De un tiempo a esta parte, el nombre de Nicki Nicole no ha dejado de sonar. Hoy no solo es una de las artistas más escuchadas del mundo: Alma (2023), su último disco, representa y condensa una versión actual de sí misma. Una Nicki un poco menos solemne, pero igualmente profunda. Y con muchas ganas de divertirse.
Abrió el recital de forma contundente: lo que vamos a presenciar no va a ser algo tranquilo
Hizo seis shows en el Movistar Arena, un número que parece no saciar a sus fans, ya que agregó una séptima y última fecha en diciembre. Más de 70.000 personas fueron testigos de una experiencia única, completamente diferente a la que presenciamos quienes pudimos verla en el mismo venue el año pasado. El show comenzó con ‘Tienes Mi Alma’, track que cierra el disco. Esta decisión, como muchas otras tomadas por una artista de este nivel, no parecen ser casuales. El mensaje que transmite este tema es muy melancólico. “Si yo logro dejar de pensarte podrás devolverme mi calma”, canta Nicki a un posible interés amoroso. Una línea que se resignifica al elegirla para abrir un show. Esos otros interlocutores somos nosotros, el público. Y esa calma que aparentemente desea podría convertirse en un par de grilletes: en el caos del escenario se siente plena, se divierte. Sin el público quizás tendría más calma, pero no todo lo demás. Abre el recital de forma contundente, con una declaración de intenciones: lo que vamos a presenciar no va a ser algo tranquilo, ni pretende serlo.
El setlist incluyó un mix de canciones nuevas y antiguas. Los clásicos ‘Colocao’, ‘Wapo Traketero’ no podían faltar. Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la performance de ‘Plegarias’, la cual estuvo acompañada por un pedido de matrimonio de una pareja del público. Con la buena onda que la caracteriza, la artista leyó los carteles que sostenían sus fans, bajó a sacarse fotos y agradeció en varias ocasiones a sus músicos y bailarines.
Sin lugar a dudas los invitados elevaron la euforia del público a niveles extremos. Milo J se sumó en ‘Dispara ***’, Duki en ‘YaMeFui’ y Jere Klein en ‘X eso bb’. Como frutilla del postre, Nicki se tatuó en vivo un triángulo (símbolo muy presente en este disco), mientras cantaba, inmortalizando en su piel una noche única.