“El régimen se acabó, se acabó” es la línea final de ‘Dietético’, quinto track de un cassette que pintaba como una buena propuesta para llenar los boliches de Buenos Aires y resultó siendo la bomba de 1984. El mensaje es elocuente: había razones para festejar el fin de la dictadura en Argentina, la cual ocasionó la mayor masacre de compatriotas del siglo XX. Los autores del disco no necesitan mucha presentación y no conocerlos revelaría el hecho de estar viviendo en un tupper. Soda Stereo, de la mano de Gustavo Cerati, ‘Zeta’ Bosio y ‘Charly’ Alberti, revolucionó una escena que ya había sido explorada por colegas como Virus, Viuda e Hijas de Roque Enroll y Los Twist, entre otros. Fluctuando entre la sátira y la cruda realidad, el trío porteño lanzó el 27 de agosto de aquel año un trabajo compuesto por 11 canciones que, a diferencia de las demás bandas mencionadas, se centró en el ska, mechando la new wave, el punk y unos buenos arreglos de saxo.
Bautizado un álbum homónimo, Soda Stereo arranca con cuatro temas infaltables en el habitual repertorio que ejecutaban en vivo: ‘¿Por Qué No Puedo Ser del Jet Set?’, ‘Sobredosis de TV’, ‘Te Hacen Falta Vitaminas’ y ‘Trátame Suavemente’ aglomeran todas las influencias que el cerebro Cerati se encargó de plasmar en el ADN sodero durante esa primera y breve etapa musical. Madness, Men At Work y sobre todo The Police (acaso la principal referencia de Gustavo) abundan a lo largo de los casi 35 minutos de duración del debut. Si bien a partir de Nada Personal (1985) dieron un vuelco completo hacia el post punk y el pop con sintetizadores, el disco inicial dejó en evidencia la innovación, el talento (tanto para tocar la guitarra como para componer) y el liderazgo que portaba Gustavo.
“SODA STEREO FUE UNA BANDA ADELANTADA A SU ÉPOCA, DENTRO DE UNA SOCIEDAD QUE ESTABA ESTANCADA EN EL TIEMPO”
Producido por su amigo del alma Federico Moura (cantante de Virus), cuenta con otras canciones que para el público general no son clásicos, pero sí han impactado en esos frenéticos años de juventud y libertad. ‘Tele-Ka’, ‘Ni Un Segundo’ y ‘Mi Novia Tiene Bíceps’ continúan con la tónica de ska y letras que invitan a mover el esqueleto. ‘Un Misil En Mi Placard’ (la versión Unplugged de 1996 es épica) y ‘Dietético’ son las dos referencias hacia el Proceso de Reorganización Nacional y la Guerra de las Malvinas. Hay que tener pulso para tocar temas tan sensibles dentro de una atmósfera festiva y conviviendo con artistas solemnes como Charly García, Luis Alberto Spinetta y León Gieco, quienes eran palabra mayor para expresarse desde la contracultura.
Soda Stereo se reeditó en formato CD recién a partir de 1991 y además contó con una remasterización en 2007. La presentación oficial fue el primero de octubre de 1984 en el subsuelo del local de Pumper Nic (nostalgia para los millennials) ubicado en el microcentro porteño. La peculiar y novedosa estética del lugar coincidía con la modernidad adelantada que ofrecía Soda, dentro de una sociedad atascada en el tiempo que necesitaba imperativamente un aggiornamiento en varias facetas. La portada del material, a cargo de Alfredo Lois, también es cool pero por accidente: en un principio iba a ser un montaje de tres fotos individuales de los músicos, pero como la idea no convenció, terminaron siendo tres dibujos basados en esas imágenes. El resultado: lo más parecido a una captura de pantalla del video de ‘Take On Me’ de a-ha.
Cuando parecía que el rock nacional entraba en una etapa oscura y de pura desolación, minado por la censura, la persecución y las amenazas (varios artistas se exiliaron para no ser capturados), la vuelta a la democracia no solamente permitió la reapertura a la posibilidad de expresarse libremente, sino también la chance de poder cicatrizar las profundas heridas de un modo jamás imaginado a principios de los ’80. Pasó el temblor y entre afrodisíacos y vitaminas, la sobredosis de soda nos hizo bailar hasta cambiar la piel: imposible no alegrarse con estas canciones. Si no te sucede, significa que estás muerto.