Si tu perro se movía más con Lo’ Pibitos que cuando ponías Bestia Bebé, quizá se deba, efectivamente, a que tu perro tiene un gusto musical propio, por más que insistan en que estás demente. O eso dice un estudio de la universidad de Glasgow, lo que impulsó a Spotify a asociarse con un refugio de animales en Alemania para unir a mascotas y potenciales dueños según sus gustos musicales.
¿Increíble? Sí. ¿Cuándo viene a la Argentina? Pronto, esperamos.
A cargo de la campaña estuvo Serviceplan Campaign X, una de las agencias más grandes de Europa. Al respecto, su director creativo Hans-Peter Sporer dijo que: "Ningún otro proveedor de música conoce y analiza las preferencias musicales de sus oyentes ni de Spotify. Utilizaremos esto para hacer recomendaciones a los usuarios mostrando a los perros que les gusta lo mismo música en pancartas de video personalizadas".
Lo increíble de esta campaña traspasa niveles. En primer lugar, si bien con aún poco alcance territorial (sólo se ha aplicado en Alemania), permite resaltar la importancia de una comunicación que va más allá de lo verbal. La música, como producto artístico, establece conexiones y comunica más allá de las palabras, incluso con animales que, sin poseer raciocinio ni capacidad de entender las canciones, logran captar el sentido de una melodía y conectar con el, así como lo hace el humano.
En el plano de lo estético, la campaña se compone por seis spots protagonizados por un animal, titulados con su nombre. Con fondos monocromáticos, de distinto color para cada animal, se los expone a un tipo de música que genera una reacción que, posiblemente, también sea la tuya si compartís sus gustos musicales.
Apelando a la emoción de la respuesta a la música, generando conexión con el animal ya desde el vamos presentándola con nombre, Adoptify demuestra perfectamente como la música rompe barreras, no sólo entre humanos, sino con el resto del mundo.
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