Pasan los años y aún no se sabe realmente cuál fue la primera banda en hacer punk. La prensa especializada propuso durante años la grieta entre Ramones y Sex Pistols e incluso surgió el nombre de Los Saicos, grupo peruano de los ‘50. Lo cierto es que exceptuando a los ignotos sudamericanos (de los cuales solo se rescata un puñado de canciones de pésima calidad), los dos primeros sentaron las bases del género de forma directa y cada uno a su modo. Conmemorando el 46° aniversario del debut ramonero, hay varias razones para explicar porque aquel 23 de abril de 1976 se escribió una página dorada en el rock y que a la vez está en la mesa chica de la cultura popular.
Los muchachos de campera de cuero, jeans y zapatillas de lona pegaron el zarpazo casi sin darse cuenta
Los Ramones frecuentaban el CBGB, lugar mítico de Nueva York que podría compararse con lo que acá se generó en el Cemento de Constitución. Ubicado en Bowery 315 (este de Manhattan), el ya desaparecido club albergó a leyendas punk y new wave como Television, Talking Heads, Patti Smith y Blondie, entre otros. Joey (voz), Johnny (guitarra), Dee Dee (bajo) y Tommy (batería) ya tocaban juntos desde 1974 pero tardaron dos años en lanzar su primer LP. Con influencias del surf de Beach Boys, el proto-punk de The Stooges, el glam desfachatado de los New York Dolls y los infaltables The Beatles, el póker de neoyorkinos editó Ramones. Imagínense que el tema que da el puntapié inicial sea el himno de toda una generación y un estilo musical. Sí, ‘Blitzkrieg Bop’ es una patada en el trasero y durante el disco vendrían varias más.
‘Beat On The Brat’, ‘Judy Is A Punk’ y ‘Now I Wanna To Sniff Some Glue’ marcaron la tendencia frenética en la guitarra de Johnny. El disco por momentos parece tener un sonido monótono, pero la romántica ‘I Wanna Be Your Boyfriend’ nos transporta hacia el pop chicloso de antaño. ‘53rd & 3rd’ relata la experiencia de Dee Dee como gigoló. Otros clásicos como ‘Havana Affair’ y ‘Today Your Love, Tomorrow The World’ resisten el paso del tiempo y son interpretados por otras bandas punk. A la hora de componer, contó con la participación de todos los integrantes, primando las de Dee Dee y Johnny.
La simpleza de los Ramones contrastaba con el nihilismo de Sex Pistols y la protesta social de The Clash
En una época en la que todo estaba aún por (re)inventarse, los muchachos de campera de cuero, jeans y zapatillas de lona pegaron el zarpazo casi sin darse cuenta. Y lo hicieron aprovechando al máximo su escaso presupuesto: Ramones costó apenas 6400 dólares, en contraste con las millonadas que gastaban las súper-estrellas de rock. El 10 de mayo, tras la salida del álbum, telonearon a Dr. Feelgood en Londres. El show fue un éxito, los ingleses quedaron fascinados y con el tiempo creció el mito de que el evento fue el desembarco del punk en Inglaterra, algo que aún es largamente debatido.
Con ventas moderadas pero con una imagen de culto en pleno crecimiento, los Ramones se volvieron amos y dueños de CBGB, en donde eran número fijo semanalmente. Apenas unos meses después, los medios hablaban del punk como un fenómeno que se daba en ambos lados del Océano Atlántico. La simpleza de los Ramones contrastaba con el nihilismo de Sex Pistols y la protesta social de The Clash y hasta gozaban menos créditos que estos dos últimos. Pero al fin y al cabo fueron los que más tiempo se mantuvieron de pie. Desde su show para 30 personas hasta llenar River Plate (junto a su ídolo Iggy Pop), pasaron varios discos y Ramones fue tan crucial como influyente para que ese grito sagrado ‘Hey Ho! Let’s Go’ se escuche cada vez que un artista punk pise un escenario en alguna parte del planeta.