NATHY PELUSO Y LA GRASA DE LAS CAPITALES

La foto de un ascenso

Lo que más me gusta de Nathy Peluso es su autenticidad. Más allá de la obvia cuestión performativa que subyace a cualquier show - e incluso cualquier interacción cotidiana que tenemos - lo que transmite Nathy está en otro nivel. Quizás es causa de su coqueteo constante con tantos géneros tan disímiles: al moverse tanto replica aquel ruido cerebral que tenemos todos. El aburrimiento y el querer hacer cosas diferentes todo el tiempo requiere una escucha muy atenta de sí misma, para honrar esa sensación y al mismo tiempo no perder su esencia. Ella lo hace, y lo hace muy bien. 

‘Corleone’ fue un gran inicio para un gran show. También fue la primera canción de Grasa (2024), su último trabajo discográfico. Se trata de un tema en el que la narradora se retuerce en la oscuridad más profunda de la ambición. “Yo tengo un imperio, un palacio brillante. Y una pena muy honda”, canta. Más tarde, justo antes de ‘El Día que Perdí mi Juventud’, Nathy mencionó que cuando había visitado nuestro país hace dos años para realizar varios shows en el Movistar Arena, venía sintiendo una tristeza muy grande. Grasa, en sus palabras, es el resultado de un renacer. Un perderse para encontrarse. ‘Corleone’ funciona de esa manera: dando reconocimiento a su etapa anterior. Y, al mismo tiempo, poniendo un cierre. 

El show está dividido en tres segmentos, titulados “La verdad de la milanesa”, episodios uno, dos y tres. Cada uno con un pequeño cambio de vestuario. Otra evidencia de su autenticidad es la manera en la que todas las canciones de todos sus discos, aunque especialmente las de Calambre (2020) y Grasa, se amalgaman perfectamente entre sí. La transición entre ‘Puro Veneno’ y ‘Mafiosa’ fue perfecta, al igual que el tridente ‘Manhattan’, ‘Sana Sana’ y ‘La Mentira’. Aunque con obvias diferencias, su esencia está ahí: el rap, la salsa, la bachata, y una energía irrefrenable. Todo eso se refleja en cada cosa que hace, por eso sus conciertos se sienten tan armoniosos. 

En uno de los interludios sonó un fragmento de ‘La Grasa de las Capitales’, de Serú Girán. Por un momento tuve la ilusión de que Nathy la cantara, ya que en su visita anterior cantó ‘Viernes 3 AM’. Si bien no sucedió, me quedé pensando en la línea que une aquel álbum de Serú con este. La relación entre el inicio de ambos discos es evidente: ‘Corleone’ y ‘La Grasa de las Capitales’ hablan de lo mismo. De la fama, del éxito y de la tristeza que eso puede acarrear. Aunque se trata de géneros diferentes tienen muchísimas cosas en común. La versatilidad y la honestidad son algunas de ellas. Sin lugar a dudas, creo que estamos frente a algo muy similar a lo que sintieron aquellos primeros espectadores de Serú: el ascenso de una de las mejores artistas que hay este país. 

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