TURNSTILE: ¿ES SUFICIENTE UNA HORA PARA UN SHOW?

La ambivalente experiencia con el hardcore norteamericano

Fotos: Ale Minniti

La escena punk ha mutado enormemente desde los tiempos de Sex Pistols y The Clash. Pasó el post punk, el hardcore e incluso el post hardcore; pero hay una banda que sigue escarbando nuevas maneras de expresión en ese concepto musical: Turnstile. Además de generar controversia en su particular mezcla de estilos, que llega a incorporar dream pop y alternativo muy melódico, también lo hacen en el abordaje de sus recitales. Aunque sean minutos de plena intensidad, sin descansos y en un frenesí emocional… ¿es suficiente tan solo una hora de show?

En ningún concierto de Whitney Houston se saltó y cantó su música como en el recital de Turnstile

Su presentación en el Teatro Vorterix causó revuelo desde el anuncio, rápidamente agotaron tickets y los fanáticos comenzaron a contar los minutos para verlos. Turnstile se había presentado en el marco de Lollapalooza 2022, pero en la intimidad y con sus fanáticos más acérrimos, iba a ser algo distinto. En términos de experiencia grupal entre el público, no pudo ser mejor. Tras las presentaciones de WRRN y Mujer Cebra, comenzaron a poguear sin música, e incluso se dio un hecho sin precedentes.

Esta banda quiebra con las expectativas que podes tener del hardcore. Desde la preponderancia del color rosa, hasta una previa llena de canciones disco, seleccionadas por ellos. El momento cúlmine fue cuando sonó ‘I Wanna Dance With Somebody (Who Loves Me)’ por Whitney Houston, la cual el público estaba al tanto de que suele ser la última canción antes de comenzar el show. No creo que en ningún concierto de la leyenda del pop se haya saltado ni cantado de la manera en que se vivió el 13 de abril del 2024.

La puesta en escena es bastante minimalista, ya que a pesar de los excelentes juegos de luces, la pantalla estaba estática con el nombre de la banda. Al fin y al cabo, se reduce a la energía de cinco personas compenetradas y sobrepasadas arriba del escenario, una premisa que plantea que esto es más un recital que un «show». Pero probablemente el complemento más atípico, dentro de lo que acostumbra la industria musical contemporánea, sea la duración: tan solo una hora y minutos. Esto descoloca y puede dejar con hambre de más, una sensación que dependiendo del sujeto se percibe de forma positiva o negativa. Pero es importante hacer una aclaración, en el hardcore de los ‘80, cuando tocaban grupos como Black Flag, Descendents o Minor Threat, su sets solían ser de 20 a 30 minutos, con numerosos artistas apretados en una sola fecha. Incluso sigue sucediendo hoy en día tanto en Estados Unidos como Inglaterra. Para un show una hora sería extremadamente poco, pero está perfecto para un recital así. El hardcore es como un tren que pasa con arrolladora potencia frente a tus ojos, tan fuerte como breve.

No cabe dudas en que esta fue una de las mejores presentaciones de hardcore (y sus variantes) en tierras Argentinas. La potencia de estos norteamericanos es aún mayor que en sus álbumes, y saben cómo empujar el público al límite. Se tocó casi en su totalidad su último —y más aclamado— disco a la fecha, Glow On (2021), y se celebró cada instante como una fiesta.

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