YUSSEF DAYES: EL NUEVO JAZZ LLEGO AL KONEX

Noches de virtuosismo y fusión

En una de las semanas más jazzeras que vivió Buenos Aires en mucho tiempo, Yussef Dayes aterrizó en Konex, solo 24 horas después de que Badbadnotgood la rompiera en Deseo. Ambos casos reafirmaron que el género sigue creciendo y transformándose.

Dayes formó parte de uno de los dúos más innovadores del siglo XXI: Yussef Kamaal mezcló jazz funk con elementos electrónicos y mucha creatividad. A pesar de su brevedad y de dejar tan solo un LP, Black Focus (2016), prevalecieron entre lo más destacados del nu jazz. En la primera mitad del 2024, nos visitó Kamaal Williams con un show maradoneano. Ahora fue turno de que Yussef demuestre lo suyo. 

El percusionista viene de lanzar el excelente Black Classical Music (2023), un disco largo y muy variado. A partir de la unión que sintió con los músicos que lo acompañaron para ese LP, decidió bautizar el proyecto como The Yussef Dayes Experience (2024), que comenzó con un disco en vivo filmado en las montañas de Malibú. El cuarteto de saxo, teclados, bajo y percusión se hizo presente en su totalidad en la visita a Buenos Aires, con Elijah Fox en las teclas, Malik Venner en los vientos y Rocco Palladino en las cuatro cuerdas. Las ovaciones que recibió este último fueron constantes, siendo celebrado como el compañero perfecto para el vuelo rítmico de Yussef.

Precisamente la base rítmica tiene tal complejidad y creatividad que demanda una masterclass constante de los otros instrumentistas. Las numerosas secciones en las que rompen con la dinámica de la canción, para luego encontrarse en estructuras rítmicas atípicas, son de lo más destacable que se puede ver en vivo. Por su parte los tres teclados que utiliza Fox traen una enorme variedad de efectos alucinantes; lo cual posibilita incorporar diferentes sintetizadores a las canciones, loops y fragmentos fuertemente electrónicos. El saxo no es constante, por lo que gran parte del set es a modo de trío, pero es esencial para el color y emoción de muchas canciones. 

Lamentablemente no son todos positivos en cuanto a este show. Por un lado, la mezcla desde consola no era la mejor. El bajo estaba de a momentos muy por encima de lo que debería, generando vibraciones indeseadas; y al contrario, los teclados muchas veces costaba apreciarlos por el volumen. De todos modos, el gran problema fue que les tocó presentarse un día después de probablemente el mejor show de jazz en años. Badbadnotgood en Deseo dejó la vara muy alta, y este, a pesar de ser un show superlativo, se sintió un poco por debajo de lo que lograron los canadienses en escena.

Más allá de esto, fue una noche sublime. El vuelo de la banda trae reminiscencias a Weather Report y lo que podrían estar haciendo en el siglo XXI: fusión total e impresionante.

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