UN MUERTO MÁS: UN PUENTE ENTRE DISTINTAS DISCIPLINAS DEL ARTE

Una propuesta sin géneros ni etiquetas

Con un estilo que desafía las fronteras entre lo urbano y lo poético, y una narrativa entre lo optimista y lo melancólico, un muerto más pisa fuerte en la escena musical con una propuesta visual única. Hablamos con él para conocer el proceso detrás de sus shows y cómo sus experiencias personales y sociales nutren su mirada crítica sobre el amor y los vínculos que se refleja en su música.

¿Cómo te estás preparando para tu próximo show de La Cena?

Un Muerto más: Por un lado siento la seguridad de que no es un formato nuevo, y por otro, es el show más importante de mi carrera. Así que estoy poniéndole el peso que necesita. En todas las cenas cambió el guion, cambiaron los invitados y el desenlace de la historia. En esta oportunidad el cambio va a ser rotundo, sobre todo por cuidado a la gente que ya vino y va a volver. Eso es lo divertido de La Cena, no es una obra de teatro, es un dispositivo. Este es un show donde la gente va a estar parada, ahora juega un poco el estar pegados al público y eso genera muchas incógnitas porque tenés que contemplar un montón de cosas cuando lo planificas. Por eso las funciones fueron siempre distintas, en algunas era todo más gracioso, en otras más dramático, más triste o más sexual, ese condimento se lo aporta la gente y hace que el dispositivo cambie. 

¿Cómo surgió la idea de la primera versión?

Cuando presenté mi disco Verano en invierno (2022) en Niceto convoqué actores para realizar distintas performances sin hilo conductor. Cuando me fuí a España terminé de cerrar la idea de crear algo un poco más integral. Estando ahí toqué en bares muy chiquitos y se me venía a la mente la pregunta de qué ocurriría si el bar entero fuera un escenario y las personas que estaban viendo fueran parte del mismo show. Así pude conectar todo lo que pasó y empecé a pensar cómo poner en orden las canciones para que formen una historia con una problemática y un desenlace. También me pareció interesante retratar esa idea con tres parejas muy distintas y  exponer cuáles son sus reacciones ante las distintas cosas que atraviesa el amor. Yo empecé vendiendo el primer show preguntando cuántas disciplinas se necesitan para traducir un sentimiento.

Hay algo melancólico y optimista en La Cena y en tu música más reciente. ¿Era tu objetivo transmitir esos sentimientos encontrados y confusos?

A mí me parece interesante hacer un disco de amor y no darme un beso con nadie en ningún video. Si vos estás mal, en mis canciones vas a encontrar la melancolía, el vacío y la tristeza. Y si vos estás bien vas a encontrar, en esa misma canción, esos sentimientos. Verano en invierno se llama así por eso, es como un yin yang, hay gente que me dice que mis canciones son tristes y hay otra que dice que son de amor.

¿Cómo es tu ida y vuelta con la gente que te sigue? En redes tenes mucha cercanía con la gente.

Me cuesta jugar al fan-ídolo, porque siento que la gente que me escucha podría ser mi amiga. En un punto está atravesada por la mismas cosas que me atraviesan a mí y la canción que le hace bien a alguien para bailar o llorar, fue una canción que me escribí a mí mismo para bailar o llorar. Yo me acuerdo de mi ídolos cuando era chico y no sabía nada de su vida, eran un póster en la pared. La relación con mi comunidad es bastante sincera e intento poder ser ese personaje onírico y al mismo tiempo tener ese costado humano que hoy en día es tan necesario. 

Pensando en un muerto más como un personaje y conociendo tu carrera desde antes que él naciera ¿En qué momento de su evolución artística sentís que está?

Creo que está en uno de los mejores momentos de toda su carrera por el hecho de que no se entiende. Nunca quise catalogarme y siempre intenté integrar todo lo que hago. La música, el vivo, el vestuario, etc., todo suma al mensaje que yo quiero dar: no intentes entender al amor o saber todo, la vida se trata de eso, se trata de arriesgarse, de ir hacia algo que no sabés y después te llevás tus propias conclusiones, un muerto más es lo que me permite la integración y mi rol ahí es crear puentes entre las distintas áreas del arte. 

¿De qué te estás nutriendo? ¿De dónde sale la inspiración?

Ya ni siquiera pongo el foco en saber de dónde sale la inspiración. Juego un juego medio ignorante. Tengo momentos de consumir arte de todo tipo sin prestarle tanta atención y ver qué sale de eso. Tengo momentos de no escuchar ni una canción, ni una película y ver qué sale de eso. Desde muy chico escribo todos los días y siempre escribo para no volverme loco, no porque me guste escribir. Es mi método más terapéutico, el punto está en romper con la estructura y por ejemplo, permitir que algo que podría ser una canción termine siendo un poema. 

Actualmente la música argentina está pasando un gran momento a nivel general. ¿Cómo ves la escena actualmente?

Me encanta. Siempre fui partidario de lo viejo y lo nuevo. De chico me sentía extraño porque me gustaba el rock barrial y el punk al mismo tiempo, que eran enemigos en esa época. Al mismo tiempo escuchaba un disco de Miranda! que tenía mi hermana y me daba miedo contárselo a mis amigos. Las nuevas generaciones traspasaron esa barrera, entienden que si vas a una fiesta querés bailar reggaeton, si estás triste un domingo está bien que escuches Luis Miguel y está bueno que un viernes a la tarde estés escuchando Metallica. Siempre intento que en mi obra exista ese equilibrio. Me encanta que a mis shows viene gente grande y muy chica, y eso lo logré manteniendo componentes musicales de los viejos tiempos pero estando abierto a sonidos de los tiempos de ahora. Todas las cosas son transgresoras y tienen que ver con el momento en el que estamos. Hoy ver artistas de 16 años haciendo las cosas que están haciendo es una locura. El otro día fuí a ver a los Swarggerboyz y vi más punk rock en ellos que en otros espacios reconocidos del género. Después de todo el punk rock era eso, era ser transgresores. 

¿Qué hay en tu horizonte? ¿Hay planes después de la cena?

Estoy grabando mi segundo disco que sale el año que viene. Tiene un sonido distinto al que vengo haciendo, tiene encima todo lo que viene ocurriendo de una manera más organizada y clara. El contexto actual hace que no solo hable de amor. Después de La Cena me voy de gira, hago Córdoba, Rosario, La Plata y Paraná. En el contexto actual salir con toda la banda de gira es una apuesta muy grande y habla de la cercanía con la gente. Así como también que la entrada para el Vorterix, más allá de que tenga 50 personas trabajando, salga $15.000. 

 Para el que todavía está dudando o no sabe muy bien qué es el próximo show de La Cena ¿Qué va a ver?

La Cena es un dispositivo que intenta traducir un sentimiento. Se juntan actores, poetas, músicos, performers para intentar explicar o confundir sobre qué es un sentimiento. Si todavía estás dudando vení pero con esa duda y déjate sorprender.

 

*un muerto más se presentará en el Teatro Vorterix el 19 de septiembre. Conseguí tus entradas acá.

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