y mensuales, una programación casi diaria y una cartilla de opciones que fácilmente tientan a cualquiera.
Hugo no desconoce el esforzado trabajo cotidiano que significa llevar adelante un espacio cultural auto gestionado, pero no duda en aclarar que es el trabajo en continuidad por parte de todos los integrantes lo que permite que se mantenga y logre crecer en el tiempo. “Nosotros al comienzo no teníamos un mango”, aclara. Es igual el caso no sólo para otros espacios, sino para los artistas mismos, que autogestionan el contenido, la producción y la difusión.
La forma de movilizar a los artistas es, sobre todo, a través de las redes sociales, y se evidencia en el sinnúmero de páginas de Facebook, eventos, perfiles de Instagram y cuentas de Twitter que circulan por la escena virtual. En el caso del Emergente, la calidad artística que buscan es siempre hacia arriba, examinando propuestas que sean consistentes a nivel artístico, comunicacional y de producción. Además, al no ser parte del Gobierno ni tener las facilidades propias de los organismos gubernamentales, tienen que restringir y elegir su búsqueda sin desconocer la parte monetaria y la venta de entradas que sustentan el lugar. Por eso, “tratamos de ser un lugar, no para todos, pero sí para muchos”. El equipo del Emergente, de este punto de vista, se posiciona en un lugar de coproductor con el artista: “nos asociamos con él. Yo me encargo de que esté todo, de darte contención, pero vos tráeme al público”.
Hace ya nueve años, El Emergente se presenta como un espacio para todos aquellos artistas que buscan difundir sus producciones, así como un lugar de encuentro donde nunca falta la diversión, la buena onda y la energía creativa.
“El mayor orgullo es haber logrado un espacio dentro de la escena”
Los espacios para lo que se denomina “cultura under” son una gran herramienta para el artista de hoy en día. “Son muy copados los lugares como El Emergente o las galerías autogestionadas,” indica Gastón Mengo, diseñador gráfico y dibujante que ha participado de diversas muestras, además de reuniones de dibujo organizadas por los mismos dibujantes. “No sólo como artista, que te permiten darte a conocer, sino como visitante. Yo al Emergente vengo siempre porque tienen muy buen material para comprar y artistas para conocer.”
A través de una radio oficial, redes sociales, contenido web y dos espacios exclusivos, un proyecto que comenzó como una simple idea con el claro objetivo de promocionar la cultura, es hoy un espacio conformado con gran aceptación y un lugar de encuentro para el público consumidor de cultura, además de un modelo de espacio cultural que sirve como ejemplo para muchos otros, y que demuestra que en Buenos Aires hay lugar para una cultura distinta, nueva y dispuesta a marcar nuevos horizontes.