Son pocas las emociones comparables a lo que se siente minutos antes del comienzo de un recital. La euforia contenida en el pecho de todes les presentes, las ganas de pasarla bien y el deseo de que el artista cumpla las expectativas que traemos se conjugan en una mezcla explosiva de adrenalina y felicidad.
La sensación que se tenía esa noche de domingo a las puertas del Luna Park era una mezcla de todo lo anterior, sumado a un factor no menos importante: se trataba de la presentación en Buenos Aires del disco de rock más aclamado del año, y el favorito de quien escribe: Mojigata (2022), de Marilina Bertoldi. La última parada de una gira que la llevó por todo el país fue la gran ciudad, lugar que apadrinó a la santafesina y en el que desarrolló gran parte de su carrera. Las expectativas eran extremadamente altas, pero en el fondo todes sabíamos que Marilina nunca nos decepcionaría.
Luego del enérgico show de Lupe, quien estuvo acompañada de Melanie Williams en la batería, comenzó a subir la banda que acompañaría a la artista. Un atuendo que emulaba vestimentas medievales y una cabellera super voluptuosa le daban un aire místico a la cantante. Éste fue uno de los varios cambios de vestuario que hubo a lo largo de la noche Era clara la intención detrás de las diferentes decisiones estéticas: cada parte del show, cada mood propuesto, venía de la mano de un traje en específico. Diferentes personalidades quizás, o incluso diversas facetas de la misma Marilina.
Les está diciendo a los “capos” del rock que llegó para quedarse y no se piensa mover
El comienzo del show siguió el orden de la setlist del último álbum. ‘Es Poderoso’ y ‘Vivo Pensando en Ayer’ funcionan como la puerta de entrada perfecta a este universo. Con ‘La Cena’ el público no aguantó más, y se formó un pogo que se mantendría extremadamente activo durante las canciones más enérgicas y rockeras de la noche. “Tengo buen olfato y traje un arma en la cartera. Me deslizo ágil, no me mueven los de afuera. Te falta mucho para hablar de mí como hablas”, canta Maru en la canción. Si bien podríamos interpretar que esta letra habla de un vínculo, en el que Marilina se coloca en el papel de desapegada y dominante frente a la otra persona (similar a ‘La Casa de A’), también podríamos salirnos de los lugares comunes e hilar un poco más fino.
Podría estar hablándole a la industria, a los “capos” del rock que no concibieron que una piba pueda ocupar un lugar que ya estaba reservado. Una piba que desborda talento y sin pelos en la lengua es intimidante. Marilina les está hablando a ellos. Les está diciendo que se tendrán que ir acostumbrando, porque llegó para quedarse y no se piensa mover.
El primer bloque del recital terminó con ‘La Casa de A’ y ‘Correte’, junto a un público que no dejó de saltar. El segundo bloque propuso un clima más íntimo y emotivo. Con ‘Remis’ el clima comenzó a cambiar. El pogo dejó de saltar, y el tiempo pareció detenerse. “Cae la sombra sobre ti. Y nada más tiene valor. Quiero destruir quien soy, y refugiarme en tu amor”, canta Marilina. Las referencias a la autodestrucción, la alabanza al amor por sobre todas las cosas y el sentimiento agridulce de que, aún teniendo cerca a quien se ama, los problemas no siempre se resuelven. A pesar de la tristeza que transmite el tema la vibra que propone es sumamente esperanzadora. “Sabrás qué se espera”, canta como un mantra. Nadie sabe en realidad, pero nos llena de tranquilidad creer que un futuro predecible y sin sorpresas negativas es posible.
Un cover de Shakira hecho por uno de los mayores íconos del rock actual es algo que no sabíamos que necesitábamos
La performance de ‘Rastro’ fue realizada casi en su totalidad sobre un caballo de carrusel colocado a un costado del escenario. Hacia la mitad del tema se comenzó a mover, mientras una corriente de aire movía el cabello de Marilina. Quitándole un poco de dramatismo y grandilocuencia a la canción, el momento funcionó como una parodia de quienes se toman sus propias historias y experiencias demasiado en serio.
El tercer y último bloque fue sumamente enérgico. ‘Tito Volvé’, ‘Fumar de Día’, ‘Sushi en Lata’ y ‘Pucho’ provocaron que el pogo vuelva a activarse. Como era de esperarse, Lula Bertoldi (hermana de Marilina y vocalista de Eruca Sativa), la acompañó en ‘O No?’ y ‘Y Deshacer’ en la guitarra. Se sumaron a Luciana Torfano e Ivanna Paula en ese instrumento. Escuchar un solo de cuatro guitarras al palo es una experiencia por la que todes deberíamos pasar al menos una vez en la vida. La energía de la banda era increíblemente intensa, y parecía transmitirse a cada miembro del público.
“Vamos a regalarles un tema de alguien que hizo una diferencia en Latinoamérica. Esta canción es muy hermosa, no lo puedo creer. Así que por favor cantenla conmigo”, compartió la artista al tiempo que sonaban los primeros acordes de ‘Inevitable’, de Shakira. La sorpresa de todes fue grande, pero el público no tardó en ponerse en sintonía con Maru. La escena se completó con una lluvia de espuma cayendo desde el techo del recinto. Un cover de Shakira hecho por uno de los mayores íconos del rock actual es algo que no sabíamos que necesitábamos.
El show finalizó con una increíble performance de ‘Mdma’, en la que la artista destruyó una guitarra. Se produjo un pasaje de la euforia al desconcierto cuando Marilina se puso de pie y apareció cubierta de sangre. La noche terminó cuando una persona se la llevó en alzas, desvanecida. Metafóricamente hablando se trató de una propuesta tremendamente potente: asesinato de una versión anterior de sí misma (representada por la guitarra destruida) y el cuerpo convaleciente como símbolo de lo que fue y de lo que pudo haber sido. Un cuerpo inerte, que ni siquiera puede salir del escenario por sus propios medios. Simplemente excelente.
Y, por último, un detalle que no creo que haya estado planificado pero que funciona como premonición de lo que vendrá: una historia de Instagram posteada por Barbi Recanati minutos después de finalizado el show, en la que se ve a Marilina cubierta de sangre junto a un texto que reza ‘Resucitada’. Es claro que esta artista llegó para quedarse, y que la muerte que vimos sobre las tablas esa noche no fue más que el cierre de una etapa y el comienzo de otra. Una nueva vida, a puro rock.