En medio de una gran ola de calor que azotó a todo el país, Javiera Mena llevó a cabo su gira por Argentina, pasando por Club Paraguay en Córdoba, y Niceto Club.
En la noche cordobesa nos recibió GABA, DJ de la ciudad, quien nos dió una muestra de su transpop. En Niceto, la apertura estuvo a cargo de Fransia, anticipando para los oyentes el pulso de la velada.
A lo largo de un setlist en el que se presentaron las canciones de Noctura (2022), su quinto álbum de estudio, y se repasaron algunos clásicos, la trasandina nos dio una muestra de su abanico de posibilidades creativas.
Cuando Javiera Mena se sube al escenario, lo hace sobre una introducción de parches y sintetizadores ochentosos, para abrir el show con ‘Isla de Lesbos’. Viste una pollera y una campera plateadas y muy brillantes. En el escenario, donde por lo general se ubica la batería, una serie de tubos lumínicos se enfrentan elevados, torcidos en diagonal hacia el piso, logrando la forma de dos alas desplegadas cuyo plumaje cambia constantemente de patrón y colores.
Al medio se ubicaban sus sintetizadores: su Virus blanco estaba patas para arriba, así ella podía tocar parada: sacala del ángulo, Pablito Lezcano.
Con la estructura elemental de las canciones, siempre sobre el pulso del electropop —aunque pueda variar entre el corte vintage del disco o el funk y las propuestas más house—, Javiera nos cuenta diferentes historias. A veces, incluso, construyendo un momento acústico, con guitarra, piano y flauta traversa. Desde las narraciones íntimas y confesionales hasta los panfletos ético-políticos (la militancia del ícono queer, dirán), desde la diva que solamente le canta a la fiesta hasta la mujer seductora; sólo hay unas pocas canciones, y la artista parece dominar integralmente todas las posturas.
Según su ubicación en el escenario, y la de los ojos avizores, a veces los tubos con luces parecían salir desde sus omoplatos, y parecían entonces las alas coloridas de un ser brillante. Un ángel plateado en la noche, portadora de una sensibilidad nocturna que sabe tanto de la fiesta y el placer como del abrigo y la ternura.
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