Olvidándonos un rato del caos que reina en el mundo, viajamos al pasado con Dante Spinetta en una charla con el tema «vida» como hilo conductor. Sus hijos, su música y recuerdos imborrables.

En tu canción ‘Aves’ mencionás que “todos esos giles que no tienen vida andan codiciando algo de la mía”. ¿Hay algo que la gente codiciaría si supiera que tenés?

Dante Spinetta: Tengo una colección de muñecos de He-Man que es bastante picante [risas]. Igual, más que cosas materiales, me refiero al sabor de la vida y tener cierta actitud frente a la misma. Es una cosa de fronteo urbano, no algo tan literal.

¿Qué es lo que más te sorprende de tu hija Vida?

DS: Es una nena muy talentosa y no para de sorprenderme. El año pasado aprendió a bailar de una manera increíble y, más allá de su talento natural, trabaja muy fuerte al punto de asistir a seis clases de baile por semana. Me sorprende la velocidad de su crecimiento, de un año para el otro la ves bailando coreografías re complicadas. Y ni hablar del canto: un día, cuando tenía ocho años, se aprendió cuatro canciones en italiano del estilo de Maria Callas y no desafinó ninguna nota. Yo no entendía cómo estaba tan entonada, parecía que nació con un autotune en la cabeza. De todas maneras, tanto ella como Brando tienen una ética de trabajo muy fuerte y entienden que hay que pelarse para llegar alto. Por eso mismo él decidió irse de casa, creyó en su sueño futbolístico y hoy está jugando en Aldosivi.

“EN EL NUEVA YORK DEL ‘96  VEÍAS LAS CALLES RAPERAS DE VERDAD”

Entre estas preguntas, mencionamos el sorteo del disco de vinilo de Puñal (2017), en el cual podés participar ingresando acá. Dante, que lo tenía a mano, aprovechó para mostrarlo y contarnos la historia detrás de la tapa.

DS: Es mi primer álbum solista en este formato, así que estoy re cebado. Está masterizado de una manera especial y no sabés lo bien que suena. La historia de la tapa de Puñal es muy loca: lo que se ve es una daga que se encuentra en el Museo Metropolitano de Nueva York; justo estaba paseando por ahí, me cebé cuando la vi y le saqué una foto con el celular. Empecé a jugar con filtros e idear cosas, pero cuando se lo mandé a Ardi, director general de POGO Creative Co. y encargado del artwork, me dijo que la calidad de la foto no servía. Por casualidades de la vida, Hernán Corera estaba en Nueva York y se ofreció a tomar una nueva. Al final, todo el arte fotográfico que acompaña al álbum terminó siendo en esa ciudad. Ese no era el plan en un principio, fue así por mera casualidad.

Lo menos planeado puede terminar siendo lo mejor…

DS: Ni hablar, Nueva York es perfecto para que algo así pase. Yo viajo desde los ‘90 y siento que es uno de los lugares más inspiradores del mundo. En el ‘96 veías las calles raperas de verdad, en la época de Tupac y The Notorious B.I.G., y le tengo mucho amor y admiración porque es la cuna del rap. Allí se ve un ambiente político y social muy diferente al resto de Estados Unidos.

¿Hay algún momento de tu vida que te gustaría volver a vivir?

DS: Muchísimos, algunos es como si los tuviera grabados en video dentro de mi cabeza. Momentos con mi padre, con mi amigo Gustavo Pessoa, con José Luis Miceli (quien era el tercer Kuryaki y cuya muerte fue muy dura para nosotros), y también shows increíbles como Prince en Las Vegas o D’Angelo en Río de Janeiro. Tengo recuerdos hermosos en calles de todo el mundo: siendo pibe conocí México D.F., Santiago de Chile, Bogotá, Medellín. Hay miles de lugares por los que ha pasado mucha magia. Siento que todo esto es parte de mi ADN, ya que somos un compendio de energía junta y, de una u otra manera, nuestras memorias influyen en nosotros.

“LAS CANCIONES TIENEN ESE PODER MÁGICO DE CONVERTIR EL DOLOR EN ALGO POSITIVO”

Esta influencia nostálgica también se puede ver en tus letras.

DS: Totalmente. Para el Día del Padre subí un video de ‘Soltar’, una canción que yo sé que a mi viejo le gustaría y por eso se la dediqué. Hablar sobre lo que hablo en ese tema me ayudó mucho, ya que vivía un desamor muy fuerte al momento de componerlo y tenía que convencerme de lo que dice la letra. Creo que las canciones tienen ese poder mágico de convertir el dolor en algo positivo: muchísimas personas me dicen que mi música los ayudó a superar momentos difíciles y estar en el soundtrack de la vida de alguien es un honor gigante. También están los que me dicen que conocieron a su pareja bailando un tema mío en un boliche, no es exclusivo de los temas tristes. Ser parte de la vida de la gente es algo que agradezco.

Mirá los mejores momentos de la video-entrevista en este resumen.