Desde el lanzamiento del primer episodio en 2019 la serie de HBO Euphoria ha cautivado a las más variadas audiencias. Un coming of age con un protagonista profundamente afectado por el abuso de sustancias es una premisa que ya hemos visto en el pasado, como en la clásica película de Leo Di Caprio The Basketball Diaries (1995) o la más reciente Beautiful Boy (2018) protagonizada por Timothée Chalamet. Sin embargo, Euphoria logra destacarse por sobre las demás. Podemos afirmar que le debe su éxito a tres factores primordiales. El primero es la cinematografía y una serie de muy acertadas decisiones que tomó su director Sam Levinson en cuanto a los recursos narrativos y estilísticos, como el uso de flashbacks o la voz en off. El segundo son las actuaciones, especialmente la perfomance de Zendaya. El tercero, y en mi opinión el más importante, es la banda sonora. Canciones de Doja Cat, Billie Eilish y Madonna, un álbum entero de música original compuesta por Labrinth y la inclusión de un track interpretado en vivo por el personaje de Dominic Fike son algunas de las razones por las cuales este soundtrack resalta por sobre los demás. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Por qué una mezcla de pop, gospel, hip hop, indie y rap se siente tan cohesiva y potencia tanto un proyecto que visualmente ya era impactante? ¿Qué hubiera sucedido con la serie si no hubiera contado con la colaboración de Labrinth?
Sam Levinson ha afirmado que disfruta escribir con música y que mientras preparaba el guión se la pasaba escuchando tres estilos muy diferentes: la música de Danny Elfman (frecuente compositor de Tim Burton), Yezzus (2013) de Kanye West y gospel. Solo Labrinth entendió la vibra que Sam intentaba transmitir y encontró la manera correcta de fusionar todas estas referencias. Le dieron libertad total para experimentar con diferentes estilos, lo cual le permitió crear una sonoridad que acompaña a las escenas dándoles un toque moderno y fresco, sin llegar a opacar la situación que se está narrando. “Quería mezclar muchos géneros”, explicó el artista. “Mi música tiene influencias del rock más clásico de los ‘70, pero a veces incluyo arreglos de orquesta o algunos toques de hip hop. Sentí que Euphoria me dijo lo que tenía que hacer”.
Un claro ejemplo de este accionar es ‘All For Us’, track sumamente recordado por ser el elegido para la secuencia final de la primera temporada. Zendaya fue la encargada de cantarlo en la serie, en un número musical que a nivel sonoro y visual resume perfectamente el anhelo de la protagonista: poder mantenerse sobria. Lo que comenzó siendo una canción con una base de trap para un proyecto personal de Labrinth atrajo a Levinson, y juntos lograron crear una pieza profundamente movilizante. Se incluyó a un coro estilo gospel rapeando una letra que incluye varios insultos (algo totalmente novedoso hasta el momento), un clarinete, una banda de marcha y varios sonidos que podrían clasificarse como “industriales”.
En la segunda temporada la música tomó aún más protagonismo. En el cuarto episodio se decidió incluir al mismísimo Labrinth cantando ‘i’m tired’, otro de los temas compuestos por él para la serie. La canción recargó la escena de más valor simbólico del que ya tenía. En ella vemos como Rue, luego de drogarse, logra ingresar a un mundo etéreo y surreal en el que puede conectarse con su padre. Todos están dentro de una iglesia y Labrinth, personificando a un pastor, abraza y guía a Rue mientras canta. “En la primera temporada había una vibra mucho más mágica y etérea, mientras que en la segunda el tono es más espiritual”, comentó el compositor. Levinson ha dicho en varias ocasiones que la voz del artista tiene un carácter casi religioso. No podríamos estar más de acuerdo, especialmente en aquellas canciones que (como ésta) logran potenciar la voz de Lab a través de la inclusión de coros y de un órgano típico de iglesia.
Pero el artista no se limitó a escribir solo los tracks icónicos. Muy por el contrario, compuso un álbum entero de canciones super memorables (como ‘Still Don’t Know my Name’, reconocida por incluirse en muchos de los trailers o videos promocionales) combinadas con otras muy bien logradas pero que pasan más desapercibidas. Un gran número se basa en personajes específicos de la serie: ‘Nate Growing Up’, ‘Home From Rehab’, ‘Kat’s Denial’, ‘Maddy’s Story’ y ‘McKay & Cassie’ pretenden encapsular la energía de cada uno de ellos y traducirla en sonidos y líricas. El resultado es muy difícil de describir por escrito, pero si ven la serie y luego escuchan cada tema por separado entenderán a qué me refiero: las canciones son los personajes y los personajes son las canciones.
El soundtrack cumple un papel primordial, casi tanto como los elementos visuales o el guión
El personaje de Dominic Fike tomó a muches por sorpresa. Luego de conocer su historia los fans comenzaron a especular sobre la inclusión de una de sus canciones en la serie. El mismo Dominic dió a entender en una entrevista con Jimmy Fallon una semana antes de que termine la temporada que efectivamente iba a cantar en algún momento. La escena elegida fue la despedida entre Elliot y Rue, quienes se dan cuenta que están en momentos muy diferentes de sus vidas y que ya no pueden ser amigos. La canción fue compuesta por Zendaya y Labrinth una tarde en la que el compositor estaba en el estudio trabajando en nuevas sonoridades para la serie y la actriz se acercó a pasar un rato con él. “Tenemos la misma energía, nos inspiramos mutuamente”, comentó Lab. Las guitarras las tocó Dominic. Vale resaltar lo curiosa que resulta la manera en la que los actores se involucran en la banda sonora de un proyecto, algo que no ocurre a menudo.
Canciones de otros artistas también fueron incluidas, lo que generó un contraste bastante interesante a nivel narrativo. Por un lado tenemos el mundo surreal y etéreo creado por los sonidos de Labrinth, pero de la nada podemos escuchar ‘Juicy’ de Doja Cat, ‘Hypnotize’ de The Notorious B.I.G o ‘Call Me Irresponsible’ de Sinatra. Esto provoca identificación con los personajes, los sentimos cercanos. “Se trata de servir a la visión de la historia que tiene Sam”, compartió Jen Malone, encargada de la musicalización, “encontrar la manera en que la música sume a la narrativa”. El soundtrack cumple un papel primordial en esta serie, casi tanto como los elementos visuales o el guión. El cuidado y el detalle que el equipo puso en cada escena es impresionante. Elevan las situaciones narradas, nos acercan a los personajes y nos ayudan a entender un mundo ficticio que sorprendentemente termina pareciéndose mucho al nuestro.