MITSKI ANUNCIA EL ESTRENO DE SU NUEVO ÁLBUM

"The Land Is Inhospitable and So Are We" estará disponible a partir del 15 de septiembre

En este álbum, el más expansivo, épico y sabio de Mitski, las canciones parecen introducir heridas y luego curarlas activamente. Aquí, el amor viaja en el tiempo para bendecir nuestros tiernos días, como la luz de una estrella lejana. El álbum está lleno del dolor de los desamores adultos aparentemente mundanos y de las alegrías que a menudo no se cantan pero que parecen enormes. Desde el fondo de un vaso, a un acceso para coches granizado de recuerdos y nieve, hasta un tren de carga que atraviesa el Midwest y todo el recorrido hasta la luna, parece como si todo, y todos, estuvieran chillando, gritando de dolor, arqueándose hacia el amor.

Mitski escribió estas canciones en pequeñas ráfagas durante los últimos años y parecen inspiradas por momentos de notar - notar un sonido que está fuera de lugar, un edificio que gime en decadencia, una opinión que divide una habitación, un sentimiento que no puede ser contenido en un cuerpo. Se grabó tanto en el Bomb Shelter de East Nashville como en los Sunset Sound Studios de Los Ángeles, e incorpora una orquesta arreglada y dirigida por Drew Erickson, así como un coro de 17 personas -12 en Los Ángeles y 5 en Nashville- dirigido por Mitski. Por primera vez, para Mitski era importante contar con una banda que grabara en vivo en el estudio, para crear este nuevo sonido sublime. Trabajando con su productor de toda la vida, Patrick Hyland, el álbum tiene un amplio abanico de referencias, desde las grandilocuentes partituras del Spaghetti Western de Ennio Morricone a la banda sonora de Fargo, de Carter Burwell, que llena la tundra, desde la intimidad respiratoria de Arthur Russell a la estridente vitalidad de Scott Walker o Igor Stravinsky, desde el júbilo de Caetano Veloso al anhelo retorcido de Faron Young.

El primer single, "Bug Like an Angel", encuentra lo divino en lo ordinario, en el ahogo ebrio de la tristeza. El narrador canta desde la extraña comodidad de tocar fondo: "a veces una copa es como estar en familia". Y de repente, ese coro de ángeles canta: "¡FAMILIA!" Este primer tema presenta una paradoja cósmica: "La ira del diablo también se la dio Dios". Este es un álbum en el que la oscuridad y la luz existen en un mismo gesto, en una misma plegaria rota. Como el Buda que invita al demonio Mara a tomar el té, The Land acoge el dolor brutal y cotidiano, el estrago necesario del amor trascendente.

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