PARAMORE EN ARGENTINA: THIS IS WHY WE LOVE THEM

Una vuelta con pocos clásicos, pero mucho baile.

"Cuando era pibe, no les prestaba atención porque pensaba que eran la típica banda adolescente. Pero después crecí y dije che que bien suena esta banda". Las palabras del espectador que espera sentado pueden representar perfectamente a muchos de los que fueron a presenciar la visita de Paramore en Argentina: de todas las edades, todos los géneros.

Una banda completa, con energía, fiel a un espíritu que ha mutado con el tiempo, pero nunca ha matado su escencia. Su boom lo vio con Crepúsculo con el tema 'Decode'; y 'Missey Business' sigue siendo uno de los grandes éxitos de la última década (sin ir más lejos, el año pasado, MGK inició su show en el Lollapalooza con dicha canción).

El Movistar arena fue el lugar de reencuentro del público Argentino con la banda, y para otros, la primera vez. Fue este el caso de Fer, un fanático del público que llamó la atención de Hayley Williams, quien le dio charla e incluso hizo subir al escenario para el final del show.

Hayley es una frontman charlatana, amable y simpática. Cuando pregunta por el público, pregunta para todos lados: "¿están bien ahí atrás? Los veo". Una pieza clave en un recital que, como varios en los últimos tiempos, fue bastante accidentado a nivel público: al menos tres veces se tuvo que parar el show para dar un paso hacia atrás, intentando no aplastar a nadie. "Estos chicos son su familia. No tengan miedo de pedir ayuda", dijo la cantante, refiriéndose a los guardias se seguridad en valla que merecen una mención especial por ayudar a los demsayados del frente.

El setlist recorrió la larga trayectoria de la banda, pasando por clásicos como ‘That ‘s What You Get’ y temás de su último disco This Is Why (2023), aunque cabe mencionar que el momento revival y sus clásicos más antiguos dejaron gusto a poco. Para los que gritaban "¡Decode, Decode!", el tema nunca llegó, pero eso no dejó insatisfecho a nadie.

El show de Paramore fue todo un entretenimiento: Hayley hizo cantar al público, le pidió que se mantenga completamente estático durante un tema, hizo pasar al frente a su baterista, bailó y pidió que bailen y hasta se animó a dar una vuelta carnero en pleno escenario. Una forntman histrónica combinada con una habilidad vocal envidiable y una banda con buena presición musical y una batería que sonó fuerte.

Para el final del show, cuando el pogo fue inevitable, tres fans se subieron al escenario para cantar el estribillo de 'Missery Business', y el encore trajo dos nuevos temas. El show fue una bocanada de positividad, con una banda que tiene varios años de carrera, y el corazón bien joven.

 

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