¿NACIÓ LA DISTORSIÓN EN UNA CANCIÓN DE COUNTRY DE 1961?

Descubrí cómo un accidente cambió la historia del rock

En el año 1961, Marty Robbins, una de las más grandes leyendas del country (autor del legendario disco Gunfighter Ballads and Trail Songs (1959)), grabó con Columbia un single bajo el nombre ‘Don’t Worry’. Sin embargo, a diferencia de lo que dice el nombre, si había que preocuparse. En esta canción el legendario sesionista Grady Martin estaba tocando su guitarra en un tablero de mezcla (mixing board) que no funcionaba bien, y como resultado surgió un relajado tema de country que tuvo un solo de guitarra lleno de fuzz, el cual se parecía más al bajo de una melodía de stoner metal o sludge.

El primero en notar el potencial de este sonido fue el propio guitarrista, quien grabó ese mismo año la instrumental ‘The Fuzz’. Esta forma de definir el sonido, fuzz, fue una decisión unánime que tomaron quienes habían participado de la grabación de ‘Don’t Worry’, sintiendo que esa era la palabra apropiada para expresarlo.

El ingeniero de grabación que se encontraba trabajando allí, Glenn Snoddy, quedó fascinado, pero no fue el único, ya que muchos artistas fueron a ese estudio de grabación en Nashville buscando poder probar ese nuevo sonido. Bajo este contexto, Snoddy realizó un proceso de ingeniería inversa para poder saber dónde funcionaba mal el circuito, creando a partir de eso una pequeña caja que replicara aquel efecto. Así nació la famosa Fuzz Box, invento que pronto sería comercializado por Gibson bajo el nombre Maestro FZ-1 Fuzz-Tone, lanzado a la venta durante 1962. 

En los meses antes de ver la luz, uno de los mejores grupos de surf rock, The Ventures, insistió a su amigo Orville Rhodes para que intentara generar un sonido parecido. Así es que Rhodes creó una Fuzz-Box que se usó para la impresionante canción ‘The 2000 Pound Bee’. Esto abrió muchas puertas para los músicos, ya que ahora podían experimentar con distorsiones sin necesidad de maltratar sus equipos (el modo con el que se lograba anteriormente), y dio la posibilidad de usarlo con solo pisar un botón. Por ende, el guitarrista podía aplicarlo a solo algunos fragmentos de la canción.

El punto de quiebre tras esta invención llegó en 1965, cuando Keith Richards usó la pedalera Gibson en ‘(I Can’t Get No) Satisfaction’, llevando a que incontables guitarristas compraran este aparato y naciendo así la masividad de la distorsión. Pero no solo obtuvo ventas, sino que también logró que diferentes inventores busquen crear aparatos de estas características.

Y así se abrieron infinitos sonidos y la experimentación de la guitarra iría creciendo cada vez más. Es curioso pensar que, tal vez, sin esta canción jamás habría surgido este invento, y de ser así quizás no hubiera sido lo mismo escuchar a Jimi Hendrix, Eric Clapton, Tony Iommi o Ritchie Blackmore.

Algunas canciones que tal vez no serían  lo mismo sin la posibilidad de distorsión:

El bajo distorsionado de Paul McCartney en ‘Think For Yourself’, un clásico Beatle.

 

 

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