KENDRICK LAMAR EN RIVER: LA VARA ESTÁ MÁS ALTA QUE NUNCA

La cabra del rap contemporáneo llegó a Argentina y se picó todo

Uno podría pensar que el rap norteamericano no tiene mucha penetración en nuestro país hasta que llegan artistas como Kendrick Lamar y lo cambian todo. El sábado 4 de octubre, el cantante oriundo de California visitó por segunda vez la Argentina con su Grand National Tour. El Estadio Monumental fue sede de una noche única, donde miles de personas fueron testigos de una performance que dejó una alta expectativa para los próximos shows de este género en el país.

El show no pudo empezar de una mejor manera. Los teloneros durante toda la porción latinoamericana de la gira fueron nada más y nada menos que los queridos Ca7riel & Paco Amoroso. Con un repertorio de 16 canciones, recorrieron temas tanto de sus proyectos solistas como de su etapa en dúo y lograron calentar el ambiente para lo que sería una jornada inolvidable para los fanáticos de Kendrick.

A las 21 horas, el Monumental apagó las luces y “Wacced Out Murals” empezó a sonar, marcando el inicio del show. Fueron 27 canciones las que se escucharon y se cantaron a todo pulmón. Aunque el tour está centrado en su último disco, GNX (2024), Kendrick también repasó sus grandes hits como ‘HUMBLE’, ‘Money Trees’, ‘DNA’ y ‘Not Like Us’, entre otros. Durante casi dos horas, el artista lo dio todo: su energía en el escenario, su conexión con el público y una producción visual impactante.

El espectáculo tuvo condimentos para todos los gustos: una troupe de bailarines de primer nivel, una imponente puesta con pirotecnia, fuego, escaleras y el frente gigantesco de un auto cubierto por una lona como parte de la escenografía. En las pantallas se proyectaban videos del propio Kendrick siendo entrevistado, y lo más llamativo fue que los subtítulos estaban “argentinizados”, un detalle que generó cercanía y complicidad con la audiencia local.

El público estaba extasiado. Cada tema lo hicieron propio, generando pogos y coros que transformaron el show en una experiencia colectiva. Tanto en el recital como en sus redes sociales, Kendrick destacó al público argentino, asegurando que fuimos “el más ruidoso de la gira”, una frase que ya es un clásico entre los artistas que pisan suelo local. Antes de despedirse, prometió volver.

Este fue uno de esos shows que hay que vivir al menos una vez en la vida. Aunque el rap norteamericano no sea el género más masivo en el país, quien lo vive lo da todo. La energía en el Monumental fue contagiosa: te guste el rap o no, era imposible quedarse quieto. No hay dudas de que Kendrick Lamar sintió esa conexión única con sus fanáticos, quienes vivieron el show como una verdadera fiesta.

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