UN BIG BANG DE SENTIDOS: AIR Y SU SAFARI LUNAR

Como si Pink Floyd y Kraftwerk tuviesen un hijo y el padrino fuese Daft Punk.

Camino hacia la luna con mis amigos (ambos djs). En una esquina del Movistar Arena lo saludo a Walas de Massacre, que está del mismo increíble humor que te lo encontrás siempre. Me separo y sigo caminando, cruzo mal por el medio de la calle y para el otro lado va cruzando igual de mal Ale Sergi de Miranda! En la fila de invitados, esperando por su ticket, se encuentra la joven sensación de Blair, siempre sonriente. Por otro costado pasa Santiago Motorizado de Él Mató; también me encuentro en boletería con los Pyura, que vienen de ganar Mejor Video de EDM en los Buenos Aires Music Video, con un clip dirigido por el maestro Tomás Seivane.

Nadie quiere perdérselo. Buenos Aires está pasando por un vertiginoso momento de gran oferta de shows internacionales, pero, sin dudas, este es el lugar donde los que saben —si es que algo como eso existe— quieren estar a como dé lugar. Esta noche el super-dúo francés AIR celebra, tocándolo en integridad, su disco debut Moon Safari.

No hay tanto más que decir al respecto: el álbum se presenta de principio a fin, en orden, con el increíble sonido y luces a los que nos tiene acostumbrados el Arena. Nicolas Godin y Jean-Benoît Dunckel, de inmaculados trajes blancos, interpretan sus instrumentos con pulcra destreza, y junto a ellos se destaca un virtuoso baterista del cual poco se conoce online, salvo que giró con el dúo en 2017 y colaboró en uno de los discos de Dunckel, siendo alabado por este en Instagram. Su nombre es Louis Delorme e indudablemente cae en esa graciosa definición con la que alguna vez se le presentó a los Red Hot Chili Peppers a quien sería su nuevo y más emblemático baterista (Chad Smith): “Este come baterías de desayuno”.

Lo cierto es que Delorme se roba la película, potenciando la percusión de las canciones, dotándolas así de un tinte rockero. En un momento, incluso el bajo y el piano que tienen a cargo los integrantes del dúo no hacen más que servir de base para un verdadero “riff de batería”.

Tras terminar de tocar la excusa de la gira (me refiero al disco homenajeado), se retiran a camarines y dejan una base que conforme pasa el tiempo aumenta sus bpms, causando un aplauso cada vez más enérgico de la audiencia. El costado izquierdo del público, tanto del campo (es con sillas) como de las plateas, ha pasado más tiempo de pie que el sector derecho. Ninguna hipótesis esboza este cronista, no todo tiene explicación.

Otra cosa cierta es que a menos de 10 cuadras, Nation of Language está dando un concierto fenomenal para su debut en el país. Entre el público de allí se encuentra Boy Harsher, que toca al otro día en un jueves porteño que también tiene a Travis y a Dinosaur Jr.: ¡tres fechas internacionales un día de semana! El viernes le toca al gran conjunto de SOJA (de drogas, presidentes e ídolos, una vez charlamos), el lunes volvemos a conversar con Franz Ferdinand antes de su Obras, y así un montón de shows más de los cuales podés enterarte haciéndote usuario de MapSound.

Los franceses vuelven para tocar un segundo set que recorre canciones tan eclécticas como emblemáticas, desde ‘Radian’ hasta ‘Don’t Be Light’, pasando por ‘Run’ y ‘Highschool Lover’, que empieza con un piano que homenajea ‘The Great Gig in the Sky’ de Pink Floyd. Proceden a irse una vez más —a esta altura todo el público se encuentra parado— y en el encore se despiden con dos joyas de performers electrónicos de Kyoto.

No se puede creer el nivel de música que está aconteciendo en Argentina, y no sé cómo explicarlo, porque sentirlo es mejor, citando a un sabio loco, apodado por muchos como el rey sin corona. Esta noche en el safari todo es perfección, emoción y deleite. Para algunos será como andar drogado, otros bromearán que es pornografía, todos, sin embargo, tenemos la dopamina naturalmente elevada. Existe el tocar “como el disco”, existe “dar un gran show”, pero rara vez se encuentra el virtuosismo de armar un vivo superior a un álbum ya impecable, utilizando la técnica y no la arenga como recurso piramidal de este diferencial.

Dos asientos más atrás un tipo está bailando perdido en el pop psicodélico, lleva una remera de AC/DC.

Decime si hoy no ganó la música increíble.

 

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