WINONA RIDERS EN OBRAS: UN PUNTO DE INFLEXIÓN

Forzando el drone en la garganta de las masas

¿Que divide al under del mainstream? ¿Solo la cantidad de gente que llevan? Es una pregunta bastante difícil de responder, porque después de llenar un Obras sería extraño volver a clasificar a Winona Riders como parte de la escena emergente. También es cierto que escuchándolos durante sus cuatro horas de show queda claro que están lejos del terreno comercial (y del ameno). Indudablemente fue una noche que quiebra con el paradigma del rock en Argentina.

Estamos hablando de una de las bandas nacionales más extrañas en encontrar el éxito. Podríamos hacer un paralelismo con Babasónicos por los ‘90, presentando precisamente en Obras su mítico Dopadromo (1996). Ruidosos y muy distantes a lo que vendría en el siguiente milenio. De todos modos, consultando con gente que los vio por aquel momento, fue un concierto que no llenó y su disco siguiente, Babasonica (1997) fue presentado en el mucho más pequeño Teatro Broadway. En la noche del viernes nueve de mayo, el campo se encontraba por lo menos un 95% lleno. ¿Pero cómo responde una banda a semejante éxito? Realizando su show más experimental hasta la fecha.

El concepto de base fue muy fuerte, implícitamente se trató de celebrar su música y tal vez poner un punto final a una etapa. Interpretaron la totalidad de su discografía. Los tres LPs e incluso el split con Black Market Karma, alrededor de 35 canciones donde muchas fueron respetadas y tantas otras mutaron. Los casos más extremos se dieron durante ‘¿A qué Suena la Revolución?’, ‘Buscando una Nueva Sensación’ y ‘El Último Té’, algunas de las piezas que interpretaron con la presencia de El Sindicato del Drone. Si no los conoces (y no te culpo), se trata de un proyecto de música minimalista plenamente avant garde, con quienes recuerdo colaboraciones de Ariel Mirabal y Ricky Morales, guitarristas de WR. En lo personal, no recuerdo la presencia de esta agrupación en un concierto de «los Winona», pero en su presentación más importante a la fecha forzaron el drone a la garganta de las masas.

Para quienes los vimos en Moscú, en el Auditorio Oeste o el Laberinto en Morón, esta era una experiencia surrealista. Ya las cuatro noches de junio en el Emergente por 2023 parecían un paso gigante por aquellos tiempos para la escena alternativa, pero pronto llenaron un Teatro Vorterix, un Teatro Flores y escaló al punto de ser portada de Rolling Stone. Que en tan poco tiempo hayan pasado a llenar un estadio, cuando su sonido de convirtió cada vez menos predecible, es una de las historias más fascinantes del under argento.

¿Qué decir de la música? Fue una presentación que logró transitar de la adrenalina asfixiante de ‘D.I.E. (Dance in Ecstasy)’ hasta el hipnotismo kraut de ‘C.R.A.S.H.N.E.B.U.L.A.’. No tiene forma de entenderse que estos abordajes, marcados por las influencias menos convencionales, se hayan expandido a los corazones de miles de personas. Raves en ‘680/680’, gritos desgarrados en ‘A.P.T (American Pro Trucker)’ y líneas de ‘Loaded’ por Primal Scream en ‘Antes de que el Diablo Llegue a Casa’.

Uno de los episodios más particulares de la noche ocurrió durante el largo jamming que realizaron en ‘Dopamina’. Comenzaron a volar puños y gritos entre el público ya que un ladrón había sido atrapado en medio del campo y estaba siendo golpeado. La banda frenó y Ariel Mirabal preguntó qué estaba pasando. Rápidamente esa persona fue escoltada por seguridad, mientras a la vez una chica hacía volteretas en una ronda a pocos metros. Escenas extrañas en un estadio que estaba en silencio. Fue entonces que Ariel comenzó a cantar el estribillo a capella, y acto seguido el público lo acompañó desatando un terremoto que nos reinsertó al estado de éxtasis. Esta fue prácticamente la única interacción de la banda con el público en toda la noche. Como siempre, es la música la que habla por ellos. 

¿Pero qué depara a los Winona Riders después de tocar toda su discografía en un mismo show? Solo ellos lo saben. Estos últimos 13 meses, desde la noche en Vorterix, la banda fue progresivamente distanciandose de la impresión con la que emergieron del under. Este evento parecería casi una despedida a eso, y la previa a otra nueva transición.

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