Algunos pocos recordamos a Bandalos Chinos cuando empezaban a aparecer en la escena musical indie tocando en Niceto. El sábado por la noche llegaron a donde los más grandes músicos llegan: tocaron en el Hipódromo de Palermo frente a cinco mil personas.
La banda bonaerense, compuesta por Goyo Degano (voz), Salvador Colombo (sintetizadores), Tomás Verduga (guitarra y coros), Matías Verduga (batería), Iñaki Colombo (guitarras y sintetizadores) y Nicolás Rodríguez del Pozo (bajo), cerró su Paranoia Tour en la icónica locación de la ciudad porteña. Después de 22 shows por México, el grupo quiso despedirse de la presentación de su último disco, Paranoia Pop (2020), en su hogar.
Una cola de cuatro cuadras para ingresar solo denotó la espera de los fanáticos para volver a escucharlos en vivo, y hasta eso fue un espectáculo: la vestimenta de los asistentes haría envidiar a cualquier evento del Fashion Week. An Espil dio inicio a la función para darle la bienvenida a la última presentación del tour. El show comenzó puntualmente a las 21 horas, por lo que se sabía que nos esperarían a los concurrentes horas de los mejores temas.
La puesta en escena constaba de un escenario de proscenio con una pasarela que atravesaba al tumulto de los presentes, decorado con una alfombra blanca y en cuyo centro reinaba una bola de disco, representando la estética del álbum. El vestuario no se quedó atrás: por el contrario, debe haber sido lo más llamativo de la escenografía. Goyo lucía unos pantalones acampanados y un blazer con adornos azules.
“Es muy hermoso volver a encontrarnos así”
Inauguraron el espectáculo con su último sencillo, ‘Mi Fiesta’ y, efectivamente, fue una fiesta. Desde el minuto uno se respiraba un aire de alegría, inundado con los cánticos del público, gritos y aplausos. Al tema le siguieron ‘Paranoia Pop’, ‘Mi Manera de Ser’, entre otros del trabajo discográfico.
El show contó con numeroses invitades, apareciendo tras un cambio de vestuario por parte de Goyo, con un outfit completamente negro pero cortado con unas cadenas de cota de malla. Si bien participaron en todo el repertorio, la primera colaboración fue Ainda para interpretar ‘Kilómetros’. Luego apareció Juan Ingaramo y la rompieron con ‘Departamento’. An Espil hizo presencia con ‘Demasiado’, acompañada de linternas de teléfonos que tornaron un clima caótico (en el mejor de los sentidos) a uno más calmo. Emmanuel Horvilleur colaboró con ‘Llamame’ y, finalmente, Daniela Spalla con ‘Los Puntos’.
Justo antes de ‘Departamento’, Salvador Colombo aprovechó el título de la canción, a modo de risas, para pedir información “acerca de un dos ambientes por capital”, generando carcajadas y una mayor cercanía con la audiencia.
Como si no fuera suficiente, Bandalos Chinos estuvo acompañado por la presencia de Maxi Sayes en percusión y músicos de viento vestidos enteramente de blanco en ‘Súper V’, ‘Tema de Susana’ y ‘Tu Órbita’, agregándole un color más a la presentación. Pablo Vidal (El Kuelgue) estaba en el saxo, centrado en la pasarela, y tocaba al compás de los gritos de “¡pelado!” de Goyo y la gente. Se sumaron Fermín Echeveste en la trompeta y Machingo en el trombón.
Goyo, siempre humilde, le comentó a su público: “Es muy hermoso volver a encontrarnos así. Hay algunos y algunas que estarán desde el principio, en aquel comienzo en Axolotl; otros que se habrán sumado en Niceto y otros que nos habrán encontrado de rebote en algún festival”. Entre gritos y aplausos, siguió: “Lo cierto es que hoy somos cinco mil personas disfrutando y vibrando, y estoy muy agradecido”.
Entre otras de las sorpresas, el cantante principal se tiró a nadar en el océano de gente, cayéndose en el medio y generando risas en todo el hipódromo. La torpeza de Degano fue una de las protagonistas, y resultó muy simpática: también se le cayó el micrófono en una ocasión y, más tarde, se tropezó en el escenario.
Cuando el show llegaba a su fin, BACH hizo una regresión a sus primeros temas, incluyendo ‘Isla’, ‘Vámonos de Viaje’ y cerrando con ‘El Temblor’. En varias oportunidades, los músicos se acercaron a la multitud para intercambiar saludos y chocarse las manos. Matías tiró los palos de su batería a la audiencia, y Goyo tomó el pañuelo de una chica de recuerdo.
Fueron tantos los momentos a destacar que no alcanzan con una nota, pero algunos de los más emotivos fue el constante acompañamiento de la audiencia con sus coros en todas las canciones. Si bien se trataba de una función con miles de personas y en una ubicación emblemática, el sexteto logró generar una atmósfera súper íntima y cálida.