La pandemia nos trajo varios desafíos inesperados y los músicos no estuvieron exentos de esta compleja situación. Los White Lies la sufren igual que el resto del planeta, pero sacan pecho (y un álbum nuevo) que es por lejos su trabajo más maduro, completo y arriesgado a la fecha. En el flamante As I Try Not to Fall Apart vuelven los sintetizadores, hay una canción inspirada en David Bowie y un ambiente difícil de describir debido a sus múltiples microclimas sonoros. Se trata del sexto larga duración del trío británico de indie-rock, que en 2022 cumple 15 años de vida.
Según palabras de Jack Lawrence-Brown, quien prestó la oreja para la ocasión, los últimos 24 meses fueron los más trascendentales para un grupo que debió reinventarse en estos últimos dos años. Extrovertido y alegre en todo momento, el baterista y fundador de White Lies no reservó palabras y hasta reflexiona acerca de su barrio natal y su rol como padre de familia, la cual se agrandó en 2021.
¿Cómo fueron esos inicios bajo el nombre de Fear of Flying?
Jack Lawrence-Brown: Ese nombre surgió cuando teníamos 16 o 17 años y estábamos en el colegio. Tuvimos cierto progreso con esa banda, de hecho mejoramos mucho como músicos y en la forma de componer las letras. A pesar de eso, cuando terminamos de estudiar decidimos tener un nuevo comienzo, queríamos básicamente dejar atrás todas las letras que habíamos escrito. Cerramos el sitio que teníamos en MySpace y abrimos otra web al día siguiente ya como White Lies.
Charles (Cave, bajista del grupo) dijo en su momento que serían un proyecto de fin de semana. Afortunadamente se equivocó…
JLB: Creo que todos pensamos eso en el pasado, porque uno nunca se da cuenta de lo que puede lograr en un instante determinado, sino que termina viéndolo años más tarde.
Tocaron en varios festivales reconocidos como Lollapalooza, Coachella, Glastonbury y Reading. ¿Qué recital recuerdan más?
JLB: Hemos sido cabeza de cartel en algunos conciertos en Londres, la ciudad de la cual nosotros venimos. Esos siempre van a ser los más especiales y los predilectos a la hora de hacer un balance. Definitivamente el que hicimos en Brixton Academy está en el tope, ya el hecho de recordarlo me pone feliz porque es un lugar en el cual vi a todas las bandas que son de cabecera. Obviamente, los festivales que mencionaste también nos marcaron porque tocás ante multitudes y eso no logran todos los artistas. Otra cosa que disfrutamos mucho es viajar lejos de casa, como cuando vamos a México o Sudamérica, la gente nos ama y eso también es especial.
Tocaron en Argentina en 2011, compartiendo fecha con The Strokes y Beady Eye. ¿Qué recordás de ese día?
JLB: Seguís poniendo a prueba mi memoria (risas). Recuerdo que la gente estaba muy eufórica, hacía mucho calor y nosotros tocamos cuando caía el sol. Encima cuando salimos al escenario se largó a llover con todo, pero el lugar ya estaba súper lleno, la gente se aguantó el diluvio y eso nos motivó. Lo disfrutamos mucho, la locura y el compartir con tantos colegas de renombre es sensacional, se vive de una forma diferente en Europa con respecto a países como Argentina.
“A nosotros nos gusta hacer música, compartirla y tocarla en vivo, simple”
Tienen nuevo álbum y suena diferente al resto. ¿Cómo fue el proceso de grabación?
JLB: Cierto, fue un lindo riesgo y el hecho de poder cambiar te lo permite la experiencia. Todo el armado del disco nos llevó mucho tiempo, tanto las canciones como la grabación de las voces y los instrumentos. La pre-producción también tomó sus largos días, queríamos seguir cada paso rigurosamente para que saliera algo sólido. El tema del Covid-19 fue realmente estresante al principio porque había muchas restricciones para actividades musicales, por lo que todo se demoró más de la cuenta. En cuanto al sentido global del LP, los singles que sacamos definen la identidad del mismo: heterogeneidad. ‘As I Try Not to Fall Apart’ es bien pop, ‘I Don’t Want to Go to Mars’ es rock y ‘Am I Really Going to Die’ tiene mucho de funk al estilo Bowie. Es algo diferente a nuestros trabajos anteriores, los cuales tenían un sonido definido en su totalidad.
¿Pensás que ahora hay más libertad que antes para combinar estilos?
JLB: ¡Por supuesto! Antes las bandas se sentían más presionadas por seguir cierto patrón de géneros y ahora eso cambió: tenés más cintura para hacer la música que vos quieras, y eso también vino gracias a un cambio cultural en los que la consumen. Eso no significa que volvamos a escuchar nuestros primeros álbumes y no los disfrutemos, pero también nos sirve para entender que fueron pasos para una evolución.
Nombraste el Covid. ¿Qué habilidad adquiriste en estos dos años, al tener más tiempo disponible para vos mismo?
JLB: Todos estos meses fueron importantes porque pasé a tener varias horas disponibles, fue una sorpresa inesperada. Si bien ya tenía varios hobbies como la cocina, a la cual pude darle más bola, justo fui padre entonces aproveché esos momentos para estar a full con mi familia. A pesar de que haya momentos de negatividad porque esta pandemia de mierda no se termina más, pienso que si estuviésemos en la normalidad, no podría estar tan presente para mi hija.
“Esta vez es un buen momento para volver a Sudamérica”
¿Cómo hicieron para mantenerse cerca de los fans?
JLB: Fue muy duro porque no estuvimos girando y sabemos que los shows son nuestro contacto directo con la gente. A nosotros nos gusta hacer música, compartirla y tocarla en vivo, simple. Por eso fue clave que la pandemia nos agarre en este nivel, pudimos (hasta ahora) aguantar por todo lo que venimos haciendo estos años. Trabajamos más las redes sociales para mantener la interacción con los fans. Ellos capaz no lo sepan, pero son los que más nos ayudaron en estas épocas difíciles compartiendo contenido. Más allá de todo, queremos volver a los recitales, porque es lo más directo y es lo que mejor nos sale.
¿Qué estás escuchando actualmente?
JLB: Siempre escucho de todo y trato de estar atento a los últimos lanzamientos. Me gustó mucho lo último de Mitski, es un EP de cuatro canciones llamado Laurel Hell (2022), así como el disco Twin Heavy (2020) de Willy J. Healey.
¿Qué recordás de Ealing, tu pueblo natal? ¿Cómo lo podrías representar en una palabra?
JLB: Nunca me lo habían preguntado, te lo juro. Creo que todo se resume a suburbano, si vamos a lo que define la cultura norteamericana. A pesar de estar en Londres, pareciera estar fuera de la misma porque es súper tranquilo, tiene muchos parques y es un lugar muy lindo para crecer desde niño. Podés agarrar la bicicleta y salir a dar vueltas por todos lados con tus vecinos y amigos. Yo crecí con Charles y fuimos a la escuela en Ealing así que ahí está toda la historia de la banda. Los momentos más puros y felices siguen estando en el barrio y eso siempre se lo voy a transmitir a mis hijos. Aún vamos porque nuestros padres y mejores amigos viven allí y cada vez que lo hacemos, nos damos cuenta de lo afortunados que fuimos, esas cosas las valoramos de grande.
Van a hacer gira en Europa próximamente. ¿Cuántas chances hay de que vuelvan a Argentina?
JLB: Esta vez es un buen momento para volver a Sudamérica. Hemos hablado con managers y agentes de prensa para promocionar mucho el álbum y su respectiva gira. De hecho, en nuestro disco anterior estuvimos gestionando recitales allá, pero no pudimos concretar. Desde 2012 que siempre está latente el hecho de tocar en esa región porque sabemos que tenemos muchos seguidores en Brasil, Argentina y Chile. Por ahora no hay nada concreto, pero tenemos muchas esperanzas de que podamos volver, y que esta vez no llueva tanto.