El aroma inconfundible de flores en el aire anunciaba que el show estaba por comenzar. En el Estadio Obras, la impaciencia por media hora de demora se mezclaba con la expectativa de un regreso que tardó demasiado en darse (su última visita fue en Personal Fest 2017).
Cuando finalmente arrancaron con ‘Not Done Yet’, la energía explotó. La multitud coreaba con pasión el fraseo de los vientos, llenando los vacíos que dejaba la voz de Jacob Hemphill, que sonaba algo cansada, quizás crónicamente gastada. Alguna contra tenía que tener vivir colgado de la pipa de la paz.
La ejecución se sentía un poco trunca; la acentuación en algunas frases difería de lo que conocíamos del disco, y no precisamente para mejor. Aun así, la conexión con el público fluyó.
"Este es el primer lugar donde escuché a la gente hacer 'olé olé olé'", confesó Jacob. El público respondió coreando con creces, quedando inmortalizados en el celular del cantante. No sería la única vez que sacaría su teléfono para filmar a la gente cantándole; parecía querer llevarse un pedazo de Argentina en su memoria digital.
El show fue ganando fuerza. Un solo de batería encendió los ánimos mientras el bajista Bobby Lee cantaba y arengaba al público. En un gesto de camaradería rockera, le lanzó un palo de batería a Trevor Young, quien lo usó para tocar las cuerdas de su guitarra antes de devolvérselo al baterista.
“Uno escribe las cosas para poder tener paz, y cuando ves al público cantando esas mismas palabras que escribiste para poder irte a dormir, la verdad te da vuelta. Argentina me hizo eso” - nos dijo Jacob hace unos años
El punto más alto de la noche llegó cuando Young tomó la acústica y comenzó a cantar ‘Things You Can't Control’, fusionándola en un medley con ‘Three Little Birds’ (Every Little Thing Is Gonna Be Alright) de Bob Marley, cantada por Jacob. En ese momento, todos nos sentimos parte de una sola voz.
"Fucking Argentina, you guys sound beautiful", exclamó Jacob, respondiendo al público que coreaba la melodía del piano en ‘You Don't Know Me’. Algo parecido a lo que dijo Julian Casablancas en el Personal Fest de 2011, celebrando el coro de la gente para el solo de ‘New York City Cops’, canción con la que abrió dicho show de The Strokes. Parece que tenemos la costumbre de sorprender gratamente a nuestros visitantes.
A SOJA se le nota el paso de los años, igual que lo denota la afluencia de una audiencia en su totalidad +30. El espíritu alegre de la banda se mantiene, pero su líder está lejos de sus mejores momentos. Pese al gusto a poco que pueda quedarle a este crítico musical, sin dudas fue un momento grato para mucha gente, que es lo que cuenta.