Supongamos que es sábado por la noche y algo no está bien. No sabemos qué, pero hay algo que no funciona emocionalmente. Entonces, abrimos YouTube y nos sugiere ‘Gone’. Un plano panorámico de un lugar que bien podría ser Arizona, o al menos un espacio tan árido como cualquier desierto de Estados Unidos, nos revela un enigmático chico con sombrero y una voz poderosa.
Harry Hudson es una gran compañía en momentos de desesperación. Es una voz que canta al oído del que necesita consuelo y, aunque no le diga obsesivamente que va a estar todo bien, acompaña y transmite un mensaje de optimismo. Bajo el ala de Roc Nation, el sello discográfico fundado por Jay-Z en el 2008, el artista americano logra condensar lo clásico de un cowboy de Nashville con un partyboy de California.
Sus videos vistos por separado parecen no tener sentido, pero el desierto cobra vida en un moderno western de 17 minutos, incluyendo y entrelazando sus canciones ‘Cry for Love’, ‘Yellow Lights’, ‘No Good’ y ‘Gone’, dándoles una cara y una historia. Claramente apuntado a hablar de sus experiencias, es un corto inspirado en “perderte a vos mismo en la oscuridad para encontrar la luz”.
“LA GENTE NO QUIERE PENSAR EN LA MUERTE. PARA MÍ, ES COSA DE TODOS LOS DÍAS”
Habiendo comenzado como rapero, tras una particular sugerencia de probar el canto decidió cambiar la carrera. Se inició en el pop, ya que como ha confesado sin tapujos parecía ser lo más fácil y accesible, pero no se encontró a él mismo hasta que la tragedia tocó su puerta. Hudson fue diagnosticado con linfoma de Hodgkin, una enfermedad que logró vencer con éxito, y cuyo resultado fue, además de una victoriosa cura, un emotivo álbum debut proveniente de su diario personal. Su trabajo discográfico Yesterday’s Tomorrow Night data del 2018 y la pregunta sería por qué nadie habló más de ello. Su estilo varía entre un folk pop con cierto perfil rockero, hasta la inclusión del típico banjo country que abunda en el género, logrando canciones que rememoran los clásicos de Johnny Cash. Las letras son profundas, pero, por sobre todas las cosas, son sentidas.
Lo más potente del artista son, indudablemente, sus letras y su voz; todo teñido por sus experiencias. Como aseguró en una entrevista: “La gente no quiere pensar en la muerte. Para mí, es cosa de todos los días”. Su imagen de chico que anda de fiesta se rompe con la sensibilidad de su trabajo, el cual puede volverse oscuro en ‘Mean To Love’ o dar un giro inesperado como en su featuring con Jaden Smith en ‘Just Slide’. Este año, más que dejar que su carrera permanezca bajo la sombra de la incertidumbre, lanzó varios singles, entre los que cuenta la colaboración con Frank Walker en ‘Can’t Let You Go’ en un folk-meets-electrónica que da tantas ganas de bailar como de llorar por amores pasados.
Quizá es algo injusto que Hudson sea más reconocido por ser amigo de Kylie Jenner que por su indudablemente talentoso álbum, pero así es la vida en tiempos de Instagram. Con lo poco que queda por decir, solo bastaría cerrar la nota con ‘Whenimma’ a todo volumen, porque cuando las palabras faltan, la música es suficiente.
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