NAFTA presentó en 2019 su primer álbum combinando elementos del soul clásico con un discurso bien porteño y groove preciso para entregar uno de los proyectos más prometedores del año. De la misma manera que su disco debut fue una explosión que arrasó en números y en expectativas, el debut de la banda en Córdoba en el escenario de la Plaza de la Música fue una primera vez que será difícil de olvidar. Un poco de jazz y algunas canciones de bandas cordobesas ambientaron la recepción mientras la gente que llegaba se sacaba las camperas y los buzos. En la antesala del otoño, el frío ya reinaba algunas noches.
Se hizo el silencio, un hombre se subió a la consola y disparó un beat. Ante el desconocimiento del público cordobés, inclusive para quien escribe, parecía el comienzo del set que haría de apertura. Pero al toque nos dimos cuenta de que conocíamos la canción: entre el lo-fi y el chill house se divisaba una armonía conocida, que se hizo clara cuando por negras ingresaban recortes de los coros. Cuando fue evidente que era una introducción de 'Vos No', la banda entró al escenario sin saludar más que con los brazos. Abrieron el show de la misma forma que abren su disco, y fue todo el tiempo que necesitaron para entrar en calor. La canción se terminó con un muy festejado solo vocal de An Espil. Siguió 'La Espera' y al terminar, el cantante, compositor y guitarrista, conocido públicamente como MGM Tatoo bromeó: "Por fin pudimos salir de esa Capital Federal de mierda".
Un hecho llamó la atención: en vez de visuales, la banda trabajó con un registro en vivo, al mejor estilo festival o banda de rock. El recurso, que se ve cada vez menos en shows individuales en la contemporaneidad, nos deja otra pista en el pensamiento de cómo está logrando NAFTA hacer algo muy moderno y a la vez muy clásico. Empezaron con lo que parecía sonar como un inédito, pero resultó ser una introducción al estilo del desenfreno de Crewrod o Roman, con cortes y arreglos que ponen el conocimiento y el virtuosismo al servicio de un groove sacadito, a diferencia de la pulcritud y elegancia del soul naftero. El momento instrumental sirvió de introducción para 'El Enrosque', a la que le siguió 'Sin Un Peso'. Es curioso como la producción lírica de NAFTA está al borde de ser pedante y moralizante, mientras que al terminar la canción y después de cantar "Lo que cobres no te lo delires, no te lo delires no seas gil", MGM se despachó con un: "Y recuerden, no dejen que nadie les diga qué hacer con su dinero". Quizás solo sea un ajuste entre lo que se canta y cómo se canta, y que no habría otra forma de cantar esa letra si no es con los arreglos vocales tan bien logrados de ese trío, completado por Abril Olivera.
Sorprende gratamente la capacidad de NAFTA para sonar tan compacto y entero como en el material discográfico
Siguieron 'Menos Mal', en la que extendieron el solo de guitarra del final, y 'La Carta', el hit que fue más festejado por el público cordobés. Luego llegó uno de los mejores momentos del show, aquel en el que tocaron un inédito para ayudar a alargar un repertorio que la gente ya necesita extender. La canción empezó con la voz sobre unas congas y la guitarra. Cuando el tema explota, las congas salseras se mantienen y le dan un toque tropical o latino a todo el tema, al que también aportan los arreglos de las voces
'Ya Es Tarde' sonó con algunos arreglos diferentes a los del disco original, volviendo a tomar esa punta del groove sacado, y un final expandido para enganchar con 'Unos Días Más' tema en el que MGM le dio una patadita al pie de micrófono mientras cantaba "Y hago desmadres". Un paso instrumental que amenazaba con ser otro inédito resultó ser una cortina para los créditos: el cantante agarró una flauta traversa y, tras tirar unas melodías, se rió de sí mismo. Usando el instrumento cual palo para pizarrón fue presentando a les integrantes. Algunos chistes y muchos aplausos dominaron la ronda.
Siguieron ‘Matenme’ y luego presentó a "un hombre muy sensual", el beneficiario de tal introducción no era otro más que Guillerno Denver, quien se subió con el saxo tenor para tocar 'Potra' y ‘Veni Mirá". Mientras se despedían era claro que el público quería un poco más, porque agitaba y festejaba cualquier atisbo de juego: "Qué tristeza no tener seis discos. ¿Nos esperan?", nos preguntaron, y todes respondimos que sí. La intro de 'Veni Mirá' se extendió para que Simon Groover nos deleite con un gran solo con el sonido típico del Nord y la gente aplauda muchísimo. Fue de esas ocasiones en las que te podes dar cuenta que la gente está haciendo un esfuerzo para sostener el aplauso, esos que después de la naturalidad de las palmas que salen naturalmente, sigue aplaudiendo el que te agradece el esfuerzo y reconoce el tamaño de lo que acaba de ver. Porque parece que lo mejor del vivo de NAFTA es la capacidad que tienen para sonar tan compacto y entero como en el material discográfico.
La banda se despidió emocionada y ante la insistencia del público que pedía una más, Manquel Lo Presti volvió a la samplera y tiró una base lo-fi sobre la que Simón tocó el piano de 'Y El Mundo SIgue Andando', pero como ya la habían tocado, solo fue excusa para darnos un cierre. Brian Vainberg (bajos), Tomas Sánchez (batería) y MGM subieron corriendo, como agitados por sus amigos, y se sumaron al groove. Cerraron el tema, se fueron de a poco, riendo por esa manija que no sabría decir si estaba en los plantes o fue resultado de una improvisación momentánea.