Fotos por Mariana Pardo / @marianapardoph
Cuando uno está en un show de Juana Rozas, es inevitable sentir que está viendo el futuro; aunque más bien es la reafirmación de un presente post-Brat, en el que el pop empieza a tomar otras dimensiones. La euforia, la estética, la perfo: todo genera una sensación de que estamos viendo como una generación se piensa y define en tiempo real.
El del jueves pasado en Niceto no fue un show más: Juana presentaba uno de los discos más aclamados del año, TANYA (2025). O, quizás, TANYA se presentaba formalmente ante los seguidores de Juana por primera vez. Lo cierto es que más que disfrutar de la ejecución de los temas, pudimos habitar durante un rato la cabeza de Juana.
Después de una larga intro de piano a cortina cerrada, ‘Puerta’ le dio arranque a la noche. Una banda completa le daba fuerza a la versión en vivo del primer tema del disco. Rápidamente hubo un giro hacia el pasado en la discografía de Juana. ‘Hola mami’, ‘Cementerio’ y ‘Revelde’, de su disco debut Vladi (2022), nos permitieron ver cómo convive la nueva obra de la cantante con el universo que ha creado, y canciones como ‘Pez’, ‘Peligo’ y ‘Cortame ahí’ permitieron traer a los primeros invitados de la noche: Clara Cava, Camilo Desorden y Marttein, respectivamente.
Sobre el escenario, abajo de él, e incluso, en todo el venue, una performance constante construía el universo de TANYA, algunas veces más explícito, con interludios dónde la perfo tomaba protagonismo, y otros más sutiles en los que esta se camuflaba entre la gente, y nos hacía preguntar constantemente: ¿esto también será parte del show? La línea entre realidad y ficción se desdibujó ante el sonido de una rave del futuro. En ‘Antonio’, uno de los temas centrales del álbum, llamaba la atención un personaje que vigillaba fijamente, con una mirada inquietante, desde uno de los balcones de Niceto.
Las canciones de TANYA toman vida como uno esperaría que lo hagan: fuertes, demandantes, y cerrando todo el ruido exterior. Se cantan a los gritos y emocionan, como ‘Tanya loca’, o se bailan con furia como ‘Wanna Hotel’, y sumado al acting de Juana (que, vale recalcar, no salió nunca de personaje excepto para presentar a Santiago Motorizado en ‘Ridículo’) logran envolver a cualquiera, y permitir que cada quien interprete esa obra como quiera.
El show, y la perfo, llegan a su final con la muerte en el escenario de Tanya (¿asesinada por Antonio?) después de ‘Bad Choice’. Si la misión era explicarnos, o permitirnos hacer un doble clic sobre el universo de TANYA, la nota para la noche es un diez. Si bien pueden quedar varias dudas sobre los personajes, o decenas de interpretaciones, hay una sola certeza: Juana Rozas es el futuro.