WINONA RIDERS: FLORES DEL MAL

El regreso del hijo pródigo

Fotos por @gina.loy

Es imposible tomar conciencia mientras se está escribiendo la historia, tanto para sus testigos como para sus autores. Pero este es otro día más en la vida de Winona Riders. Volver a empezar después de semanas frenéticas en el viejo continente, adonde el under del oeste llevó toda su frenética psicodelia y su extasiada electrónica. La última cita del año fue en el Teatro Flores, presentando su cuarto LP y con un aire de que algo nuevo está en el ambiente.

Al estilo de una serie, hagamos un recap de lo que fue el 2025 de los Winona: El primer show fue en su oeste natal, para luego meter un intenso doble set en el CC Konex. Fueron portada de Rolling Stone previo a su histórica presentación en el Estadio Obras. Se pasearon por el país con incluso una gira por Cuyo. Rockearon en el Music Wins y abrieron para sus tan admirados Primal Scream, tan solo unos días antes de embarcarse en un tour europeo. Durante el 2021, cuando volvían los conciertos tras finalizar la pandemia, habría sido impensable que estos chicos, a quienes vimos en las Salas Tifón, El Emergente y La Gran Jaime, llegaran hasta allá en tan poco tiempo. Pero efectivamente, vibraron por los rincones de Alemania, Francia, España, Dinamarca y el Reino Unido.

Pero no solo fueron los conciertos, también el proceso creativo en el que surgió Quiero que lo que Yo te Diga sea un Arma en tu Arsenal (2025). Es pertinente aclarar que en cada disco, WR ha transmutado. Cada álbum tiene coherencia con el otro, pero uno no puede llamarlos parecidos. Comparten un aura, son reflejos de un espíritu que sigue reverberando en cada uno de ellos, pero también son sucesivos saltos creativos. No Hagas que me Arrepienta (2024) mostró una prevalencia aún mayor de los sintetizadores, con aires de acid house y synth punk, pero esta es otra cara de ello. Detalles kraut, electrónica hipnótica con reminiscencias de big beat.  Pero tal y como nos acostumbran, la presentación tuvo un espíritu fuerte que celebró (y elevó) lo que es el disco, el cual interpretaron en su totalidad durante esta presentación oficial.

El comienzo de la noche estuvo centrado en sus dos más recientes LPs, pero tras el ‘Falso Detox’ llegó una dupla de canciones absolutamente demoledora: ‘Dorado y Púrpura’ junto con ‘A.P.T (American Pro Trucker)’. Durante una época solían aparecer en seguidilla, pero no lo recuerdo en tiempos recientes, por lo que fue una muy agradable sorpresa. A su vez, sonó ‘Dopamina’, ese primer hit que durante un tiempo había quedado relegado, pero que ahora ha sido transformado en una nueva entidad. De todos modos, la textura general fue más reflexiva e hipnótica que la del salvajismo que los caracteriza; lo que no quita que se haya pogueado a más no poder y el frenesí de estar ‘Bailando al Compás de las Armas Enemigas’. Pero versiones extensas de ‘Hatso!’ y ‘C.D.M’ (entre otras) construyeron otro tipo de ambiente. Incluso si en el frenesí alcancé a reconocer con claridad, hubo una referencia a la mítica ‘Fools Gold’ de los Stone Roses.

Considero el final de la presentación un guiño al cambio de etapa de la banda. El hecho de que hayan concluido con una extensa versión de ‘Hondart’, una de las canciones más profundas y ansiosas de su repertorio, es una decisión atípica pero maravillosa. Tenemos conocimiento de que a la brevedad llegará un nuevo disco de WR, y guiándonos por la experiencia (y lo que pudo escuchar quien escribe), es un nuevo salto. Evolucionando a un ritmo alarmante, los chicos del oeste tienen más capítulos por escribir en nuestra música. 

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