XIMENA SARIÑANA: ¿QUIÉN TE QUITA LO BAILADO?

En su primera visita a la Argentina, la cantante mexicana conquistó a los pocos pero fieles seguidores que ocuparon Niceto para recibirla.

Hay dos cosas que quedarán para siempre en la memoria de Ximena Sariñana en relación a Niceto Club: la vez que se desmayó en el baño y cuando hizo su debut oficial en Argentina dentro del mismo venue. La mexicana llegó a tocar al país en el marco de la gira de su nuevo disco: ¿Dónde bailarán las niñas? (2019). Sonoramente, este álbum toma distancia de sus trabajos anteriores. Cambia la forma, pero el fondo sigue siendo el mismo: canciones de amor sobre la partida, el seguir adelante y las despedidas. Todo sobre una base reggaetonera-pop que la pone más en contacto con la explosión contemporánea de la música latinoamericana, mientras que las letras y la identidad del LP la acercan a la lucha femenina actual, quizás, influenciada por el hecho de haber sido madre hace un año.

Después de una corta pero entretenida apertura a cargo de Natalie Pérez, la sala se acomodaba para recibir a la estrella de la noche. Esta vez, no hubo que apretar ni empujar a nadie, la fácil circulación daba cuenta de la falta de entradas vendidas: sorprendente si pensamos en que fue la primera presentación de Sariñana en el país, no tanto si se toma en cuenta el contexto político económico, que hace tiempo ya viene pasándole factura a los shows internacionales.

Ximena salió con su banda: tres varones uniformados de pantalón caqui y camisa de distinto color tomaban las bases: bajo, batería y guitarra. Mientras que dos chicas a sus costados ocuparon teclados e hicieron coros. El escenario, decorado por inflables que parecían reciclados de una reciente Fiesta Bresh y un juego de coloridas visuales, sirvió como complemento para su propuesta en vivo —la cual fue de la mano con la nueva sonoridad de la cantante—. ‘¿Qué Tiene?’ dio el arranque al baile y a partir de ahí fue todo una fiesta, la cual solo fue pausada por pequeños e intermitentes espacios para baladas downtempo que le permitieron mostrar su talentosa voz. El primer tema de la lista que no correspondió a su nuevo material fue ‘La Vida No Es Fácil’, el cual encajó perfectamente en el universo construido durante el recital, sin desentonar con el resto de las canciones. Ximena, inocente y linda, se tomó un momento para hablar con el público por primera vez y contarnos sobre la ocasión en la que se pasó de fernets en “El Niceto” (manera en la que se refería al lugar que hoy la vitoreaba). A continuación, invitó a Natalie Pérez para hacer ‘Si Tú Te Vas’, un tema más cercano al featuring entre Makano y Josenid que a todo lo que hacen compatriotas suyas como Carla Morrison o Natalia Lafourcade. La lista de invitados continuó con Silvia Moreno, quien se subió para hacer ‘Pueblo Abandonado’, mientras en el público bailaban personajes como Benito Cerati o Victoria Bernardi.

El abandono siempre está presente en las letras de Sariñana, pero donde antes se recogía y lamentaba, hoy lo celebra y se libera. Lo cuentan tanto sus líricas como la música que las acompaña. Aunque su puesta en escena sigue siendo un poco retraída, se le siente en la piel cuando canta: “Si te vas, sé que no volverás” mientras baila y arenga. La postura de niña triste está muy arraigada en ella, y esta nueva dirección sonora que tomó requiere un poco más de presencia arriba de una tarima, que naturalmente le llegará con los años.

‘Lo Bailado’, o más bien el coro de la misma, puede resumir la noche a la perfección: “Lo bailado nadie te lo quita” enfatizaba la cantante sobre el final del show mientras le pasaban un pañuelo verde que su tecladista amarró al micrófono. El instinto maternal recientemente adquirido se le siente cuando, con orgullo y cariño, presenta a la banda antes del último tema.

Sariñana coronó su primera visita con una versión hermosa de ‘Vidas Paralelas’, aplaudida entre aquellos dichosos de poder verla debutar y plantar una semilla que seguro seguirá germinando durante los próximos años. Dos cosas que optimizarían su próxima visita: la madurez en el escenario para poder terminar de contagiar una sala, y más difusión. Y, si alguna duda queda sobre esa visita, es con qué faceta suya volverá y que bandera plantará.

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