Connie Isla es una de las artistas más difíciles de definir: es cantante, actriz, activista y recientemente fundó su propia marca ecológica. Decir todo esto es quedarse corto, por lo que ella nos ayuda a entender un poco mejor lo que hace.

SPE: ¿Cómo nació el proyecto de la donación de ukeleles?

Connie Isla: Tengo una especie de ONG llamada Músicos del Alma que arranqué cuando tenía 20, con la que íbamos a hospitales con voluntarios para cantarle a los pacientes. El año pasado armamos un evento en el Hospital Gutiérrez para el día del niño en el que muchas marcas donaron un montón de cosas, y yo (que ya tenía contacto con los ukeleles Bamboo) les propuse que donaran algunos y se re coparon. A los meses me llamaron para hacer el diseño de un ukelele como una acción comercial, a lo que accedí, pero comentándoles que no me quería quedar con plata: mi idea era hacer una acción solidaria con escuelas de bajos recursos, y acordamos que de cada cuatro instrumentos que fueran vendidos con mi diseño, Bamboo donaría uno a escuelas de estas características. Ya llevamos más de 50 entregados en San Martín, La Boca, Tigre y algunas dentro del barrio 31.

SPE: ¿Qué se sintió haber sido nombrada Joven Ilustre por la Presidencia de la Nación?

CI: Cuando me llamaron no lo creía. Es más, ni siquiera sabía que eso existía, así que imaginate la sorpresa que me llevé. Igual, tengo que decir que, aunque fue algo muy lindo y me puso muy contenta, siento que esta distinción es en realidad para todos los millennials que estamos haciendo lo posible para cambiar al mundo. Aunque quizás este reconocimiento lleve mi nombre por el alcance que tengo, muchísimas personas están comprometidas con estas causas y todas ellas lo merecen igual que yo.

SPE: ¿De qué se trata tu nuevo emprendimiento Vrote?

CI: Cuando me hice vegana me empezó a costar mucho conseguir zapatos, ya que la gran mayoría son de cuero o tienen pegamento de origen animal. Sumado a que las grandes marcas están muy relacionadas con la fast-fashion, la precarización laboral, el maltrato animal, la contaminación ambiental y demás. Cuando vi que había mucha gente que sufría el mismo problema que yo, hablé con una amiga que tiene una empresa muy chiquita y le propuse hacer una colección de dos zapatos, que sea sustentable y que no precarice a nadie. Si bien es algo bastante caro, nuestro fin nunca fue obtener réditos económicos y lanzamos solamente dos temporadas. Después de ver el potencial que tenía , le dije que para verano había que largar una marca sí o sí, que no tenga solo zapatos y que apunte a una ética social, ambiental y animal. Todo lo que se utiliza en Vrote está libre de crueldad, a todos se les paga correctamente e intentamos ser lo más sustentable posible, aunque es un camino difícil en el que tenemos mucho por avanzar.

SPE: ¿Qué tan difícil es fusionar tu activismo con la música?

CI: Yo creo que mi lado activista y mi parte artística se retroalimentan mutuamente, y aunque todas mis canciones tienen un mensaje (lo que se puede ver en temas como ‘Equidad’), no me voy a poner a escribir un tema con estadísticas o cosas por el estilo. También me gusta contextualizar el lanzamiento del tema con el videoclip y con mi imagen, para que las personas entiendan quién soy y por qué hago lo que hago.

SPE: ¿Has llegado a rechazar proyectos por tus convicciones?

CI: Totalmente, le he dicho que no a miles de marcas, eventos y shows. Es más, rechazo más propuestas de las que acepto, ya que si los valores de quien me hace el ofrecimiento no están alineados con mis pensamientos y mi moral, no me tiembla el pulso para decir que no. Obviamente es menos rentable, pero por suerte tengo mucho trabajo y no necesito venderme para vivir.

SPE: Ya participaste en series como ‘Aliados’ o ‘Heidi, Bienvenida a Casa’. ¿Tenés algún proyecto próximo?

CI: Sí, se viene algo muy bueno que va a estar relacionado con las redes sociales, pero por ahora no puedo decir mucho. Igual nunca voy a dejar de hacer nada, porque amo poder combinar mi música con la actuación y el activismo, y me gusta poder romper ese pensamiento de que si sos bueno en algo te tenés que quedar con eso y punto.

SPE: ¿Y hay algo de eso que no te guste?

CI: Antes capaz que recibía menos críticas, menos insultos, había menos agresividad y era todo más fácil. Podía subir fotos de mis viajes, de mis covers y listo, ahí se terminaba todo, pero hoy hablo de temas que no le gustan a mucha gente, lo que genera que estas personas se incomoden y vuelquen su enojo contra mí. Igual, con el tiempo, entendí que no es nada personal y sé que vivir en esta realidad puede ser difícil, incluso hasta dar miedo. Como hablo de veganismo, ambientalismo, racismo, aborto y tantas otras cosas es obvio que soy un blanco fácil, y a eso le tenés que sumar que muchos me atacan por ser «cheta»: un argumento totalmente clasista y vacío. Creo que soy una persona privilegiada porque pude estudiar, comer todos los días, aprender otros idiomas y formarme en lo que me gusta, y por lo tanto siento que tengo que usar estos privilegios para informarme, informar a otros e intentar mejorar la situación del mundo. Los que me dicen que soy una «rubia cheta», ¿qué esperan? ¿Que me vaya al shopping a sacarme fotos? Me critican por ser clasista con el argumento más clasista que hay. Vivimos en una sociedad en la que el prejuicio prevalece, y es algo de lo que voy a hablar en ‘Seguís Igual’, el último single de este año que va a salir el 15 de noviembre.

SPE: Se viene un show en el Teatro Picadilly en diciembre. ¿Tenés algo planeado?

CI: Es un show totalmente nuevo, ya que hay muchos temas que nunca toqué en vivo, y el hecho de ser la presentación de un álbum le da algo mucho más conceptual. Casi todas las entradas se agotaron en una hora, y quedaron algunas porque cometí el error de decir que va a haber otra función y nadie quiere comprar las últimas [risas]. Todos están esperando a que salgan las nuevas para conseguir las mejores ubicaciones, pero en cualquier momento se van a agotar.

Conseguí tus entradas para ver a Connie Isla el 12 de diciembre en el Teatro Picadilly acá.